¿Preparado para sobrevivir a la cabalgata de Reyes?

Un año más llega la cabalgata de Reyes. Todo el mundo dice que es un momento mágico (tan mágico como sacar una paloma de la chistera), pero a mí me llena de estrés. Igual si lo vives en un pequeño pueblo la cosa se disfruta más, pero en ciudades grandes tener que esperar horas, el cansancio de los niños, el frío, las lapidaciones a base de caramelos para ver a un señor mal maquillado…  ¡Puf! Me sacan de mis casillas.

Así que voy a compartir mi frustración con vosotros y a desmitificar la cabalgata de Reyes. Venga, seamos un poco el Grinch de la Navidad.

¿Preparado para sobrevivir a la cabalgata de Reyes?

cabalgata de reyes

8 00: No te hagas el perezoso que haya que preparar todo con tiempo. Además, la exaltación de los niños tampoco te dejaría dormir. ¡Vamos! En pie para preparar todo para la Cabalgata. Eso de dormir está muy mitificado.

8.30: Desayuno con roscón. Un ración extra de calorías para terminar las Navidades. Y todo calentito porque bastante frío pasarás esperando la Cabalgata a pie de carruaje.

9.30: Vísteles como para pasar la Navidad en Suecia. No te cortes. Vais a pasar casi todo el día en el calle así que pon capa sobre capa que hace un frío… Que no se te olviden los guantes, bufandas, gorros, botas bien abrigaditas y el paraguas. No, no es por si llueve, es la técnica de coger más caramelos que los vecinos.

11.00: Empieza a vivir tu aventura. Es hora de ir en transporte público, en coche es imposible porque a las regulaciones por contaminación se une la imposibilidad de aparcar en ningún sitio próximo a la cabalgata. Llega el metro o el autobús y toca empujar a los niños dentro como si estuvieras embutiendo salchichas. Venga que solo falta uno.

cabalga de reyes niños

12.00: Aunque parezca imposible habéis llegado al destino. En el camino habéis perdido un gorro, un guante y parte de tu paciencia. Ahora es el momento de buscar el mejor sitio para ver el paso de los Reyes.

13.00: Este año si que estáis bien coordinados. Habéis cogido sitio en segunda fila. Llega el momento de ordenar los turnos para que nadie ocupe ese sitio que tanto te ha costado conseguir. Vas a pasar tantas horas allí como un pasmarote que lo mejor es crear vecindad con el resto de padres-guarda-sitio-en-cabalgatas.

19.00: Tras esperar una infinidad de horas de pie y congelado, por fin empieza la cabalgata. Es el momento de desplegar todo la artillería. Pero tú, qué te las dabas de archipreparado, compruebas como las familias de alrededor te superan un año más. El edredón con el que se han dado calorcito las últimas horas también les sirven como manta recoge caramelos. Esto es competencia desleal. No se puede equiparar el edredón de cama king size con tu paraguas plegable.

cabalga de reyes caramelos

19.30: Atención. Zafarrancho de combate. Llegan las primeras carrozas y con ellas los nervios y expectación. Pero, además de la ilusión, hay que ser prácticos. Sacas los cascos de la bici que has llevado en tu maxibolsa y colócalos en la cabeza de los niños. Más vale madre previsora que carreras a urgencias por un ataque incontrolado de caramelos.

20.00: Por fin llegan los Reyes. Has estado horas esperando para ver la cara de sorpresa de tus hijos, para hacerles sentir la magia de la Navidad. Les miras y ves un brillo especial en sus ojos. Has cumplido. Te sientes satisfecho… O eso creías. Porque en ese momento de felicidad tu hijo vuelve la cabeza y te pregunta “mamá, ¿de verdad esos son los Reyes?” Hasta ellos en su inocencia se han dado cuenta de que uno de los reyes llevaba la barba torcida, el negro (afroamericano por lo de ser políticamente correcto) es un señor pintado y, para rematar, Baltasar estaba hablando por el móvil. ¿Pero que magia es esta?

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