Hobby. Necesitas uno… y lo sabes

Un hobby, sí. Esos pasatiempos que según muchos no sirven para nada. Uno de esos. ¿Tienes ya alguno? ¿Conoces los beneficios que puede reportarte un hobby (a parte de la diversión del hacer algo por amor al arte)? Navegando por internet encontraras miiiiiles de posts hablando sobre los beneficios de tener un hobby.

Realmente, ¿era necesario uno más? Pues seguramente no pero es que este post lo he escrito yo, mira. 🙂 ¡Y además viene con vídeo de regalo y todo! Anda, súbete conmigo al coche que te doy una vuelta por mi campo y charlamos sobre los hobbies.

Por si no puedes ver el vídeo en este momento, ahí van unos van unos cuantos beneficios más y el vídeo te lo guardas para luego. 😉

Beneficios que te aporta tu hobby

Estás a lo que estás. Centrada en el momento presente, que es donde mejor se está. Hace poco leí en algún sitio que vivir en el pasado produce depresión y que vivir en el futuro genera ansiedad así que… ¿dónde vas a estar más a salvo que en el presente?

Agrandas (o modificas) tu círculo de amistades. Conocer a gente nueva siempre es refrescante y si encima disfrutan haciendo las mismas cosas que tú, todavía es mayor la conexión. Ejemplo: esas bloguera locas conocidas de las redes que se abrazan en esos encuentros tan emotivos como épicos, que no se comprenden a menos que se vivan.

Rompen tu rutina/aportan variedad a tu vida. Sales del ritmo nenes, cole, trabajo, cena, baños… ese rato en que tu produces por amor al arte, y no porque alguien te lo esté reclamando, es mágico. Lo de romper la rutina es especialmente cierto cuando inicias un hobby nuevo. Porque eso es lo que tienen, que no te debes a ellos, que puedes cambiar de actividad cuando te plazca y recorrer caminos nuevos.

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Desarrollas nuevas habilidades. Y no sólo habilidades sino que desarrollas también tu intelecto. Que los científicos ya ponen sobre la mesa una realidad abrumadora para algunos: Que la inteligencia no es algo que venga de serie sino que, como el resto de componentes de nuestro ser, ¡es desarrollable! Los retos a los que te enfrentes incrementarán tu inteligencia.

Te vuelves resolutivo.  Cuando te pones manos a la obra, surgen imprevistos. Recuperarte del contratiempo, encontrar una solución más o menos elegante que te permita avanzar sin posponer lo que tienes entre manos mejora tu capacidad de resolución.

Te vuelves más decidido.  Sí, son decisiones a pequeña escala pero el entrenamiento sirve porque el hecho de tomar una decisión es independiente de lo grande o pequeña que sea esa decisión. Por tanto, ponerte en situación de tomar decisiones (por sencillas que puedan parecer) entrena un músculo muy importante. Dudamos demasiado. Entreguémonos a la gimnasia de decidir.

Te relajan, te tranquilizan. Apartan tu pensamiento de esas preocupaciones que te tienen en vilo. Poner tu mente en otro sitio por un rato no hace que desaparezcan los problemas pero seguro que cuando vuelvas a pensar en ellos, lo haces con otro ánimo. Incluso puede que regreses con una solución medio hilvanada, que tu subconsciente ocioso ha logrado entrever.

Trabajas la disciplina. Que somos muy hippies y nos creímos lo de que la autoridad y la disciplina son rasgos militares que no interesan… pues mal. La disciplina es súper importante. Nadie ha cerrado ningún proyecto sin una cierta disciplina. El tesón, la perseverancia… no son vieja escuela, son indispensables para salir adelante en tus empresas.

Creatividad en marcha, no sólo a la hora de elegir colores o patrones, un lienzo u otro, una marca de pintura u otra, un tipo de papel. No sólo al decidir formas y trazos, sino en la manera de enfrentar tus problemas. Aprendes a pensar de forma creativa. A buscar soluciones fuera del orden establecido, a pensar fuera de la caja… ¡a desatar nudos gordianos!

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Ejercitas tu paciencia. A menudo, las cosas no  salen como esperas y hay que jo… hay que buscar salidas alternativas. Ya sabemos que la paciencia también la ejercitas con tus hijos y tal pero este es otro tipo de paciencia porque aquí… aprendes a tener paciencia contigo misma.

Pierdes el miedo a volver a empezar. Cada nuevo inicio, aunque repitas el proyecto porque te salió rana, te aporta una vivencia nueva. Aprendes de tus errores, creces y descubres que eso que te sucede al tejer la manga de un jersey es igualmente aplicable a tu vida. Que siempre puedes volver a empezar. Que todo inicio trae consigo alegría y esperanza.

Te obligan a organizarte. Esto es así porque o te organizas o ni de coña encajas un hobby en tu vida (de eso hablo en el vídeo precisamente). Te obligan a planificar, a redirigir parte de tu tiempo hacia ti, tan acostumbrada como estás a distribuir tu tiempo en mil cosas. Recuperar tiempo para ti, y saber darle prioridad, te hará bien.

Mejoran tu autoestima (¡y tu sistema inmunológico!). Un gorro de ganchillo, un collage, una bolsa de unos vaqueros desechados, no tienen porque ser grandes proyectos pero la sensación que experimentas al concluirlos, por pequeños que sean, es de pura satisfacción. Osea… mogollón de endorfinas y serotonina repartiendo alegría por tu body. Oye, y hablando de química, dicen que al bajar los niveles de estrés también se refuerza tu sistema inmunólogico. Un chollo, vamos.

Te dan energía. ¿Cómo era eso de que “la energía ni se crea, ni se destruye, sólo se transforma”? Te garantizo que toda la energía que le pongas a tu proyecto te va a ser devuelta con creces. (A menos que tu hobby sea cargarte sacos de cemento a la espalda y dar 20 vueltas a la Plaza Cataluña. Aunque… ¡quién sabe!)

Ejercitan tu capacidad de materializar ideas. ¿Te imaginas perderle el miedo a hacer realidad lo que imaginas? Pues como todo, solo es cuestion de práctica. Cuanto más lo haces, más natural te resulta. Tu hobby puede incluso puede ¡abrir caminos nuevos en lo profesional!

No nos durmamos en los laureles que nunca es tarde para empezar. Solo es cuestión de dar cera y pulir cera con brío y sin desfallecer.

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No es demasiado tarde. No somos demasiado viejos, ni demasiado torpes, ni demasiado dememoriados… Todo eso señoras, se entrena, se ejercita. Y esos hobbies que vamos a incorporar a nuestras vidas nos mantendrán jóvenes, hermosas y vigorosas forever. Palabra de mujer y madre.

¿Practicas tú algún hobby? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! Y si todavía no lo haces, y buscas ideas, ahí va una lista de hobbies. Tal vez puedes recuperar algo que te gustaba hacer de niña o ir a por algo totalmente novedoso. Venga, cuéntanos con cuál empiezas.

Nuria Puig

Mi nombre es Nuria pero, donde vivo, tienden a llamarme Julia. He tirado la toalla y, si me llamas Julia, también me giraré. He trabajado en construcción y en educación pero lo que hace que me olvide de comer y de beber es: escribir. Voy por la vida con Gorro y a lo Loco

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5 comentarios

  1. Mi hobbie es el cine y/o las series de TV, así que puedo hacerlo en casa jaja
    Aunque en realidad, yo trabajo en mi hobbie así que…:)

    1. ¡Tu caso es ejemplar, Pilar! Para poder dedicarse a lo que a uno le encanta, lo primero que hay que hacer es descubrirlo! Por eso hay que buscar, probar y experimentar 🙂

  2. ¡Tienes mucha razón Nuria!
    Parecía que no iba a ser posible, pero he conseguido, poco a poco, empezar a tocar el piano. Y tiene todos esos beneficios que cuentas… Solo le veo un pero: creo que mi vecina odia el Himno de la Alegría y a mí, a partes iguales.. 😛

    1. Seguro que tu vecino está feliiiiz!!! Tócame el himno de la Alegría, Ruth!! aunque sea por whatsapp, a falta de algo mejor! Jajajaja

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