La maternidad es sin duda todo un mundo lleno de sorpresas. Nunca se puede decir de este agua no beberé eso está claro y en maternidad menos. Puedes llegar a la maternidad con las cosas muy claras o puede que no, pero siempre te verás haciendo cosas como madre que siempre pensaste que nunca harías. “¿Has visto lo que ha hecho esa con su hijo? Buahhhh ¡Yo ni de coña hago eso!”, decía yo ilusa de mí. Y es que nunca serás capaz de imaginar todo lo que serás capaz de hacer cuando seas madre, los hijos te cambian la vida, y al final se trata de sobrevivir en muchas ocasiones y quién diga lo contrario miente. En la maternidad lo de la supervivencia esta a la orden del día. ¿O no?
Las situaciones in extremis se suceden cada día. Ese momentazo en el que tu hija camino del cole estornuda y ya sabes que se masca la tragedia. Respiras hondo, coges fuerza y, aún con algo de miedo, decides asomarte por el espejo retrovisor. Sabes lo que te espera. Le ves unos velones que le pasan la barbilla y tú una vez más vas sin clinex. En ese momento cualquier recurso es válido. No hay escrúpulos, gritas un ¡QUIETA! e improvisas rápidamente. Desde un ticket de la gasolinera que anda por el coche desde hace meses (esos al menos son de papel suave), el paquete de plástico vacío de los pañuelos que te acabaron hace algunas meses y nunca te acuerdas de reponer (con un poco de suerte atinas y metes incluso los velones dentro sin pringarte) e incluso el pañuelo que habías cogido como complemento ideal para ir ese día a la oficina (¡se fue al garate tu estilismo! ¡Total!). Antes situaciones in extremis como éstas todo vale.
Cuando no tenía hijas siempre pensaba si esas madres que veía todas las tardes en el parque no tenían nunca nada mejor que hacer. Yo nunca seré de esas, juraba y perjuraba. ¿Y no tendrán nada que hacer en su casa? Y ahora, años después, yo soy de esas madres que en cuanto llega el buen tiempo pasan las tardes sentada en un banco del parque. Y sí tengo mucho que hacer en casa, pero ojos que no ven… Es algo a lo que me he acostumbrado fácilmente. Ellas disfrutan de los lindo jugando con sus amiguitos y yo disfruto de charleta con algunas mamis o haciendo alguna llamada de esas para las que nunca encuentro el momento o simplemente de la calma tomando el solecito mientras ellas juegan o incluso jugando con ellas. Ahora yo también soy de esas…
Y que me decís de la frase estrella de… ¡Yo eso nunca se lo consentiré! Eso pensaba yo cuando veía a una niñas con su falda de tul y su diadema corona de H&M paseando por la calle. O cuando las veía vestidas con esas combinaciones horribles de cuadros, rayas y lunares. O para remate calzar en sus pies las estrafalarias zapatillas con luces (a las de ruedas aún no hemos llegado, por suerte) Yo, que soy la maniatica de las combinaciones de colores, la que se muere por ponerles el lazo (hasta para ir con chandal al cole), la que le encanta llevarlas siempre iguales… Y ahora que os voy a contar ahora. Pues que ahora son mis hijas las que salen de esa guisa a la calle, aunque, afortunadamente para mi salud mental, no siempre 😉 La zapatillas de luces las hemos tenido y las tenemos y no os quiero contar la ilusión que les hizo tenerlas. Los disfraces son para usarlos, de ahí que muchas veces vayamos al super con nuestras mejores galas. Total con la pasta que nos hemos gastado en el disfraz de Elsa tendremos que amortizarlo. Y las estrafalarias combinaciones… ¡pues también cedo a veces para que nos vamos a engañar! Todo sea por su felicidad.
Y tú, ¿me cuentas qué has acabado haciendo que siempre juraste que nunca harías?
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Bufff… Por donde empiezo??? Jamás le daré mi móvil para jugar, jamás comerá chuches si no es fiesta o cumple, jamás le dejaré dormir en mi cama, jamás le dejaré jugar con pistolas de juguete… Todos toditos son ZASCA EN LA BOCA!
Callar a tiempo es una victoria, jaja
Al quedarme embarazada mi forma de ver la maternidad cambió radicalmente y empecé a pensar en el apego y lo importante que es para ellos. Antes siempre decía uy dormir con los padres los mal acostumbra, si los coges mucho también… Y ahora hago todo eso Jijijijijijiji.