El asombro y las tetas

Hace unos meses mi compañamiga Nat, autora de Las historietas de mamá y de Cien por cien DIY, me hizo llegar por correo un libro por el que yo había mostrado interés en mi muro de Facebook. Se trata del libro Educar en el asombro de Catherine L´Ecuyer.

Llevaba unas semanas pensando en escribir sobre el poso que la lectura de este libro ha dejado en mí y sobre las conclusiones que he extraído.

Sí, el asombro es el motor que traemos de serie y que permite que los niños aprendan de forma natural, un aprendizaje – y esto es importante- que no debe venir de fuera, sino que nace impulsado desde su interior, guiado por su propia curiosidad. Un aprendizaje que solo es posible cuando respetamos las necesidades y los ritmos de los niños, sin sobreestimularlos ni adelantar actividades, objetos o experiencias que todavía tienen dificultades para procesar.

Una de las citas más potentes del libro, es una frase de Neil Degrasse Tyson:

Pasamos el primer año de la vida de un niño enseñándole a andar y a hablar, y el resto de la vida a guardar silencio y sentarse. Algo no funciona bien

Sí, yo quería hablar de este libro pero lo cierto es que en la red se pueden encontrar estupendos resúmenes y en cualquier caso, ninguno se puede comparar con la lectura serena de cada una de las páginas, experiencia que recomiendo probar a toda persona con inquietud por comprender el universo infantil.

Yo quería hablar del asombro en los niños pero hoy mi propia capacidad de asombro ante la vida y las cosas que ocurren no me permiten centrar la atención en la propuesta de Catherine L´Ecuyer.

Cosas que me asombran en relación con la lactancia

mujer-amamantando

– Me asombra poderosamente la atención que haya gente “ilustrada” que ignore lo que significa el patriarcado, que piense que es algo del pasado muy pasado o de determinadas etnias alejadas de nuestra “civilización”.

– Me asombra que a causa del patriarcado de la “civilización” hayamos olvidado que somos seres mamíferos, lo que conlleva muchas implicaciones más allá de cuál sea nuestra primera fuente de alimentación. Entre ellas, que la principal función biológica de los senos femeninos es la de alimentar. La elección de cada mujer al respecto no es cuestionable, pero sí lo es el rechazo o desagrado ante el amamantamiento en espacios públicos, el puritanismo y la visión obscena y excluyente de los senos como atributos sexuales que deben reservarse para la intimidad.

Me asombra que el seno de una mujer amamantando siga siendo objeto de críticas o se perciba como una amenaza a la integridad moral de la sociedad o algo así. Y es que hay personas que se arrogan el derecho de aconsejar a las madres que se tapen mientras dan de mamar a sus bebés, que lo hagan “discretamente”, que se recluyan en los penosos sitios habilitados para ello o directamente, son capaces de expulsarlas (a ellas y a sus bebés) de determinados espacios públicos.

– Me asombra que seamos incapaces de entender que la erotización ante los senos femeninos es algo cultural y que tenemos que evitar que ese hecho obstaculice la lactancia libre y a demanda. Es una cuestión de prioridades, no es tan difícil, ¿no?

– Me asombra que cada vez que surge cualquier polémica o noticia importante en torno a la lactancia materna, se polarice el debate, se hable de “tantos de culpa”, de tetalibanismos, de bandos ofensivos y ofendidos. Entendámoslo de una vez. La lactancia materna es la mejor opción, es una cuestión de salud pública, y como tal, debe ser promo-VIDA desde las instituciones. Las madres que deseen amamantar tienen que ser apoyadas y guiadas en todo el proceso, y eso incluye la normalización absoluta de la lactancia a demanda en cualquier situación y/o lugar, sin condiciones. Cada mujer tiene que poder dar pecho en las circunstancias que se encuentre más cómoda, cubriéndose o sin taparse. Fuera papanatismos.

Por otro lado, las madres que, habiendo sido informadas de los beneficios de la lactancia y apoyadas en su caso, no deseen amamantar o no quieran continuar amamantando tienen que ser respetadas por TODOS, de forma inmediata y sin fisuras. Es de perogrullo, ¿no?

lactancia_publica

Me asombra que tanta obviedad necesite aclaración y explicación una y otra vez. Me asombra que un pecho alimentando cause alboroto. Me asombra la capacidad de determinadas personas para desconectarse de lo que somos, de lo que necesitamos, de la única verdad sobre los seres humanos que la naturaleza nos ha revelado: nacemos dependientes y hambrientos, y nuestro lugar en el mundo es el pecho materno. Y ¿sabéis lo mejor?, que no hay nada malo en ello. Retomando las palabras de Neil Degrasse Tyso, si nos tenemos que esconder, tapar, aislar o recluir en casa para hacer algo tan natural como amamantar, algo estamos haciendo mal. MUY MAL.

Olvidémonos de lo que nos han contado. TETAS FUERA.

Eso es lo que mi capacidad de asombro me ha permitido aprender.

Encendamos nuestros motores, tomemos las riendas y ríndamos a la evidencia: los pechos dan vida, y ya si eso, que la alegren en la intimidad 😉

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Imágenes: vía Pixabay y Wikipedia Commons

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20 comentarios

  1. Marta Chincha Rabincha

    Plas, plas, plas!!! Un gran aplauso para este post!!! Mejor no lo has podido explicar Verónica!!! Totalmente de acuerdo!!

    1. Muchísimas gracias Marta, me alegro mucho de que te haya gustado 😀

  2. Te aplaudo de pie amiga.
    Este post es para enmarcar y poner en lugares bien visible.
    ¡Qué grande eres!

    1. Tengo buenas maestras en temas de lactancia y empoderamiento 😉

      Gracias corazón!

  3. ¡Maravillosa! Como siempre <3 Muy de acuerdo con cada frase.

    "Si nos tenemos que esconder, tapar, aislar o recluir en casa para hacer algo tan natural como amamantar, algo estamos haciendo mal. MUY MAL." Amén.

    1. Muchísimas gracias por tus palabras que siempre aportan y animan a decir lo que algunos detestan escuchar.
      Besos

  4. Completamente de acuerdo, me ha encantado el post, ¡comparto sin dudarlo!

    1. Muchísimas gracias, Laura. Un abrazo

  5. A mi lo que más me asombra es los comentarios de determinados familiares (primos y esposas) que yo tenía por personas bastantes afines a mi marido y a mi y sin embargo desde el mismo momento de nuestros partos han hecho las cosas completamente diferentes a nosotros, dicese: dejar llorar a los niños, pasarlos a su dormitorio al primer mes, dar biberón desde el primer momento…. Ah! y recomendar todas sus decisiones en torno a la maternidad/paternidad como si fueran verdades inmutables

    1. Hay mucha desinformación y desconexión en asuntos de crianza, y en la tarea de dar vuelta a esa situación estamos muchos desde nuestras humildes posibilidades. Desde tu papel como madre y como amiga, también tienes mucho que aportar. Tenemos que perder el miedo a decir que criar a nuestros hijos atendiendo sus necesidades y satisfaciéndolas no es malcriar, sino hacerles sentir amados y respetados. Desde ahí, desde el amor (que no vasallaje) todo es más fácil.

      Un abrazo y gracias por aportar con tu comentario, Laura.

  6. Lo increíble es que aquellos que critican a una madre amamantando en publico no harían lo mismo de ver a cualquier animal hacerlo. O acaso si hacen una visita al campo y ven a una vaca atender a su ternero saldrán huyendo despavoridos? Seguro que bien al contrario, sonreirán ante la ternura de la imagen.

    Nos estamos alejando cada vez más de la naturaleza, y eso acaba pasando factura. Yo vivo en una pequeña ciudad, con el campo muy a mano, y jamás he sentido que no podía amamantar a mis hijos en público. Al contrario, la primera vez que lo hice busqué una manera discreta de hacerlo y un señor de unos 80 años me dijo “Bonita, no tienes que esconderte para hacer una cosa tan natural como esa, eres madre y tu hijo te agradecerá lo que haces por él, y quien no lo entienda es el que se tiene que ir”. Desde entonces me apliqué su consejo.

  7. Ole!!! Tetas fuera ya!

    Y al que no le guste que no mire! Yo creo que he tenido suerte la verdad, y con casi 3 años de lactancia nunca he tenido ninguna mala experiencia, y eso que no nos hemos escondido nunca jamás! Pero da pena ser consciente de que lo nuestro ha sido suerte!

    Un besito guapa!

  8. Yo un día traté de animar a una chica a que diera el pecho en público, diciendo que no debía tener vergüenza, que era algo natural y que el problema lo tiene quien no lo ve así, y otra mujer se ofendió diciendo que el problema no lo tenía ella, sino las que vamos teteando a lo loco, al aire libre y sin pensar en que a los demás les puede dar asco ver eso. Pues oiga, ¿usted va a comer a terrazas de restaurantes y chiringuitos playeros, abriendo la boca y zampando a la vista de todo el mundo? ¿Por qué un bebé no puede hacer lo mismo? E insistía en que ella se sentía incómoda viendo esas situaciones, pues bueno que las evite ella, pero que no interfiera en la lactancia de los demás. Y era mujer, supongo que también con dos tetas colgando que se vería a diario ¿cómo te puede dar asco ver una teta ajena?

    1. ¡Es más! ¿Cómo te puede dar asco ver una teta haciendo lo que tiene que hacer?
      ¿O es que fueron disañadas tan sólo para aparecer en pancartas publicitarias y en la gran pantalla?

  9. Fantástico artículo, para variar
    Yo después de dos lactancias bastante prolongadas, tengo que decir que nunca me he encontrado con nadie que me pusiera en una situación realmente incomoda; miraditas si, algún cuchicheo, también, pero nadie ha sido nunca capaz de decirme a la cara que me tape o que me vaya a otro sitio.
    No se si ha sido cuestión de suerte o no, pero esa debería ser la norma, que todas las mamás deberíamos poder dar el pecho seguras, donde queramos, tapándonos mucho o poco, sin que nadie nos moleste.
    En fin, que el mundo esta al revés si lo que no ofende en las portadas de las revistas o en la playa si resulta ofensivo cuando se trata de alimentar a un niño.

  10. Olé por el artículo. Yo y mis hijos hemos disfrutado de la lactancia mucho. Por eso me da pena que haya personas que ni lo intenten, porque es preciosa esa conexión madre e hijo. El saber que eres tú quien le alimenta y el cariño que recibes de tu hij@ cuando lo haces. Yo no he tenido problema y eso que he dado pecho en la playa, en el río, en un parque…hasta en una boda,.etc. De lo que me arrepiento es de haberlo dejado a los 9 meses, me hubiera gustado poder seguir más. Espero hacerlo con un tercero, si es que lo tengo. En cuanto al libro que mencionas, a mí me encanta. Lo compré al ver una entrevista de la autora en una web llamada gestionando hijos.

  11. Gran libro, tu reflexion

  12. Gran libro totalmente recomendable y necesario …. pero tu reflexión es la que nos hacemos todas, has puesto plabra escrita a nuestra perplejidad ante las situaciones cotidianas…gracias comparto sin duda!!!!!!

  13. Pues parece que vamos hacia atrás… Mis hijos de 12 y 10 años tomaron pecho, a demanda, así que yo sacabs la tera allí donde me pillaba… El primer día que salimos le tuve que dar en la sala de espera del médico, y en el registro civil, asíque ya perdí la vergüenza… Y la verdad es que nunca nadie me llamó la atencion por amamantar a mis hijos… Me asombra bastante lo que explicais, aquí en Barcelona es bastante habitual ver niños tomando el pecho en parques o dónde sea…

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