Mujer y madre lesionada: la impotencia personificada

Hace algo más de un mes me hice un esguince de la manera más tonta (varias horas después de correr 7,2 kms en la Carrera de la Mujer y es que lo de hacer deporte después de los 30 está de moda): bajé un bordillo, metí el pie en un agujero y el tobillo se me dobló. Hay que decir que desde entonces me he visto obligada a ir con muletas (para después caminar como las muñecas de Famosa), mantener el pie en alto, ponerme frío y tomar algunas precauciones con mi hijo (gracias al padre de la criatura desde estas líneas por su santa paciencia y colaboración).

pie-bordillo

Es curioso porque todo el mundo te dice que te lo cures bien que de no hacerlo se te quedará para toda la vida o que hagas reposo pero ¿cómo se hace eso cuando tienes un niño de dos años (y además eres un culo inquieto)? Y eso que Ojazos parece concienciado y no hace más que repetir “Mamá no puede, está malita” y me señala el pie. Es entonces cuando reflexionas y te das cuenta de que la idílica imagen de ti misma en casa sin ir al trabajo está bien… justo en tu cabeza, donde no entra que estés enferma y te veas forzada a estar parada. Porque, seamos francos, cuando la gente dice lo bien que le vendría una bajita en este momento está pensando en realidad en unas vacaciones, en unos días de desconexión de la brutal y agobiante rutina. Y es que a nadie le gusta estar enfermo.

Estos son algunos de los momentos en los que me he sentido la impotencia personificada durante mi temporada como mujer, madre y lesionada:

rabietas-niños

Las rabietas de mi hijo

Estamos en plena época de rabietas así que mi hijo cuando se encuentra contrariado, cansado o se enfada, rompe en llanto y se tira al suelo (o se da cabezazos contra él). No poder (re)cogerle en esos momentos ha sido una de las cosas más duras de esos días.

Su momento de dormir

Desde que nació, salvo que yo no esté en casa, el peque se queda dormido al pecho en el sofá y luego lo traslado a su cama. Las primeras semanas he sido incapaz de llevarle hasta la cama.

El baño

Imposible bañarle porque los pies están en una postura forzada (aunque no nos demos cuenta). Entre semana, como llego tarde a casa, normalmente le baña mi marido pero los fines de semana suelo hacerlo yo y es un rato que disfruto mucho (salvo si viene precedido de rabieta porque no quiera bañarse, algo habitual en los últimos tiempos también).

baño-dependencia

La dependencia (con respecto de mí misma)

La tarde del día en que me hice el esguince me metí en la bañera para ducharme (tumbada) y lloré lo que no está en los escritos. Pensé que sería más cómodo hacerlo de esa forma que de pie en la ducha porque no era capaz de sostener mi peso sobre el tobillo torcido, pero no way. Ese fue el primer golpe de realidad. Terminé de darme cuenta de lo limitadísima que era mi autonomía la primera vez que intenté trasladar el barreño lleno de agua helada para meter el pie en él y no fui capaz. Y, ay amigos, eso de tener que buscar quien me llevase al centro de salud, al que normalmente voy en autobús, fue toda una prueba para mi paciencia.

aprovecha-para-descansar

Y, entonces, ¿qué?

Desde mi particular experiencia, mi consejo es que si te ves en la misma situación en la que me he encontrado procures hacerte a la idea y te relajes. Sé que es difícil pero te aseguro que no es imposible. Lo único que conseguirás pensando en todas aquellas cosas que no puedes hacer es agobiarte más y sentirte peor, aprovecha para descansar. Seguro que tu cuerpo lo agradece.

Let B. Díaz

Soy Leticia la mamá de Ojazos desde 2013, mujer desde 1978. Siempre corriendo y con mil cosas en la cabeza para hacer pero con poco tiempo para llevarlas a cabo. Escribo en Esto no es como me lo contaron y Las Letras de Let porque es lo que más me gusta hacer en el
mundo. Activa, habladora y comprometida, cabezota y risueña vivo en una permanente contradicción. Necesito contar las cosas que me pasan para que no se me enquisten en alma.

Artículos recomendados

25 comentarios

  1. Seguro que ya lo sabes, pero la clave de un esguince esta en que lo movilicen cuanto antes (un buen fisio, claro) para que no cure creando adherencias. Y dicho esto, por qué somos tan malas pacientes? El reposo es el reposo. Lo demás, excusas para nosotras mismas. De que nos sirve curarnos pronto para volver a recaer?? Aynsssss…
    Un beso!

    1. Pues sí, el reposo es el reposo, pero para un culo inquieto como el mío lo de tener que estar en paro forzoso es imposible. ¿Qué le hago Ruth? A mí, por desgracia, solo me para el cuerpo. Un besote.

  2. La impotencia es terrible, cariño. Ánimo, que tú puedes ¡venga mon amour!

    1. Ay, mi Sara, gracias por los ánimos. Ya tú sabes.

  3. Yo me rompí la pierna hace unos cuantos años y estuve escayolada más de un mes…y después con muletas y sin apoyar otro mes largo.

    Recuerdo perfectamente la impotencia de no poder traer un vaso de agua y la rabia que da que para cualquier cosita de nada tienes que montar un pollo de narices (ir al baño, darte una ducha, salir de casa, cocinar…).

    Mucho ánimo cariño…al final, todo pasa <3

    1. Muchas gracias Pilar. Qué terrible es todo… ¿quién cuida de mamá cuando mamá se enferma?
      Besote

  4. Ufff como te entiendo, hace un par de meses me toco pasar por eso y se pasa fatal. Como tu dices, hay que intentar relajarse y asimilar que si no puedes, no puedes.

    1. Qué bonito queda por escrito, ¿verdad, María? Pero luego se nos olvida. Aunque ya se dedica la vida a darnos collejas para recordárnoslo.

      Un besote.

  5. Cuando mi hijo mayor tenia 14 meses me hice un corte en la planta del pie y me dieron cuatro puntos. Mi madre que vive a 800 km tuvo que venir porque y no podía hacer absolutamente nada, mi marido tenia que trabajar y no tenemos familia cerca, una odisea. Así que ánimo y paciencia y curate bien que yo por querer hacer cosas antes de tiempo estuve liada un mes con los dichosos puntos

    1. No es nada fácil eso de vivir lejos de la familia cuando se tienen peques porque mientras todo va bien no hay problema, pero cuando ocurre algún tipo de accidente nos vemos perdidos. Confieso que soy mala paciente, pero muy mala. No sé estar parada. Así que seguimos con la recuperación. Un abrazo.

  6. Ánimo. Hace poco más de un año, y embarazada de siete meses, me rompí el brazo izquierdo y fue un calvario. Los primeros días lloré lo que no estaba escrito, tenía el ánimo muy, muy bajo. Mi hija ya tenía 4 años y más o menos me podía apañar aunque lo de hacerle una simple coleta como que no… Pero no me podía desnudar ni vestir sola, ducharme era una odisea, peinarme también, encontrar una postura para dormir entre escayola y barrigón era misión imposible, lo que me dolía aun estando escayolado y, sobretodo, el miedo a que naciera mi bebé y yo no estuviera recuperada y no pudiera cogerle en brazos ni cuidar de él. Por suerte, todo pasa, me recuperé muy rápido y bien (¡¡y a tiempo!!) y ahora bromeo sobre el tema, pero cuando lo recuerdo con mayor detenimiento -como ahora mismo- me vuelven los sentimientos de impotencia, de miedo, de frustración…

    1. Uf, es que si juntamos tu situación con los miedos del embarazo ¡menudo cóctel molotov hacemos!. No quiero imaginar todo lo que pasó por tu cabeza en esas semanas. Te voy a contar una cosa: cuando mi hijo era recién nacido el viento hacía sonar mucho la ventana de mi habitación, tanto que me obsesioné con que se cayera sobre el moisés y le dañara. Así que entre las tomas y darle vueltas a si sería lo suficientemente rápida para sacarlo del moisés y rodar por la cama, pasé muchas noches en blanco. Tremendo. Un abrazo.

  7. Uy pobre¡¡¡¡….No estoy muy puesta yo en esto de esguinces, torceduras, dislocaciones o distensiones musculares, porque hasta la fecha (no tentemos a la suerte) no he sentido ninguno de esos achaques. Yo aquí, de oídas, y solo de oídas….

    Pero está en mi parecer eso de que el estado de ánimo, como un continuo variable a lo largo de nuestro quehacer diario, influye directa y proporcionalmente en todo lo que nos acontece…y no digo yo, que no crea en la (mala) suerte, pero….ahí está nuestra mente dispersa baja de energía para no “caer” en la cuenta del puñetero bordillo…Zas..¡¡¡ al agujero…

    Puestos a elegir, espero que hayas tenido la mejor de las fortunas, por eso de no tener que levantarte todos los días con el pie izquierdo.

    Y de regalo un abracito acorazonado, te lo has ganado. Saludox

    1. Te agradezco tu envío de buen karma que eso siempre es muy positivo. Soy zurda de mano. El esguince de pie es en el izquierdo. Yo creo que todo son señales del destino, ahora, que a veces no le pillo el punto a qué me quiere decir. Ya podía ser más claro y gritarme algo.
      Un abrazo.

  8. Depender de los demás desespera pero hay que hacer lo que dices paciencia y reposo,cosa que es muy fácil decir y difícil de hacer y más con niños por medio.un besazo

    1. Ya lo sabes tú pero para la próxima prometo estarme quietecita (no sé si antes para no hacérmelo o después para recuperarme, pero quietecita al fin y al cabo). Un besote

  9. Ay, Let… El reposo es una utopia cuando hay peques que te reclaman… ¿Porque cómo le dices que “no puedes” a quien te considera todopoderosa? Yo también he estado en tratamiento últimamente por un problema de cervicales y es un asco. Pero recuerda que no hay mal que cien años dure así que piensa en positivo y déjate cuidar. Un besito!

    1. Ni cuerpo que lo resista, te completarían las mujeres de mi vida el refrán. Afortunadamente.
      Utopía es todo lo que podías sobrellevar a.n. (antes niños) y que d. n. (después niños) te paraliza, no solo por la situación en sí misma, sino por el mero hecho de pensar en ella.
      Eso, que me cuiden. Besote.

  10. Sin duda, una de las grandes consecuencias de la maternidad es no poder “disfrutar” de las enfermedades. Sí, desde un resfriado a un esguince, se acabó eso de pensar en tí misma y en recuperarte. Desde el momento que eres madre, tu mundo maternal nunca se detendrá, un día tras otro, una semana tras otra, un mes tras otro, año tras año… Con tus molestias, enfermedades, resfriados… Así que, en mi caso, cada vez que esto sucede me invade, como a ti, una gran impotencia por lo que quier/necesito hacer y no puedo.
    Paciencia y ánimo
    Besos

    1. Y ¿cuándo se enferman todos a la vez incluida tu? Eso sí que es el apocalipsis porque nadie tiene en cuenta tu situación, solo quieren que les ayudes como siempre, que para eso estás tú ahí (suponen ellos) y claro, además de estar enferma te toca cuidar. Me temo que va incluido en el carné de madre, ese en el que la mayor parte de las veces pensamos que nos estamos quedando sin puntos pero en el que, en realidad, vamos con matrícula de honor porque siempre, siempre, lo hacemos lo mejor que sabemos. Un besote.

  11. Es una faena grande, porque como dicen las chicas, cuando eres madre es muy difícil parar la máquina. Me acuerdo de esos resfriados malignos que pasaba tirada en el sofá, calentita bajo la manta, viendo Friends en bucle. Ay! Eso quedó atrás, con niños es impensable. Pero hay que hacer todo lo posible por ponerse güena, y si eso implica reposo, pues hay que buscar ayuda (y saber delegar, que eso nos cuesta un rato). A mi por lo menos me sirve, para lidiar con la frustración, recordarme que es temporal, y que en cero coma estaré (yupiiiiii) de nuevo a tope.
    Espero que te pongas estupenda en breve, hermosa.
    Un besote!

    1. Ay, nos veo haciendo terapia juntas, en un sofá con vistas al mar y una chimenea, una mantita, capítulos de friends, un café… y sin maridos ni niños xD ¿tú no nos ves?

      Besote

  12. Y si en vez de un pie tienes las manos mal?
    He pasado por las dos cosas, y con quirófanos incluidos, de una rodilla y de las dos manos por separado. Con intervalos de un año,
    si tuviera que elegir entre una cosa o la otra, me quedo con un pie tonto

    1. Ay, qué terrible. No quiero ponerme en escenarios peores que mi cabeza últimamente ya me ha dado algún quebradero. Cualquier situación ligeramente incapacitante con peques de los que ocuparse es una mala situación. Un abrazo.

  13. Lulyladelaluzenlalluvia

    Hola,te comprendo perfectamente!
    Me hice un esgince hace unos años cuando aun vivia con mis padres y no era madre,y me quite la ferula yo misma a la semana por la impotencia de no poder hacer nada.
    Estuvo un tiempo hinchandose pero curo bien,no tengo secuelas.Lo que ahora me preocupan son los juanetes que me tengo que operar y se me va a caer la casa encima 🙁

Los comentarios están cerrados.