Me chiflan los vídeos de los karaokes

Hoy quiero confesar… que me gusta el karaoke. No voy mucho porque soy una respetable madre de familia y no me pongo en ridículo cantando a grito pelado delante de extraños como si no hubiese un mañana (ejem) pero cuando voy, lo doy todo. La fauna que puebla los karaokes daría para otro post, pero hoy quiero centrarme en algo que me perturba mucho: los vídeos de los karaokes.

He de reconocer que me inquietan y fascinan a partes iguales. No sé si es esa estética de todo a cien, las actuaciones propias de una función (mala) de colegio, esas historias un poco WTF o incluso la música que recuerda sospechosamente a la de aquellos que iban con una cabra por las calles con el organillo… o a Camela. Me encantan. Son todo un subgénero musical en sí.  Hoy destripo los vídeos musicales de los karaokes. Os reto a verlos sin cantar ni una sola nota. ¡Seguro que no podéis!

karaoke

Rocío Jurado – Ese hombre

De todas las canciones y vídeos de karaoke del mundo, este es mi preferido porque cuando lo cantas a grito pelado puedes darlo todo. El vídeo trata de un chulopiscinas con poco gusto en el vestir pero muy amante de las joyas porque las exhibe por todos los sitios. Él está convencido de que es guay, lleva unas gafas así como Rayban y masca chicle, pero a la chica le da muy mala vida porque no es de ley.

Objetivo Birmania – Los amigos de mis amigas

Este va de una chica muy juvenil, con sus perlas y el pantalón hasta el sobaco, que queda con un chico que es un poco “casanova de barrio”. Lleva la camisa abierta hasta la cintura y aunque no tiene pelo, sabemos que metrosexual no es, porque directamente se ve lampiño. Y luego resulta que a su amiga también le mola, pero para aclarar quién sí quién no, los corazones que superponen en la pantalla son de otro color, para que se note la diferencia. Todo muy así.

Ole, Olé – Con solo una mirada

La verdad es que este vídeo tarda un poco en arrancar. Al principio no sabes si él la persigue, es su albañil y trabaja para ella o va a montarse un puesto en el rastro con el tablón ese que acarrea como si no hubiera un mañana. Luego resulta que no, que es fotógrafo y ella su modelo y él le hace fotos con una cámara digital, de esas que se rebobinaba el carrete con los dedos. Está claro que el presupuesto del videoclip lo han gastado en la cámara porque ella parece que no se ha peinado en todo el vídeo.

Roxette – No sé si es amor

Este va de dos locas, la loca de las palomas que espera a un barco y que podría ser Marta Sánchez en los 80-90 con el pelo color platino y las cejas negras y la loca de los gatos, que espera en su casa no sé muy bien qué. Es un poco perturbador.

Sergio Dalma – Ave Lucía

Todo comienza con la madre de Norman Bates, que se mece en una silla en una mansión en plan “Los Otros”. Mira un cartel de ballet, y entonces es cuando sabemos que “el predictor se pinta de rosa en el cuarto de baño” porque empieza a ver niños. Muchos niños. Así, como en blanco y negro, corriendo. Es un poco inquietante. Pero ella baila. Y luego tiene a un niño, al que sienta en aquella mecedora como de película de miedo. Y juega con el teléfono rojo, como si fuera Gila. Esto no lo he entendido muy bien. Todo muy bonito y con una estética muy trabajada.

Raphael – Yo soy aquel

Que no digo yo que Raphael no diera un poco de miedo también, pero este vídeo no sabes si es de uno que está muy atormentado o de uno que planea el secuestro de la muchacha. ¡La madre de dios! Entre la penumbra, el momento “retrato de Dorian Gray” y la diana en la que clava sus dardos ¡¡¡santo dios!!! ¡¡¡huyeeeeeeee!!! ¡¡¡Corre, Forrest, corre!!!

Tennessee – La vi correr

En este la muchacha también corre, pero al contrario que el anterior este no da nada de miedito. La chica corre porque él es un pringado que va con cazadora así como de beisbol por la Casa de Campo y fijo que eso no estaba nada “in” ya entonces.

Mecano – Perdido en mi habitación

Si alguien no sabía como eran las resacas en los ochenta, en este vídeo se pueden hacer una idea. Ver programas de dudoso gusto tirado en el sofá y fumando como si no hubiese un mañana. Más o menos.

Pedro Marín – Aire

Este es el vídeo en el que Ágatha Ruiz de la Prada se inspiró para crear sus vestidos. Son cuatro pavas (y el término no está nada elegido a la ligera) que se dedican a ir vestidas como si vinieran del circo por las calles de una ciudad hasta llegar a un montículo en un parque. Ahí ellas como si les hubiese dado un aire (ah-ah-ah) se ponen a bailotear frenéticas con una coreografía así como de los cantajuegos.

Sara Palacios

Soy Sara Palacios, aunque en la red muchos me conocen como Walewska, mi nombre de guerra. Soy curiosa, inquieta, seriéfila, gafapastas y a ratos pedante. Los que me conocen dicen que tengo mucho sentido del humor y yo no sé si soy graciosa o no, pero que me gusta reírme continuamente es un hecho. ¡Soy una optimista incorregible!

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10 comentarios

  1. Eres la mejor!
    lo que me he podido reir!
    Reconozco que adoro los karaokes porque tienen un encanto especial: entre los que cantan y los vídeos, es imposible aburrirse jaja

  2. Jajajaja!!! Me las sé todas, como se nota que somos de la misma generación… Ya quedada magazinera con karaoke incluido

  3. ¡Grandes clásicos! Del Karaoke y de andar por casa. Mira, lo del peinado despeinado, como ahora está tan de moda, que hasta te puedes presentar en los Oscars o en una pasarela a desfilar con la cabeza sucia y como si se te hubiera enganchado el gato en el pelo antes de salir de casa, pues casi que no deberíamos criticar la estética del pasado ¡lo feo siempre vuelve! Y decías tú de las botas Hugg… 😛

  4. Majaaaa, Sara, alucinada estoy ! No había visto super producciones de este tipo en mi vida, increíble lo que me he podido reír. Sigo, un beso.

  5. Increíble pero cierto.. la de veces que comentamos lo horteras que eran los videos cuando íbamos mis amigas y yo a cenar a un restaurante con Karaoke en el postre… un género aparte

  6. Qué risa, ahora es cuando veo claro que he ido demasiado poco al karaoke…

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