El sensor de la limpieza

*Nota: Antes de empezar a escribir (y vosotros a leer) os advierto de que es posible que penséis que estoy generalizando y puede que así sea. No me baso en nada más que en mi propia experiencia y en la de la gente de mi entorno.

Desde que me casé tengo la sensación de que dispongo de un sensor de la limpieza más sensible que el de mi marido (y que tendré que educar en mi hijo). Yo veo las pelusas, las gotas, las manchas, soy consciente de la necesidad de cambiar sábanas y toallas mucho antes que él. De hecho estoy segura de que si hubiera escrito en aquella entrada en la que contábamos qué nos desenamoraba de los hombres el tema de la limpieza hubiera sido mi aportación. Y no se trata de que a mí me encante limpiar, que ya os digo yo que no, pero hay algunas cosas básicas que él no ve nunca y que a mí me pone de los nervios que olvide. Hoy os cuento algunas de las cosas cuyo sensor de la limpieza nunca detecta sensor-limpieza_5

El fregadero de la cocina

Es un clásico en nuestra convivencia: ¿imagináis ese fregadero después de comer con todos los utensilios empleados en la preparación de la comida sobresaliendo por encima de su límite? Pues mi marido también los ve y los friega pero no se le ocurre jamás limpiar el fregadero. Qué queréis que os diga, a mí esos chorretes de restos de comida y jabón me ponen de los nervios, no puedo con ellos. Reconozco que el problema también es mío pero no lo puedo evitar: cuando llego a la cocina y veo la pila sucia siempre hay un conato de bronca en casa.sensor-limpieza_4

Las cosas que se quedan fuera de los armarios

Si para cocinar he usado el salero, el bote de la cayena y el tarro de los fideos tened por seguro que se quedarán donde los haya dejado. Lo mismo ocurre con esa jarrita que empleé para agregar agua a la olla o la puntilla que se quedó cerca de la placa: son invisibles a sus ojos. Mi arroz con pollo es un clásico para esto. El vaso con el que eché el vino, el azafrán, el resto de la cabeza de ajo y la botella de vino misma se quedarán en la encimera hasta que vaya a la cocina y los recoja. Mira que mi abuela me puso durante mi infancia a Arguiñano y, como él, intento ir recogiendo todo mientras cocino pero se ve que no tengo las tablas del cocinero profesional y siempre se me queda algo por medio.

El espejo del baño…

El espejo del baño es ese gran desconocido para mi señor esposo. Él hace el baño (obviando siempre el polvo que se acumula encima de los enchufes, of course) pero no limpia el espejo y habréis de convenir conmigo en que espejo sucio, baño sucio.  Y ahora que lo pienso… ¿qué es toda esa mugre que se acumula en la superficie del espejo?, ¿de dónde viene? Que lo de los restos de la pasta de dientes lo puedo llegar a comprender pero lo demás se escapa a mi entendimiento. sensor-limpieza_1

… y el grifo del lavabo

no sé cómo lo hace para no darse cuenta nunca de que el grifo está sucio pero el caso es que no lo ve. Mi chico limpia el lavabo (con mejor o peor suerte, es cierto) y mira que el grifo se esfuerza, ahí, erguido contra viento y marea, diciéndole al mundo que existe pero, oye, ni por esas. Con lo bonito que es un grifo reluciente con un espejo igualmente destellante encima… a Dios pongo por testigo de que conseguiré que los acabe limpiando.sensor-limpieza_3

El polvo en los muebles

Es curioso que alguien que puede detectar a metros de distancia las pequeñas manitas de nuestro hijo sobre la pantalla del televisor (esté apagada o encendida) no sea capaz de ver la capa de polvo sobre nuestro mueble BLANCO. Quien dice el mueble blanco dice la mesa negra y si no el cuadro de la entrada, mi marido no ve el polvo. Nunca. Jamás.sensor-limpieza_2

La suciedad que se acumula bajo las camas o el sofá

Reconozcamos que forman parte de la zona oscura de la casa, esa a la que es mejor no asomarse y a la que sólo acudimos cuando es necesario buscar algo que mágicamente ha desaparecido. Reconozcamos, asimismo, que es un tostón limpiar debajo porque hay que mover los muebles, arrastrarlos, y además hacerlo por partes porque nunca hay espacio suficiente para apartarlos de su espacio y limpiar pero hay que hacerlo. Cuando pienso en el microcosmos que puede habitar bajo nuestra cama me da mal rollo y pienso en infecciones de vías respiratorias varias. Me dura lo poco que tardo en recordar lo costoso que es moverla. Si en el fondo no estamos tan alejados…

Contadme si os pasa a vosotras también, por favor. Tengo una amiga que siempre me dice que ella hace la vista gorda con ciertas cosas porque si no su chico no limpiaría nunca, ¿vosotras lo conseguís? Yo es que soy muy de sangre caliente y lo intento e intento aunque no siempre lo consigo. Y si sois de las que, como mi marido, tenéis un sensor menos sensible contádmelo también. A ver si consigo reprogramar el mío y me libero un poco.

Imágenes vía Pixabay

Let B. Díaz

Soy Leticia la mamá de Ojazos desde 2013, mujer desde 1978. Siempre corriendo y con mil cosas en la cabeza para hacer pero con poco tiempo para llevarlas a cabo. Escribo en Esto no es como me lo contaron y Las Letras de Let porque es lo que más me gusta hacer en el
mundo. Activa, habladora y comprometida, cabezota y risueña vivo en una permanente contradicción. Necesito contar las cosas que me pasan para que no se me enquisten en alma.

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20 comentarios

  1. Buenos días, pues a ver aquí cada uno tenemos nuestro sensor y también nuestra forma de limpiar jajaja….así que menor limpiar por separado y no criticar ni opinar,porque si no, riña al canto, así que tras 15 años de vida parejil hemos aprendido a ignorar o hacer la vista gorda a lo qie hace el otro…y yo, confieso que sin que me vea voy detrás y remato lo que creo que no está bien jajaja….agonías que es una.

    Que tire la primera piedra la que no tenga ningún problema con los temas limpiezas….

    Y sí, ese lado oscuro bajo los muebles,es horror….sobretodo cuando se cae algo bajo el sofá y tienes visitas jaja que todos se agachan para ver bajo él, y tú “noooo…tranquilossss,ya lo saco yooooo” vienes con tu palo de escoba y salen las pelusas tras la graciosa pelotita que decidió enseñar las vergüenzas de la casa jajaja…

    Espero que no tengáis muchas riñas : )

    1. Jaajajajaja! Nunca hay que permitir que las visitas miren debajo del sofá! Es más! Cómo se atreven siquiera a intentarlo!

      1. El bajo del sofá es el mal… Yo creo que un día saldrá David Bowie de ahí como si aquello fuera Dentro del Laberinto 😉

        1. Jajaja i love esa peli..es una de mis favoritas de las antiguas…..jeje….

          Lo del sofá,cuando soy yo lamque va a casa de los demás prefiero no mirar…porque no sé si me da más miedo,ver que hay una pelusa tamaño Gremlin o me da pavor ver lo limpio que está en comparación a los bajos del mío jaja

  2. Con mi pareja broncas por limpieza no hemos tenido… Porque peca por unos lados en cambio otros los hace super bien y por tanto compensa.
    Por ejemplo, en el baño lo hace todo (incluido el espejo) pero el desague de la pica de las manos no toca, el grifo limpia la parte superior pero la inferior que no se ve esa queda olvidada, la taza el water tres quartos toda limpita y reluciente pero los bordes internos pobrecillos chillandole limpiame limpiame y el que no los oye…
    Tambien los grandes olvidados son los enchufes, pomos de puerta o la mismisima puerta que se ve que ella tiebe autolimpieza y yo aun no me habia enterado.
    Ahora cuando le toca hacer el comedor… Quita todo lo que hay en las estanterias para quitar el polvo, mueve la mesa y el sofa para aspirar hasta el ultimo rinconcito…
    Con lo cual me abstengo de decir nada, alguna vez cuando me toca a mi le dejo caer un has visto que reluciente me ha quedado el desague ;p o alguna cosa por el estilo a ver si se da por eludido de momento no ha sido asi pero quizas algun dia…

    1. Ves, vosotros estáis equilibrados y eso es bueno. Llegar a ese punto en el que sabes cuándo es mejor callar es una experiencia religiosa.

  3. De lo que has escrito saco dos conclusiones: a) tu marido y el mío son gemelos que fueron separados al nacer o b) es algo bastante generalizado entre el sexo masculino. Suscribo todas toditas tus palabras.
    Ah, por cierto, este verano nos cambiamos el sofá, que ya tocaba. El nuevo llega hasta el suelo y ya no ruedan los juguetes debajo y las pelusas casi ni caben. Y eso… ¡es media vida!

    1. Ay, amiga mía, me atrevería a decir que es la opción b) pero me tacharían de corporativista… JAJAJA

  4. Mi sensor no es muy agudo, lo reconozco…me he convertido en especialista de mirar hacia otro lado jaja
    Y a pesar de eso, soy capaz de ver que las sábanas están para cambiar por el ejemplo y mi marido no…
    Sí, tenemos los sensores ajustados de distinta forma jeje

    1. Llega un momento en que es mejor aprender a girar la cabecita (si las contracturas del cuello te lo permiten) y dejar de sufrir. Eso es así.

  5. Ufff lo de los sensores de limpieza da para no uno, sino dos o tres posts! En mi caso debe ser que mi “umbral de aguante” es mucho más bajo que el de mi marido, y a mi me “molesta” el desorden antes que a él. El tema de la limpieza lo solucionamos con una asistenta un día a la semana, y pagamos gustosamente por el trabajo (y las broncas) que nos ahorra. Pero los otros seis días restantes se sigue poniendo casi una lavadora diaria, que después hay que recoger, doblar, colocar, etc. Yo cuando recojo la ropa limpia, la distribuyo y coloco en cada cajón, en cada armario, (es lo suyo no?), de los cuatro miembros de nuestra familia. Cuando él la coloca, toda mi ropa acaba, perfectamente doblada, eso sí, encima de la cama, como si después de 8 años de convivencia no supiera donde guardo las camisetas o las bragas! O la tolerancia a la cantidad de cosas varias que puede haber encima de la mesa del salón a última hora de la tarde, véase la última montaña de ropa recién salida de la secadora, las mochilas de los niños, mi bolso, juguetes varios… es como un agujero negro que atrae cualquier cosa que se encuentre en el salón en ese momento… en fin… por otro lado si que es cierto que así como yo recojo y limpio la cocina, por ejemplo, él es el que cocina todas las noches, (si por mi fuera la familia se alimentaría de pasta o ensalada)… Creo que al final lo importante es llegar a ese “happy medium” que haga que la vida en pareja o en familia siga yendo en cierta armonía y no se convierta en una discusión permanente porque creamos que todo tiene que ser hecho a nuestra menera… (aunque sepamos a ciencia cierta que sea la mejor) 😉
    Lo dicho, que esto podría dar para muchos más posts!
    Besos!

    1. Oye, pues me ha encantado eso del “happy medium”. Yo hago muchas cosas de las que dices que hace tu marido, en nuestra casa soy yo la que convierte la mesa del salón en un agujero negro, pero también es cierto que si no lo recojo yo no lo hace nadie. Nosotros tampoco nos guardamos la ropa el uno al otro, tenemos una especie de “respeto sagrado” por el armario y los cajones del otro xD. Yo sueño con poder permitirme esa asistenta y ahorrarme las “discrepancias” con mi marido. Besos.

  6. Yo no soy la reina de la limpieza, lo detesto pero lo hago. Mi marido también hace sus cosillas… pero más que en el tema de la limpieza es que se le olvida recoger lo que gasta. El cartón del rollo de papel higiénico, tiene l papelera justo al lado, pues nada oye la ignora. Si abre alguna bolsa de queso rayado o algo por el estilo, el plástico que corta se queda eb la encimera. Juro qur un día lo dejé a ver si lo tiraba… 3 dias de un lado a otro de la encimera. Como es posible??

    1. Me leo en tus palabras. Todos esos “olvidos” también ocurren en mi casa

  7. Sólo una preguntita ¿estás segura de que tu marido no es bígamo? Yo juraría que también estoy casada con él.

    1. Jajajajaja… me parece que tiene más de dos esposas por lo que voy leyendo 😉

  8. No te preocupes del microcosmos debajo de los muebles. Leí unos estudios que decían que tanta pulcritud en casa cuando se tienen bebés les hacen débiles, más intolerantes y alérgicos que si se tiene una mijita de mugre sanamente. Desde ese día ¡vivo feliz en nuestro caos! El tema del fregadero creo que es de lo peorcito también en esta casa.

    1. Me encantan esos estudios… ¿no tendrás el link? jajajaja

  9. Tienes mucha razón, el sensor de mi novia es mucho más sensible que el mío. Más de una vez hay bronca porque ella ve desorden donde yo veo orden.

    Aunque sobre las cosas del armario ¿dejarlas fuera no es desorden? 🙂 Mi novia también lo hace y siempre me toca a mi colocarlas.

    El polvo y los espejos soy incapaz de verlos, deberían tener lucecitas de suciedad o algo así :-))

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