10 cosas que te gustaría que te regalara tu Avelino para San Valentín (que no cuestan dinero)

Sábado. Día D (o V, para ser más exactos). Amado por unos y odiados por otros llega San Valentín. Que si es la fiesta del Corte Inglés, que si todo está diseñado para gastar… Bueno, no seremos nosotras las que digamos no a un regalo, barato o caro (si es caro, ya te digo yo que me callo como una muerta) pero amigos, por San Valentín se pueden regalar muchas cosas más allá de las que implican pasar por caja. De verdad. Es más ¡no hace falta que sean para el 14 de febrero! Si nos las regaláis cualquier día del año, vamos a estar encantadas de la vida igualmente.

Nosotras diez os proponemos otras tantas cosas que nos podéis regalar. Diez. Gratis. ¡¡¡Y os aseguramos que nos van a encantar!!!

1. Una mañana entera de bricomanía (Ruth de R.)

Y es que en esta casa no somos muy duchos en el arte del taladro, el martillo, los clavos, las escarpias, los tornillos, atornilladores, etc… Y los cuadros se pasan años sobre los muebles, encima de los armarios… Las luces no funcionan, pero da igual, compramos otra lámpara y vemos bien. Los grifos hay que cambiarlos, quiero una alcachofa de ducha nueva, para no regar el vater cada vez que la encendemos. Vamos, que no me puedo quejar de “mi paco” para nada: es el mejor cocinero del mundo. El mejor. Ferrán Adriaày ese del Nobu vienen a nuestra cocina a aprender. Pero no es Iñaki, ese de barbas que te cambia el suelo del salón, te levanta un bunker con 4 ladrillos y dos paladas de cemento y encima, no se le mueren las plantas. Y a una flipadilla de la decoración, como yo, que tampoco hago un agujero en la pared en condiciones, pues una ayudita le viene bien de vez en cuando, aunque no sea santo de su devoción.

2. No oír más de 2 veces seguidas “Mamá” (María José Sarrión)

¿Os imagináis? Llegar a casa, y que una se ponga a pintar en la mesa de juegos y la otra a hacer un puzzle. Y yo, poder ir al baño, coger el móvil, sentarme en el ordenador, o tumbarme en el sofá, sin estar oyendo las palabras mágicas:

-“mamá, mamá…”.

-Nena… Díselo a tu padre..

-Nooo a mami..

¿Por qué? ¿A mami, por qué? Si en esta casa somos 2 adultos… Los del anuncio de Dove, lo han intentado, pero de momento es aún ciencia ficción.

3. Poder leer dos líneas de un libro sin interrupciones (Sara Palacios)

En un tiempo muy muy lejano en una galaxia paralela (porque en esta me parece imposible que haya sido) yo fui una persona muy lectora. Me leía todo lo que caía en mis manos, revistas de todo tipo, prospectos e instrucciones si era menester. Todo. De un tiempo a esta parte he desistido. Es sentarme en el sofá y los astros se alinean para que el universo requiera de mí en ese preciso momento.

Mamá… mira que dibujo. ¿Cariño, hay yogures?. Mi hija mayor se cae. Mi marido pone la música a todo meter. La pequeña chincha a la mayor. COÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑO. Así, con la ñ bien marcada. ¡¡¡Dejadme en paz!!! ¡¡¡Yo sólo quiero leer!!!

Y es que a mí me gusta sumergirme en la historia. Me leía los libros de una sentada porque era incapaz de encontrar el momento donde parar. Ahora leo a trompicones ¡¡¡y es peor que un coitus interruptus!!! ¿No podríais desaparecer y dejarme leer? ¿A poder ser sin el Disney Channel atronando de fondo?

4. Una tarde de compras (Natalia Martín)

¡Sueño con ello! Sueño con una tarde de compras para mí, sí, pero para mí solita. En la que no me tenga que acordarme de comprar calcetines para la pequeña, que no tiene muchos, o comprar bragas para la mayor, porque ya no lo valen las que tiene. Sin prisas, sin condiciones y sin caras largas de… “¿te queda mucho? ¿también quieres entrar aquí? ¿otra vez te vas a probar eso?” Quiero una tarde de compras para mi y si es con amigas, mucho mejor. Una de esas tardes en las que te probabas medio Zara sin prisas y entre risas, muchas risas. ¿Quién se apunta?

 5. Una cena de amigas ¡sin prisas! (Pilar Martínez)

¿Recuerdas cuando no tenías hijos y salías con las amigas? las cenas duraban horas y horas porque después de la cena había copas o un café de esos eternos en los que no se para de hablar en ningún momento. En esas cenas daba lo mismo acostarse tarde, porque al día siguiente podías echar una siesta en algún momento o simplemente tumbarte en el sofá después de trabajar sin nada más que hacer que mirar el techo.

La realidad ahora es muy distinta… Cuando conseguimos alinear los astros y quedar a cenar las amigas (sin niños, que no suele ocurrir):

• normalmente llego tarde o corriendo porque estaba dejando lista la cena de mis hijas
• cenamos rapidito y mirando el reloj cada dos por tres
• tenemos cien interrupciones (llamadas del costillo preguntando cosas o de los hijos porque quieren que vayamos a acostarles)
• pedimos la cuenta en seguida y a casa

La última vez que salí con amigas no me llamaron en toda la noche y me confié. Me quedé hablando un rato después de cenar porque estaba segura de que mis hijas estaban durmiendo. Al cabo del rato (ya a las 12 y media de la noche entre semana) fui a por mi coche y me suena el teléfono ¡ese sonido me dio más miedo que los vampiros de True Blood! y efectivamente, era mi niña pequeña que estaba esperando para dormirse. Así que al día siguiente nos tuvimos que quedar durmiendo para recuperar 😉

6. Encontrar la casa llena de notas de amor (Verónica Trimadre)

Me ha caído en gracia un partner de vida con enormes virtudes, entre ellas, la de ser un gran papá ejerciente. Pero, siempre hay un “peeeeero”, y es que él es a “detalle + romántico” lo mismo que “Espinete + tienda de globos”: una antinomia, un asociación imposible, un desideratum sin futuro.

Como lo propio de la condición humana es desear lo que no se tiene, mi deseo no es despertarme el día de San Valentín con un abrigo de pieles tipo Yeti, alias Massiel, a los pies de mi cama. En realidad, lo que a mí me encantaría es abrir los ojos mañana y encontrarme la casa llena de notas de amor del tipo: “prefiero un minuto contigo que una eternidad sin ti” o “me alimento de pensarte“. Sí, ya sé que no iba a engañar a nadie, es evidente que mi chico se alimenta de los macarrones con queso que se mete entre pecho y espalda. Pero sería tan bonitooooo… Claro que para ver mi sueño hecho realidad tendría que haberme casado con Pablo Alborán. Mea culpa.

7. Poder darme un baño relajante (María Jardón)

Sí, lo sé, pido mucho. Eso de tener una hora para mi, para poder darme un bañito con espuma, velas, cerrar los ojos y no tener prisa… ¿es pedir demasiado?. Si os soy sincera, creo que no me doy un baño relajante desde antes de quedarme embarazada del mayor, es decir, más de cuatro años y medio. Igual debería conformarme simplemente con poder darme una ducha con la puerta cerrada, secarme el pelo completamente, no pasarme un minuto el secador o, simplemente, poder depilarme sin que uno esté llamando a la puerta y oiga de fondo los llantos del otro. Una hora, sólo pido una hora de verdad…

8. Un día de no preocuparme de nada (Lydia)

Ahí queda, ¡¡ todo en uno!! Poder despertarme sin ser yo quien coja a la peque, le de el desayuno a su hora, haga la comida o ponga la lavadora de turno. Que todas esas mini preocupaciones tontas del día a día de las cosas de la casa y la beba aparezcan en su cabeza para yo poder relajarme, desconectar y, dicho sea de paso, ¡¡pasar por la peluquería!! Pero insisto, sin la “obligación” de volver a casa corriendo porque es la hora de comer, o el recadico de pasar a comprar el pan… vamos un día de vacaciones totales, cuerpo y mente… ¿es un imposible?

9. Una noche sin colecho (Patch)

En mi cama, las noches en las que somos pocos, somos cuatro: los dos bebés, mi marido y yo y en las noches en las que somos muchos viene mi gato a unirse a la fiesta gangrenándome las piernas con sus nueve kilos (que pesa más que mi hijo pequeño). Tengo tanta necesidad de dormir sola, en un colchón, sin otros miniseres a los que amamantar, no aplastar o acunar que el otro día me dormí durante una resonancia magnética. Y estaba atada a la camilla. Y hacía un ruido de mil demoños. Avelino, si me lees, apiádate de mí, déjame ir a la cama de Peppa Pig y quédate con la prole una noche.

10. Que me hagan pionera en el noble arte del squirt (Merak Luna)

Te crees que eres super cool porque haces wish list… ¡Pues no! Aquí de lo que se trata, para ir al grano y ser práctica, es de asegurarte la recepción y comprensión del mensaje, sobre todo si tu pareja es de naturaleza despistada -que es la disculpa en la que todas nos refugiamos para negar la evidencia: que en el reparto te ha tocado un hombre cero detallista-. Como yo sé con quien me juego los cuartos, he hecho los deberes y, directamente, el domingo pasado le envié un mensaje de whatsapp sin grandes artificios, para que se centrase en lo importante y no hubiese lugar a la confusión, solo este link a un artículo de mi compañera Vero y la frase “tienes una semana para practicar”.

Como triunfe, podréis hacerme hasta la ola… ahora bien, lo que realmente temo es que mañana me reenvíe mi Avelino otro: “Cariño, pues ya sabes, tú misma, ¿no eres la reina del DIY?”

SORTEO DE SAN VALENTÍN

Vale, yo no sé qué confianza tendréis en que os “caiga” algún regalo, así que siempre está el porque-yo-lo-valgo. Y como este magazine a veces creemos que más bien tendría que llamarse “Mujeres y SALIDAS magazine” vamos a hacer los honores y regalar algo muy en consonancia.

Se trata de un ejemplar de Porn for New Moms… y no es lo que parece por el título. Básicamente el libro consta de fotos de tíos buenos con bebés diciéndonos las cosas que queremos oír cuando hemos tenido a un bebé. ¡Y son orgásmicas!  “No te preocupes querida; tu madre y yo nos ocupamos de todo, vete a relajarte a un spa” “Le he dicho a mi jefe que me tengo que ir a las 3 todas las tardes para que puedas darte un respiro” “No, no te levantes. Después de 9 meses y medio de embarazo, 26 horas de parto y 18 puntos no tienes que hacer nada de la casa, lo hago yo”… ¿Son o no música celestial?

Para participar en el sorteo

Déjanos un comentario diciéndonos qué te gustaría que te regalaran para San Valentín que no costase dinero. Eso es todo.

Sería la leche si nos ayudases a la difusión del sorteo (sobre todo porque nos podemos echar unas buenas risas con las respuestas) y ya si nos sigues en todas o algunas de las redes sociales te hacemos la ola. Puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o Pinterest.

El sorteo estará abierto hasta el 20 de febrero para residentes en Europa. ¡Estamos que lo tiramos! Sacaremos el ganador de manera aleatoria, pero ¡anda! ¡curráoslo un poco!