No me gusta especialmente hacer las tareas del hogar. Por ejemplo, me da mucha paz tener el baño limpio o la cocina recogida, pero hacerlo me da una pereza infinita. Por eso me he embarcado en una búsqueda titánica -bueno, puede que no tan titánica- para encontrar inventos tecnológicos que faciliten la vida. (Y que no me cuesten un ojo de la cara, eso también). Que faciliten mi vida concretamente. Que el tiempo es limitado y mola más emplearlo en otras cosas. Como correr. Como escribir. Como estar con amigas. Como pasar tiempo en familia. Pero, ¿limpiar con mi síndrome de Diógenes o hacer tareas de casa? No. Eso no mola.
Así que te voy a contar los tesoritos que he ido encontrando. Puede que algunos ya los conozcas pero dudes de su utilidad. Puede que conozcas otros que incluir en la lista. ¿Compartimos conocimientos?
Inventos tecnológicos: el robot aspirador
Mi mentalidad de clase obrera me decía que el robot aspirador no era para mí. Que eso era un invento para la gente que tiene más pasta que yo -sin caer en la cuenta de que esa gente tiene contratado personal para las tareas del hogar-. El caso es que desde que, como os conté en este post, leí a Alicia hablar de las maravillas de su Roomba, me empezó a corroer la envidia. Y a sentir la acuciante necesidad.
Empecé a buscar ofertas de Roomba en todas partes. En Amazon, encontrando algún modelo a un precio majo, y en los grandes almacenes y otras tiendas pensando en financiarlo. Pero mi Paco se negaba a pagar ese dineral. Cuando ya había perdido toda esperanza, recibí un WhatsApp suyo -de mi Paco, se entiende- diciéndome que había encontrado una oferta en Amazon, que le echara un vistazo. Ni lo miré. Directamente compré en 1-clic. Y Limpito llegó al día siguiente a nuestras vidas.
Nuestro robot es un iLife. Este concretamente. Desde que lo tenemos nuestro suelo no guarda mota de polvo jamás. Puedo ponerle un par de pegas: que a veces es un poco “errático” en su forma de limpiar y que los muebles oscuros no son detectados por su sensor. Esos se los come. Vamos, que choca contra ellos. Por lo demás, una maravilla. Y creo que, por lo que nos costó, ya lo tenemos más que amortizado. ¿Daremos el salto a Roomba? Pues de momento no lo veo necesario, pero no lo descarto ahora que sé lo que supone.
El planchar se va a acabar
En mi casa no se plancha. No tengo tiempo para ello. Procuro comprar ropa que no lo requiera, tendemos con mucho arte y, lo que no queda más remedio, se plancha en el mismo momento en que va a ser usado. Pero, claro, montar tabla de plancha para un solo vestido o camisa era un poco tostón. Así que cuando leí este artículo de Para el bebé tuve claro la solución a mis males pasaba por Rowenta Access Steam. Así que hice otra comprita en 1-clic y a esperar que llegara a casa ;).
Desde que ha llegado llevo la ropa más planchada que nunca. Se calienta en 45 segundos, tiene un chorro de vapor muy potente que se pasa por la ropa colgada en su percha. Además, elimina olores. Tiene un cable larguísimo -en la info pone tres metros, pero no me he parado a comprobarlo- que facilita bastante su uso y una pieza metálica para colgar la percha en la puerta . La única pega que puedo ponerle por el momento es que pesa un poco. Pero me parece un mal menor, la verdad.
Con lo que odio limpiar las ventanas…
… y tengo un ventanal de más de cinco metros en el salón… ¡y con doble ventana! Así que, cansada de que mi madre me dijera lo sucias que estaban las ventanas cada vez que venía a casa -os recuerdo que no tengo tiempo prioritario para esto-, empecé a mirar cacharritos para limpiarlas. Una nueva visita a mi tienda online de referencia me puso a pensarme si compensaría su uso el precio que tenían. Que, oye, mi mente proletaria volvía a pensar que no tenía que gastar dinero en “tontadas”. Quiso la suerte que en las cuentas de Instagram y Facebook de Planeando ser Padres sortearan una Kärcher… y que me tocara.
Tardé en estrenarla, porque cuando llegó habían empezado las lluvias en Móstoles, pero, efectivamente, una vez que lo hice descubrí que es una maravilla. Limpia y seca en una sola pasada, aunque hay que cogerle algo el truquillo, eso también es verdad. Se compone de dos piezas: un vaporizador para mojar y limpiar y un aspirador que remata la jugada. No sé cómo he podido estar tanto tiempo sin ella. Bueno, sí lo sé… con las ventanas sucias ;).
Mis próximas adquisiciones
Sigo a la busca y captura de inventos tecnológicos que optimicen mi tiempo. Tengo en mente hacerme con un aspirador de mano, aunque aún sigo barajando cuál se vendrá en un solo clic ;). ¿Su utilidad? Limpiar pelos del baño. Recoger migas de la mesa. Y, en general, desmontar pequeños desastres diarios, como cuando el peque decide sacar punta a sus lápices.
Sigo pensando si habrá algo que limpie el polvo con poco esfuerzo… aunque me da que, de momento, eso no existe.
Imágenes: propias.
El Roomba (o sus homólogos) me tientan, pero como vivo en una casa con varias plantas me da miedo que se caiga por las escaleras y montemos un pollo del 15 jaja
Una puertecita de esas de los niños, Pilar ;).
¡Mega fan del Roomba! Me he resistido 5 años a comprarlo, pero nos lo regalamos mutuamente para unos Reyes y oye ¡limpia y duerme y entretiene bebés que da gusto!
Exacto, es una maravilla. Ojalá lo hubiera descubierto antes.
Mira qué bien! Yo tengo la plancha, las dos otras cosas no, pero vamos… que tienen una pinta…
Mi vida es mucho más feliz desde que las uso. De verdad 🙂