¿Por qué la maternidad revoluciona nuestras entrañas?

Por Miriam Escacena

Hoy me estreno muy agradecida por la oportunidad de escribir en este espacio de Mujeres & Madres Magazine y me gustaría comenzar hablando sobre algo que nos ha pasado a muchas de nosotras. Cada vez conozco más casos de mujeres cercanas a las que la maternidad les ha cambiado totalmente su forma de ver la vida, y no solamente en lo que se refiere en las creencias que tenían sobre cuál es la mejor forma de criar a los niños o cómo iban a educarlos, si no en qué es lo que quieren realmente en sus vidas y cómo quieren vivir el día a día.

Una vez asistí a un curso con una coach y nada más comenzar nos planteó a todos los asistentes la siguiente pregunta:

Imagínate el día de tu funeral. ¿A quién ves? ¿Qué te gustaría que dijeran de ti? Tus hijos, tus amigos, tu pareja, tus allegados, tus clientes…

Suena un poco fuerte, pero es que en realidad la vida son dos días y está en nuestra mano vivirla como queremos o resignarnos a seguir el camino del rebaño y dejarnos llevar porque “esto es lo que hay” (que si la crisis, salarios bajos, horarios interminables…). Y muchas veces es la experiencia de la maternidad la que nos hace conectarnos con la realidad al ver los ojitos de las personitas para la que somos todo en el mundo: ¿de verdad queremos llegar a casa a las 7 u 8 de la tarde para apenas dar de cenar a nuestros hijos, bañarles y acostarles? ¿Nos quedamos con la pastilla roja o la azul de Matrix?

matrix-pastilla-roja-pastilla-azul

En mi caso siempre tuve claro que trabajo para vivir y no vivo para trabajar, como le pasa a algunas personas. Nunca fui una “calienta silla”, y en las diferentes empresas en las que he estado he cumplido mis objetivos, pero a la hora de salida, si no tenía nada pendiente, ¡se me caía el boli! Y es que la vida está llena de cosas para experimentar y vivir, ¡y el mañana no existe!

Ahora que mi hija tiene ya cinco añazos y que estoy esperando mi segundo bebé tengo cada vez las cosas más claras… Si tienes que arrepentirte, que sea por algo que has hecho y no por no intentar algo debido al miedo que te paralizaba.. ¡Hay una famosa cita al respecto ¡que me encanta!

El otro lado del mido

Tuve la gran suerte de ser invitada a abandonar la última empresa en la que estaba trabajando hace un año y medio. Y digo la suerte porque es cierto que siempre se necesita un empujoncito para salir de nuestra zona de confort.

Estaba en una empresa cómoda, con un buen salario y un bueno horario, (difícil de encontrar hoy en día), en el que sin necesidad de caer en el gran engaño de reducirte la jornada y el sueldo pero no la cantidad de trabajo podía recoger cada día a mi hija en el cole y pasar las tardes con ella. Pero me estaba muriendo por dentro.

La vida no se mide por las veces que respiras..

Afortunadamente y como soy un “culo inquieto” hace tres años había comenzado a dar forma a mi propio emprendimiento en el mundo de la web 2.0, por lo que en realidad algo en mi interior estaba deseando que me metieran en las temidas listas de ERTES y ERES y ver qué pasaba si realmente ponía el 100% de mi energía en lo que había descubierto que era mi gran pasión, como diría Sr. Ken Robinson: mi “Elemento”.

Libro El Elemento

Y es que en mi caso mi revolución fue más bien un giro de 180º: estudié ingeniería por vocación, pero mi emprendimiento está relacionado con la infancia y la educación. Cambié las reuniones con comités de dirección por cursos llenos de padres primerizos y bebés, pañales y babas que me hacen disfrutar como una enana. ¡¿Quién me lo iba a decir a mí?!

Me dediqué durante muchos años a la formación a todos los niveles, y siempre me daba cuenta de lo mucho que tienen que ofrecer las personas y lo poco que se les escucha en las empresas... Así que decidí cambiar de público: los niños son mucho más agradecidos y lo que invirtamos en sus primeros años de vida serán las semillas del verdadero cambio.

Alguien dijo una vez la frase de que “para cambiar el mundo hay que empezar por cambiar la forma de criar” y estoy plenamente convencida de ello.

Foto embarazo

A día de hoy sigo formándome en todo lo que puedo y aprendiendo cada día, rodeándome de personas dispuestas a luchar por sus sueños y a aportar a este mundo su pequeño granito de arena. Confieso que a veces da miedo acostumbrarse a vivir sin una nómina y en un estado de cierta incertidumbre permanente, pero por otro lado es apasionante confiar en ti misma y dar rienda suelta a tu creatividad sin jefes que te hagan agachar la cabeza e ir en contra de tus valores. No quiero enseñar a mis hijos a vivir muertos por dentro y para ello quiero predicar con el ejemplo.

Ahí te dejo otra cita para reflexionar:

Trabaja en aquello que te apasiona y sentirás que no volverás a trabajar ni un solo día de tu vida

Imágenes: Matrix/El Elemento/ David Sagasta Mora

Colaboraciones MMM

Este post ha sido escrito por una colaboradora puntual de Mujeres y Madres Magazine. Aquí os damos voz para que la vuestra llegue lejos.
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7 comentarios

  1. Hola Miriam!
    Me ha gustado mucho tu post. Comparto plenamente tu punto de vista. A ratos parecía que estabas escribiendo lo que yo he vivido. Te deseo toda la suerte del mundo en tu empresa en solitario. 🙂
    un saludo
    nuria

    1. Hola Nuria!

      Muchísimas gracias por tu comentario, me alegro un montón de que te hayas sentido tan identificada.

      Un gran abrazo!

      Miriam Escacena

  2. ¡Ay, Míriam! ¿Y si te digo que tu post me viene hoy como anillo al dedo? ¿Y si te digo que yo estoy en ese punto ahora? ¿Que estoy en ese momento en que la maternidad te revoluciona de arriba a abajo y te hace preguntarte si de verdad esta es la forma de vivir que quieres mostrarle a tu hijo? ¿Que me estoy cuestionando todo y que me entra miedo pero a la vez unas ganas irrefrenables de dar carpetazo a todo? ¿De verdad que haría bien en abandonar todo? Sería un gran cambio y lo necesito, pero arrastro con él a mi peque de 2 años. Es difícil decidirse…

  3. Hola Mamilink!

    Qué bueno que estés en ese punto.. el camino es desde luego apasionante.

    Como tú bien dices, no es nada fácil, y de hecho como decía en el post solemos necesitar un empujoncito para lanzarnos, y cuando viene del exterior es más sencillo. En mi caso con un despido, aunque tuve que contratar los servicios de un abogado pero al final me dieron un colchoncito en forma de indemnización por los años trabajados y eso asusta menos que cuando lo dejas tú por propia iniciativa.. ya me contarás!

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