Soy la antítesis de Sharápova. Shame on me!

¿Que no sabes quién es Sharápova?

Se nota que no convives con un fanático del tenis. En esto hay que reconocer que ha habido una ligera transformación. Hace unos años, a los hombres no les interesaba demasiado el tenis femenino, y eso que en España teníamos a Arantxa en primera línea dándolo todo. De pronto aparecieron en escena las rubias del este y los vientos cambiaron de dirección. Fiu, fiuuuuu...

Kournikova, Caroline Wozniacki, Aranzeka y, por encima de todas ellas, la versátil Sharapova, son ejemplos de mujeres tenistas que cumplen con determinados cánones de belleza. Dos en uno, señores. (Un avance respecto a las azafatas florero de la Fórmula 1, todo hay que decirlo).

Pues bien, puestos en situación, yo confieso que el único deporte que practico es el tenis, pero que cuando lo hago me siento como la antítesis hegeliana de Sharápova. Soy algo así como un híbrido fifty-fifty entre Nadal y su gesto elcalzónsemeteenelojete, por un lado; y Serena Williams doña aibaquetemetodosyoyas, por el otro.

 

serena williams animated GIF
Santiago, cierraEspañaAAAARRGHHH

El otro día mi amiga Pilar se comprometía a dejar de ser una pathetic runner. Ja. Lo mío no tiene remedio.

Definitivamente, y por si alguien lo dudaba, esto de la elegancia no es una cuestión de género. Sin cambiar de deporte, Roger Federer tiene cuarenta raciones más que yo de ese “je ne sais pas” que llamamos glamour.

¿Que por qué soy la anti-Sharapova?

Aquí están las razones por las que soy un fake como tenista:

 

1.- La típica faldita de tenis, descartada para mí. Primero porque llevarla exige estar al día con la depilación incluso en invierno. Pffff... Segundo, porque mis troncomuslos no están hechos para el estilo “minimalista”. Así que ya empiezo con unas mallas tipo running que encontré de oferta en el Decathlon. Mal.

2.- Me pongo un sujetador deportivo porque el tamaño de mi pechonalidad lo exige. Pero he de reconocer que su mera colocación me parece una tortura, y que ya acudo a la pista desempoderada, antesala de lo que me espera.

3.- Tengo un truco de supervivencia, pero desgraciadamente remata definitivamente mi look. Como me sofoco con bastante facilidad, me visto como una cebolla, a tope de capas. Así, durante el partido voy quitándome ropajes y disfrutando durante unos minutos de la ilusión sensitiva de que estoy controlando la respiración y mi termostato interno. Obviamente, a costa de parecer Michelín durante la primera media hora de partido.

4. No tengo el don de la elegancia: mi pose básica es “piernas abiertas, posición sentadilla”, tipo boxeador esperando un gancho de su rival. Lo peor es que mi compañera juega mucho a Paddel: movimientos refinados, giritos a lo Bisbal, saques estilosos, mechones sexys… Ejem. Las comparaciones son odiosas.

 

maria sharapova animated GIF

Así ejecuta la Sharapova un revés, ejem, ejem.

 5. Cuando ha transcurrido media hora de partido estoy agotada y cada golpe de raqueta me produce ganas de emitir un aullido nivel parto. Peeeeero me da una vergüenza terrible: el grito orgásmico y/o psicomágico del tenis está reservado a gente que juega al tenis. Lo mío es peloteo y del chungo.

6. No tengo estrategia contra mi contricante, no hay jugadas tácticas ni nada por el estilo. Cuando le lanzo la pelota a la otra punta de la cancha solo busco ganar tiempo para respirar. Me la refanfinfla la puntuación y mucho menos mi ego que, en ese momento por cierto, lo tengo atascado en la red como el ochenta por ciento de pelotas que lanzo.

7. Mientras juego, mi idea de paraíso se convierte en una simple playa (¡me vale hasta Benidorm!), y dos palas: un peloteo sencillo, sin acelerones ni carreras, mientras las olas del mar me bañan los tobillos y sobre todo, donde no me encontraría una red mierder dejándome el ego como un higo chumbo.

Foto via Everystockphoto
Foto via Everystockphoto

 

8. Cuando empiezo a cansarme seriamente, me entra hambre. Me anonadan esas mujeres que dicen: “estaba tan agotada que me fui a la cama sin cenar”. ¡Pavisosas! (desde el cariño). A mí la fatiga me abre el apetito. Bueno, y el aburrimiento, y el estrés y respirar. A lo que iba: siento hambre al hacer ejercicio y muero por ese plátano que diligentemente he guardado en la mochila antes de salir de casa. Lo visualizo, hummmm, me apetece… Me babo, pero ¡ops! Hay una regla no escrita que toda aprendiz de tenis conoce:  la ingesta de fósforo durante el partido está reservada a las diosas del Olimpo. Yo soy una recogepelotas con ínfulas de raquetewoman. Así que puesta a deglutir algo, trago saliva que llama menos la atención.

9. Con este panorama me paso casi todo el partido con la moral underground. Y entonces, una pelota de la cancha contigua cae en mi terreno. Miro a los dueños de la esférica: dos hombres fornidos, fenotipo ñam. Hay que devolverles la pelota. La profecía se cierne sobre mi cabeza: vas a hacer el mongui, vas a hacer el mongui. Me agacho. Mido consecuencias distancias. Repaso mentalmente: raqueta o no raqueta. Me separo, dos pasitos adelante María, me acerco. No hay tiempo para más. ¡Lanzo!

Oh-oh-oooooohhhh 

La pelota golpea en la verja de alambre que nos separa y cae de nuevo en mi cancha. Los mozos cómplices se miran entre ellos y yo quiero correr lejos, muy lejos. Hasta Benidorm como poco.

La culpa es del sujetador, ¡ya he dicho que me desempodera!

 

OFF THE RECORD: A pesar de las nueve razones anteriores, hay una décima que me anima a volver a pasar por lo mismo una y otra vez. Cuando llego a casa, sudorosa y me encuentro a mi marido en pleno zafarrancho con mis criaturas, me reciben toooodos como si fuese una auténtica heroína. Yo les miro con ojitos de algodón, me seco el sudor de la frente y me siento como si viniese de levantar la copa del Roland Garros.

 

wins animated GIF

 ¡Va por ustedes!

Esto es lo que de momento mantiene vivo mi espíritu deportivo – aunque respira con dificultad -. Cuando ya nadie me haga caso al llegar a casa, optaré por la Gimnasia para vagas que proponen desde WeLoverSize.

Y tú, ¿cómo te sientes al practicar deporte?

Equipo MMM

Las chicas de la redacción de Mujeres y Madres Magazine contando sus cosas. Nos gusta compartir lo que pensamos.

Artículos recomendados

20 comentarios

  1. jaja venga ya! no me creo nada
    Seguro que tienes un estilazo impresionante y vas monísima de la muerte a tus partidos 😉
    Un besazo!!

    1. Jajajajaja, que no, que noooo.. Que es completamente cierto!! Soy un desastre en estilo cuando hago deporte. Repito. Cuando hago deporte
      ¿Qué tal va lo tuyo del running? 😉
      Besazos

  2. Yo siempre fuí más de Gabriela Sabatini.
    Y no sólo por el peinado que llevo ańos imitando.
    Hay que sonreír todo el rato y tener glamour para todo.
    Y si encima le das a la pelota ya es lo más.

    1. Jajajajaja, se nota la ironía en el post, ¿no? Veo que la has captado perfectamente. Hasta el retuétano de que debamos ser perfectas. Cuando una hace deporte, suda, grita y aúlla si es necesario, hombre yaaa!!

      Besazos

  3. Mi querida Vero, de mañana no pasa que nos hacemos con una faldita, un par de culotes y un sujetador feel beautiful…Ah¡ y llevaté una camiseta de recambio, que a eso del primer cuarto de hora, va a estar tan empapada que habrá que cambiarla, a pie de pista….y sin sombrilla….(aquí chorradas las justas)….

    1. Jajaja, venga vale!! Quedamos a la salida del curro, y me acompañas a Ferrer que tiene algo más de Glam que el Decathon!De todas formas lo que es vital es que dejes de hacer esas posturitas paddlelianas que me bajan la moral cosa fina. Venimos a mandar la pelota a Cuenca y se nos tiene que ver de lejos la intención, XD

      Besotes!

  4. jajajajajaaja me encanta el post! ¿Lo has escrito para mi? Lo único que yo añadiría es el novio de Sharapova…..mmmmmmmmm

    1. Jajaja, Darina, pues mira, no tengo el placer de conocer al novio de la susodicha, pero me has creado una necesidad.¡Voy a googlear, jaja! XD

  5. JAjajaa!! Ha sido genial. Seguro que tienes mucho estilo jugando.
    Recuerdo que una vez intenté jugar al tenis y colé 3 pelotas en el descampado de al lado… un horror jajajaja
    Saludos!

    1. Jajaja, a mí eso de “descampado” me suena a música celestial. Seguro que ahí podías hacer el mongui en plena libertad, sin sentirte observada XD
      ¡Gracias por la visita!

  6. yo hago deporte desde siempre, y me ha horrorizado siempre la ropa de deporte.. usarla para ir por la calle? que me dices!!…

    siempre he ido cómoda, mallas largas, sudadera, camisetas holgadas, etc.. pelo despeluchao pero oye, no se me mete en la cara… y poco más.

    Salgo a correr que si me vieras te cambiabas de acera seguro, pero vamos a ver, yo a que voy? a ligar con el portero de un bloque que es el único despierto a esas horas? nooo .. voy a correr, a que me de el airecito y a no preocuparme de si mis lorzas, pelujos, y derivados… están donde tienen que estar..

    Te gusta correr? ajajja

    1. Jajajajaja, si es que tienes toda la razón del mundo. De ahí la ironía subterfugia del post, es que tenemos que estar divinas hasta para hacer deporte!! Yo soy de tu club, voy a lo que voy. A dejarme la piel en la cancha, sudar like a piggy y pasar un ratito de vergüenza si hay expectación XD
      Correr no, no me gusta nada. Me da mucha fatiga y no tengo tiempo para respirar en medio. Es un de 0 a 100 que a mí me mata 😀

      ¡Gracias por tu comentario, Miri!

  7. De pequeña iba a clases de tenis (hace décadas que no cojo una raqueta) y era más del tipo Arantxa: modelito que sienta mal, tipo de botijo y corriendo de una a lado a otro de la pista como si no hubiera un mañana por tal de no perder ni una bola. El “Sharapovo” era mi hermano, que parecía que ni se despeinaba ni tenía que correr para ganar. Ahora, el deporte ha pasado a mejor vida. Desde que parí me dijo la matrona: “como andarás escasa de tiempo, por lo menos aprovecha para dar el paseo con la niña lo más deprisa que puedas.” Así es que la llevo cada tarde a merendar a casa de mi madre y tratamos de hacer tiempo récord cada día pateando los casi 4 kilómetros de ida y vuelta entre una casa y la otra. Y aquí termina mi última relación con el deporte. Por cierto ¡yo tampoco entiendo cómo se salta la gente las comidas por cansancio!

    1. Madre mía, 4 kilómeeeetros!! Y CADA DÍA!!! Pero niña, tú juegas en otra liga, alma de mi vida. No, yo con suerte hago deporte los domingos, dándome el madrugón padre y justito antes de ir a misa XD Imagínate cómo escucho yo el sermón con este periplo que he contado a de mis espaldas, jajaja

      Me encanta lo de tu hermano Sharapovo, y es que siempre ha habido clases y gente con clase 😉

      Besos hermosa

  8. Genial entrada. Yo te reto a ver quién tiene menos estilo que tienes que verme a mí recogiendo la pelota … ejem, ejem . Feminidad, elegancia? Y eso que voy divina. Porque hablas del tenis, pero yo ya me he pasado al paddle que por lo menos las pistas son más pequeñas y hay que correr menos. Qué cansino esto de hacer deporte, por favor!

    1. Jajajaja, no sabes tú nada, amiga. Yo cuando veo a cuatro personas en un cubículo pienso que eso no es hacer deporte. Es como jugar al futbolín, XD
      Pero mi amiga paddleliana dice que qué atrevida es la ignorancia, jajaja. Igual os hago caso y pruebo a cambiar de deporte 😀

      Un saludo!!

  9. Ja ja ja me identifico contigo y por eso hace mucho deje de jugar al tenis, pensare en tu motivo y volveré a hacer deporte

    1. Jajaja, bienvenido sea siempre el espíritu deportivo, que dicen que es muy bueno

      Me alegro de haber contribuido a reavivártelo XD

      Un abrazo linda

  10. Tía, me he descojonado pero mucho mucho con el punto 2, 6 y el 9, jajajajjaja!! Qué grande!!!!

    1. Jajaja, desde luego el punto 9 es el mejor!!!! Y real, real.. vamos, que me pasa siempre! O me paso o no llego XD
      Debe ser causa de algún defecto de fábrica 😀
      Besotes

Los comentarios están cerrados.