La educación de los hijos es una de las cuestiones más importantes a la hora de criar a nuestros hijos. Una buena educación no solo consiste en el aprendizaje de materias o la obtención de conocimientos, sino también en la asimilación de valores que ayude a los niños y adolescentes a convertirse en adultos completamente funcionales e implicados con el mundo que les rodea.
En la Educación secundaria Montessori, este concepto de valores es el pilar de su sistema educativo, por lo que no es de extrañar que cada vez más padres se interesen por los colegios que implementan el método Montessori a la hora de elegir un centro para sus hijos.

Valores de los centros Montessori, valores para el futuro
En los centros Montessori, aparte de contar con enseñanza trilingüe, indispensable para garantizar que los jóvenes puedan desenvolverse en cualquier lugar del mundo, se centran en unos valores muy firmes. Estos valores constituyen la base de su sistema educativo, puesto que gracias a ellos se logra alcanzar el objetivo de formar futuros adultos competentes y comprometidos tanto con ellos mismos como con la sociedad.
De esta forma, en todas las etapas del estudiante, y en Secundaria, principalmente, se inculcan los conocimientos y valores necesarios para que los adolescentes adquieran seguridad en sí mismos, hagan uso de sus capacidades y se conviertan en personas responsables y compasivas. Para ello, se fomenta la curiosidad, invitándolos a explorar el mundo que les rodea y a reflexionar sobre él. Además, se les enseña a tomar los errores como un paso más en el proceso de aprendizaje, de los cuales deben aprender, y no como una derrota.
Ser solidarios con los demás, trabajar la empatía y saber relacionarse con el resto son las claves para que, en un futuro, puedan desenvolverse en cualquier ámbito. Por esta razón, en secundaria, además de las diversas materias para su formación, se fomenta la creatividad de los adolescentes, así como su capacidad de adaptación para que lleguen a ser personas resilientes. Todo ello, asimismo, con una educación trilingüe que les servirá para abrirse camino en cualquier sector donde quieran desarrollar su actividad profesional cuando sean adultos.
A todo ello hay que añadir también los valores de solidaridad, seguridad e independencia, que completarán su aprendizaje. La solidaridad es de gran importancia a la hora de trabajar en grupo, mientras que la seguridad y la confianza ayudan en la toma de decisiones y, por tanto, en las tareas de liderazgo. Por último, los alumnos que aprenden a ser independientes serán capaces de solucionar problemas por su cuenta, ya que contarán con la iniciativa para ello y habrán aprendido a gestionar sus emociones.
Una buena educación, en definitiva, es aquella que no solo sirve para brindar conocimientos, sino que también es capaz de inculcar aptitudes e ideales que ayuden a formar adultos íntegros tanto con su entorno como con la sociedad en la que viven. Esta concepción de la educación cada vez más compartida por muchos padres es una de las razones por las cuales eligen los centros Montessori para sus hijos y una de las claves del éxito de su método.