Hoy ha muerto Hugh Hefner. Creo que nunca he abierto una revista Playboy, pero como casi todo el mundo, sí que había oído hablar de él, el magnate del sexo, aquel hombre en batín rodeado de mujeres mayoritariamente rubias que tenía una mansión que era el paraíso del sexo. Playboy es mucho más que una revista, es un imperio, una forma de vida y para mí tenía un tufillo machista importante. En la plataforma de vídeo de Amazon está disponible la serie original American Playboy que tuve ocasión de ver hace poco. Con motivo de la muerte de Hefner repasamos algunas curiosidades sobre Playboy.
Curiosidades sobre Playboy y su imperio del sexo
El primer trabajo de Hefner fue como dibujante
Hugh Hefner dibujaba la guía cómica en Esquire y aprovechaba incluso para meter mensajes de amor a su novia, la que fue su primera mujer, Millie Williams, a la que conoció en el instituto y que posteriormente seguiría hasta la universidad.
Su primer matrimonio fue perfectamente convencional mucho tiempo
Duró una década y durante los primeros años era un matrimonio normal y corriente. Curiosamente el primero que tuvo que perdonar una infidelidad fue él ya que su mujer le confesó que había estado con otra persona justo antes de casarse. Pese a esto, siguieron con el matrimonio y fueron razonablemente felices durante un tiempo. Tuvieron dos hijos, Christie y David, ambos ligados a la empresa familiar actualmente.
La revista nació en 1953
El logo lo diseñó Art Paul y lleva siendo el mismo desde su segunda edición. Aquí puedes aprender más sobre la historia de su logo.
Marilyn Monroe fue la primera portada
Cuando la revista iba a salir por primera vez quería unas imágenes suficientemente llamativas. No daba con ellas, hasta que por casualidad se enteró de que vendían unas fotos de Marilyn Monroe. Por aquel entonces no tenía mucho dinero, así que acudió con pocas esperanzas. El vendedor le dijo que eran carísimas y no iba a poderlas pagar… y resultó que estaban tiradas de precio.
La primera mansión Playboy estuvo en Chicago
Tenía bolera, piscina interior, una cama giratoria, sala de cine y en ella se daban las fiestas más alucinantes del mundo. Todos querían asistir a ellas.
Hugh Hefner fue un activista contra la segregación racial
En sus programas de televisión tomó la valiente decisión en una época fuertemente racista de llamar a cantantes como Nat King Cole o Ella Fitzgerald. Fue Hefner quien le dio la primera gran oportunidad a Aretha Franklin. Hefner sabía que eso podía hacer que vendiera menos revistas o que las cifras de audiencia decrecieran, pero le dio igual.
La primera Playmate negra fue Jenny Jackson y salió en la revista de marzo de 1965.
Las primeras conejitas de playboy, las bunnies
En febrero de 1960 se inauguró el primer Playboy Club en Chicago. Hefner quería hacer accesible su estilo de vida a todo el mundo, así que creó una serie de clubs con las que se convertirían en icónicas conejitas. Ellas eran las camareras y los detalles en el cuello y en los puños se deben al mismo Hefner que los introdujo él mismo. Las camareras pasaban un casting en bañador, y tenían que ser además muy diestras con la bandeja. Nada quedaba al azar: tenían que estar perfectamente maquilladas, vestidas e incluso dominar las posturas en las que servir las bebidas. La más famosa quizás era el bunny dip y tenía mucha ciencia hacerlo perfecto.
El manual de estilo de las Conejitas de Playboy lo escribió el hermano de Hefner, Keith, un actor frustrado que cuando vio que su carrera no despegaba se unió al imperio.
Los clubes Playboy estaban dirigidos por mujeres
Al frente de cada uno de ellos estaba la Conejita Madre (yes, así se llamaban), que era quien cuidaba de las chicas y dirigía el local. Estaba terminantemente prohibido que las bunnies se acostaran con clientes (aunque se hicieron algunas excepciones con gente muy VIP) y los clubes eran sitios bastante seguros para ellas. Nada de que los clientes les metieran mano como sí que sucedía en otros locales.
En los clubes Playboy podías encontrarte con la flor y nata de la sociedad: Frank Sinatra, Sammy Davis Jr., James Caan… todos eran miembros y contaban con la codiciada llave con el logo, que décadas más tarde sería sustituido por una tarjeta.
La competencia
Durante muchos años la revista Playboy no tuvo competencia. Pero la revista Penthouse le hizo mucho daño e hizo que pasara a otro nivel de desnudos. Si hasta entonces era algo bastante light e insinuante, a raíz de la fundación de Penthouse hubo que volverse más sexuales porque les estaba comiendo el terreno. No sería hasta 1970 que se vería el primer vello púbico y hasta dos años después no se vería el primer desnudo frontal.
El feminismo
Hugh Hefner tuvo encontronazos con el feminismo. Él se consideraba una persona progresista (y lo era) y no podía entender cómo el movimiento feminista estaba de uñas con él. Simplemente no era capaz de entender que ellas le reprochaban que cosificaba a la mujer cuando él consideraba que luchaba por la liberación de todos, mujeres incluidas. Después de algunos fiascos en los que Hefner quedó fatal se dio cuenta de que nunca iban a llegar al entendimiento.
El Big Bunny
Hubo un tiempo en el que Hefner viajaba constantemente, así que se gastó un pastón en comprar un avión y remodelarlo a su gusto. Se llamó el Big Bunny y, en una época en la que todos los aviones eran blancos, estaba pintado de negro. Tenía un conejito pintado en la cola y las fiestas que ahí se celebraban también eran míticas.
La mansión Playboy en Hollywood
Hefner entendió que no podía seguir teniendo el cuartel general en Chicago y así que trasladó a Los Angeles. Fue una de sus novias, Barbi Benton (quizás una de las personas más importantes en la vida de Hefner) quien dio con ella. La casa tenía los mismos lujos que la de Chicago y ahí se grabó uno de los realities más conocidos de Playboy, las chicas de al lado.
La mansión tenía de todo, hasta una piscina con cuevas donde darse al sexo. Del reality las chicas de al lado esa imagen de un Hefner ya con una edad en batín paseando por la casa.
Integrado en la comunidad
Para Hugh Hefner recibir una estrella en el paseo de la fama fue algo realmente importante. Está situada en el 7.000 de Hollywood Boulevard, frente al museo de cera de Madame Tussauds y muy cerca del Teatro Chino y del Dolby Theatre. Hugh Hefner también contribuyó económicamente para restaurar el cartel de Hollywood en 1978. Gracias a su contribución se restauró la letra Y. También en 2010 contribuyó a comprar los terrenos de alrededor para añadirlos al parque Griffith.
¿Héroe o demonio?
La verdad es que esta serie me ha parecido realmente curiosa. No sé si hubiera sido amiga de Hefner, pero sin duda me ha parecido un personaje bastante más interesante de lo que yo presuponía antes de empezar. Me ha sorprendido positivamente su compromiso político, su modernidad (aunque chocara de frente con el feminismo) y que en el fondo me ha parecido una persona bastante íntegra. ¿Se pasó de frenada? Sí. Pero así como yo pensaba que era una pura cuestión de hedonismo mi sensación es que había bastante más ideología detrás.
Yo pensaba en Hefner como una caricatura… y para nada. Merece la pena sin duda darle una oportunidad a esta serie documental que es una buena crónica de una época. Descanse en paz Hefner. Coño, qué bien que te lo has pasado.
Ay Sara, no estoy segura de querer ver esta serie…¿voy a estar queriendo matar a este tío todo el rato? jaja
Y lo que es peor ¿voy a estar todo el rato queriendo matar a esas chicas?
No, eso era lo que yo pensaba, que iba a ser muy fostiable y lo cierto es que no. No estoy de acuerdo con muchas cosas, no comulgo con sus ideas pero es interesante de ver