Niños sí, niños no

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De un tiempo a esta parte cada vez es más frecuente encontrar lugares donde los niños no son bien recibidos. Hoteles, restaurantes, vagones… que han colgado el cartel de que no se admiten niños. Esta tendencia parece ir en aumento y acompañada además de mucha polémica.

Recuerdo un viaje a Lanzarote con mi novio (ahora mi marido) cuando apenas teníamos 22 añitos. Recuerdo un hotel maravilloso que prometía unas vacaciones románticas y tranquilas. ¡Nada más lejos de la realidad! Un hotel que resultó ser muy familiar y que estaba llenito de niños amenizando cada rinconcito. Un hotel en el que el ambiente romántico y relajado brillaba por su ausencia. Un hotel en el que las risas, los juegos, las pelotas, los gritos y los chapuzones eran los verdaderos protagonistas. Y, ojo no digo que esté mal, pero en aquel momento para unos novios embelesados que solo buscaban tranquilidad aquel hotel no fue el mejor destino, para que nos vamos a engañar. Hubieramos preferido cien mil veces un sitio sin niños.

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Después de aquellas vacaciones entiendo a la perfección que alguién busque, en determinados momentos, un sitio libre de niños. Aunque también os diré que igual de molesto que un grupo de niños jugando al famoso Marco Polo a gritos en la piscina mientras tomas el sol o tratas de leer un libro lo es un grupo de adultos hablando en un tono de voz demasiado elevado durante una cena o haciendo el ganso en exceso. La tranquilidad y el relax es a veces dificil de encontrar haya niños o no porque también te encuentras cada adulto…

Desconozo a que puede deberse esta tendencia de ¡Niños no! pero la realidad es que aumenta cada día y parece estar de moda en nuestra sociedad. Algunos expertos apuntan que puede deberse al envejecimiento de la población (será verdad que cada vez hay menos niños o será que cada vez aguantamos menos) o al cambio generacional, dicen que las familias de antes no disfrutaban de su tiempo libre como lo hacen las de ahora (¿salíamos menos con nuestros padres?). Quizás una mezcla de ambas.

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Recientemente me he encontrado con algunos restaurantes grandes que separan al público. Si vas con niños te colocan en una zona más friendly para ellos y si vas sin niños te colocan en otra zona donde no se admiten niños. Misma comida, mismo servicio pero zonas distintas acondicionadas para cada tipo de público. También me he encontrado complejos hoteleros con varios hoteles de los cuales unos sí admiten niños y otros no. Misma cadena, mismo servicio pero enfocados para distinto tipo de publico. Quizás la clave este en poder elegir siempre y que de verdad exista una buena oferta al alcance de todo el mundo. Y a mi me parece la mejor opción, la verdad.

No se trata de tener fobia a los niños, claro que no. A mí siempre me han gustado los niños, antes de tener a mis hijas y ahora, pero… ¿hay algo de malo en querer disfrutar de una cena o unas vacaciones sin niños? Para mí no. No se trata de apartar a los niños de la sociedad pero si consigo encontrar el momento para escaparme un fin de semana sin niñas con mi marido no me apetece “tener que aguantar” a los niños de los demás. Y no por nada en especial, si no porque simplemente busco desconectar de mi rutina y mi día a día y estar rodeada de niños no creo que me vaya a ayudar.

Ocurre lo mismo con los famosos vagones silenciosos, una bendición para quién busca tranquilidad en su viaje aunque en este caso no es solo un tema de niños, eso también es verdad. Porque en esos casos no se si es más molesto mientras tú intentas dormir un niños o alguién manteniendo una conversación telefónica a voces durante gran parte del trayecto. No se dan cuenta de que lo que busco es dormir y descansar, o simplemente leer o trabajar.

Yo personalmente apuesto por la creación de nuevos espacios para todo tipo de públicos. Apuesto por la creación de nuevos restaurantes que de verdad sean friendly para niños o por hoteles que de verdad se enfoquen a un público familiar por sus espacios, sus actividades… Cuando quiera salir con mis hijas iré a ese tipo de sitios. Pero también apuesto por la creación de nuevos restaurantes o nuevos hoteles enfocados a otro tipo de público. Y vosotros que pensáis, ¿buscáis en ocasiones espacios sin niños? ¿creéis que es bueno que existan?

Imágenes: Pixabay

Natalia Martín

Soy Natalia, mami de tres… bueno de dos princesas, que me tienen loca, y un blog donde, desde hace más de cuatro años, cuento mis historietas, mis ocurrencias y mi día a día. Mujer apasionada, responsable, trabajadora, comprometida, cariñosa y muy optimista, me gusta ver el vaso siempre medio lleno. Dispuesta a darlo todo siempre y a disfrutar de este nuevo proyecto con todas vosotras.

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11 comentarios

  1. Pues opino un poco como tú. Hay momentos en los que se agradecia tener esos ratos de tranquilidad. A mi los niños nunca me han molestado, de hecho vamos de vacaciones a un hotel muy familiar pero que tiene la playa casi para el hotel nada más. Lo que no soporto son esos niños que pegan gritos y corretean por ahí poniendo en riesgo el trabajo de los camareros y mientras los padres están a lo suyo… eso si que no!!
    Y lo del vagón silencioso, si hubiese estado cuando fuimos en el ave en el viaje de novios, desde Barcelona hasta Ciudad Real lo hubiera cogido…. casi 4 horas aguantando a un par de señoras que no callaban y encima hablando a un volumen exagerado. Que horror!!
    Hay que respetar a los demás, no están en el salón de sus casas donde pueden quedarse afónicos de tanto gritar.

  2. Me parece igual de genial los espacios reservados para niños cómo los que no.
    Como bien dices, a veces necesitamos un rato para desconectar en pareja, con amigos y encontrar a los niños que no son tuyos malo, malo.
    Aquí en Barcelona ya tenemos un par de restaurantes que molan mucho donde se puede comer, merendar en una comedor muy acogedor y con un espacio al estilo IKEA pensado para que los niños estén un rato entretenidos.
    A ver si toman ejemplo los demás 😉

  3. Totalmente de acuerdo Nat, no entiendo que a la gente le parezca mal. Una cosa es que todos los sitios fueran o para niños o que no puedas entrar con ellos, eso tampoco, porque hay veces que vas con tus hijos y tampoco te apetece estar en el típico sitio de niños solo, los niños también tiene que aprender a comportarse en un restaurante normal (por ejemplo) no siempre tiene porque haber piscinas de bolas…pero que, al margen de los sitios normales, tengas las dos opciones para elegir, me parece estupendo.
    Como bien dices, si consigo hacer una escapada sin niños (que todos sabemos lo que cuesta) lo que menos me apetece es estar rodeada de los hijos de los demás.
    Gran post Natalia

  4. A mí no me molestaban los niños de los demás antes de ser madre y no me molestan ahora. La que me quita la paz, en todo caso, es mi bichilla, porque es la que depende de mí, la que tengo que vigilar para que no moleste, no se me descalabre, etc. Vamos, que yo en saliendo de casa sin ella (cosa que en 2 años ha ocurrido 2 veces) ya estoy relajada hasta en medio de una excursión de churumbeles ajenos de p3.

  5. Yo puse el grito en el cielo cuando mis cuñados me dijeron se iban de luna de miel a un hotel sin niños, pero visto ddsde tu punto de vista,igual tienes razón aunque te advierto que al último camping que fuimos, molestaban más los de las despedidas de solteros que los niños,un beso

  6. Es un tema controvertido, no tal y como lo planteas tú, sino porque yo he llegado a oír que los niños deberían estar prohibidos en algunos lugares, sobre todo de ocio pero también oficinas, y lo decían de verdad. Prohibidos como los perros. Yo me pongo en la situación de que alguien dijera que hay lugares donde no deberían ir abuelos porque se levantan mucho para ir al baño y repiten las cosas muchas veces y es una pesadez y me parece horrible. Se nos llena la boca con nuestros derechos y se nos olvida que también tenemos obligaciones. Como si los adultos no molestaramos nunca. Como si no hubiéramos sido todos niños, aunque, claro, nosotros nos portabamos genial (ejem, ejem).
    Como bien dices, cuantas más opciones haya para elegir, más fácil será encontrar lo que buscamos: romántico, tranquilo, familiar, marchoso… Pero sin pretender vivir en una burbuja sino en sociedad.

    1. Yo sí pienso que hay lugares donde los niños no deben estar. Utilizar la palabra “prohibir” suena muy mal, pero la realidad es que hay determinados restaurantes, hoteles y espacios donde buscas tranquilidad y con niños pequeños eso es complicado.
      Yo sí he estado en hoteles donde no se aceptan niños, y no veo nada de malo, al revés, ¡cuánto se agradece de vez en cuando!

  7. Estiy completamente de acuerdo contigo: hay momentos y lugares. Yo no digo que molesten, pero ni todos los lugares ni todos los momentos están hechos para compartir con ellos. Cuando más lo noto es en viajes de trabajo: tras horas de vuelo y muchos días de trabajo profesional delante, me tocó dormir al lado de una familia con niños que lloraban. Pedí un cambio de habitación y no hubo problema. Ellos no tienen la culpa, al igual que cuando yo voy con los míos, pero yo tampoco…
    Besos

  8. Yo voy con mis hijos a todos lados. Con preferencia a lugares que se esfuerzan para hacérselo atractivo a los niños porque eso nos facilita las cosas a nosotros… pero tampoco exclusivamente.

    Cuando era pequeña, no recuerdo que existieran esos maravillosos mundos infantiles y sí lo rollo que era estar sentada en un restaurante mientras la cháchara de los adultos se eternizaba.
    Como dice María más arriba, también está bien que los niños aprendan a distinguir. Hay lugares en los que gritar se permite y otros en que no.

    En todo caso… bienvenido todo lo que sean alternativas diferentes y posibilidades de elegir.
    Y sí, si voy al cine de noche a ver una peli para adultos, me sorprenderá encontrarme un chaval sentado a mi lado. 🙂

  9. Natalia opino exactamente igual que tú. Hay un momento para cada cosa. Sí es cierto que, a veces, el lenguaje empleado es demasiado agresivo -“Prohibido los niños”, “Libres de niños”… podría ser sustituido por “solo para adultos” sin que resultase tan chirriante- pero es solo eso, lenguaje. La esencia es otra y no hay que ver una campaña en contra de la infancia ni nada por el estilo. Es solo que debe haber la oportunidad de elegir. Igual que no puedes esperar tranquilidad en Disney o en McDonalds, sí me gustaría asegurarme de que, si así me apetece, puedo cenar con mi pareja o amigos en un lugar tranquilo sin niños revoloteando alrededor. Y no es nada malo que los niños revoloteen, eh! que de hecho, para eso son niños y es lo que tienen que hacer. Es solo que en algunos momentos necesito tranquilidad. También habrá quien me diga que muchos niños no revolotean, y no lo pongo en duda, pero estadísticamente hablando son los menos, precisamente, por lo que decía antes, porque está en su naturaleza.
    Así que me parece bien que haya opciones para todos los gustos/necesidades.

  10. Soy de tu misma opinión, aunque a veces el lenguaje sea un tanto agresivo. Creo que debe haber lugares para todos…y que nadie se ofenda o moleste por ello.

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