Lecciones de supervivencia que aprendí en mi erasmus

 

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Los que hemos vivido una erasmus nos quedamos trastornados para siempre. Podría mentiros, podría deciros que estoy súper integrada en la sociedad y que ya no se me nota pero por si no tenéis ningún erasmus cerca, ya os lo digo: se nos nota.

Vivir una beca Erasmus implica para muchas personas, como fue mi caso, el primer alejamiento duradero del seno materno y cuando eres un pollito como yo lo era, aprendes por el lado duro una serie de lecciones que me han servido para mi vida y que continúo usando cada día que puedo:

  1. Si no tienes planeado un menú tira de la pasta. Es cierto que yo viví en Italia y allí comen pasta a diario, para comer y para cenar, pero es que aunque así no fuera, podría afirmar sin temor a equivocarme que la pasta es el alimento que ha hecho que varias generaciones de erasmus sobrevivan más allá de los Pirineos.
  2. Domina los descuentos: para poder ahorrar antes de irme, estuve trabajando duramente el año anterior. Aún así un erasmus siempre va corto de dinero, así que lo mejor es que te hagas la master & commander de los descuentos, tarjetas verdes, días del espectador y paseo por el museo. ¿O pensáis que la vida se reduce a estar de botellón en el parque estudiar día y noche?
  3. Allá donde fueres haz lo que vieres. Si ves una cola mega larga, colócate al final. Si ves que todo el mundo corre en una dirección déjate llevar por la muchedumbre aunque no entiendas nada. Al final de esas colas te puedes encontrar la mejor heladería de la ciudad o una fiesta de caballeros medievales además seguro que no tienes un plan mejor que dejarte llevar.
  4. Los indígenas son tus amigos. Admito que esto fue una cosa que aprendí yo pero que hablando con otros erasmus no tienen la misma experiencia, y es que no es fácil entablar relación con los locales cuando eres un erasmus. Yo os lo digo: si cambiáis de ciudad, buscad a alguien que sea de allí y aprended de él, conoceréis las mejores fiestas, los paisajes más impresionantes y las playas más chulas.

(Sí, la de la foto de arriba soy yo con 22 años. Qué joven era y qué facultad más chula tenía, demonios.)

Patch

Periodista, bloguera, amansadora de fieras, @communitymadre y tratando de conquistar el mundo desde los 80. Puedes encontrarme en No es un desfile donde voy contando mis tonterías desde 2003. ¡Ah! Y ahora he escrito un libro Responde primero a la segunda pregunta.

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10 comentarios

  1. Yo estoy aterrada. Mi pollo se supone que se va en el primer cuatrimestre del próximo curso. Y digo se supone porque aquí de recursos para aventuras internacionales andamos justitos, como casi todos. El tiene una fe inquebrantable en la beca y en conseguir un minijob sin problema. Sostiene que la facultad ayuda a los alumnos a conseguirlo. Y la verdad, a estos chavales los hicimos demasiado dependientes, o a lo mejor pluralizo para consolarme. En fin, que no dudo que despegar y espabilar es lo mejor que le puede pasar, pero temo por mi salud mental durante el proceso… Genial post, me ha encantado!

    1. Verás cómo le va guay 🙂 A mí no me prometieron cosas que no cumplieran a nivel organización: me ayudaron a encontrar residencia y me dijeron los pasos que había que dar con toda la burocracia.

      Tu hijo se apañará, seguro, y volverá más mayor y más maduro

  2. Yo conseguí irme a Inglaterra de erasmus hace 10 años y fue hiper caro. Me pase todo el año anterior currando los findes y ese verano entero antes de irme. Pero mereció la pena todo el esfuerzo. Aprendes a compartir lo que no tienes, a estar fuera de tu casa, a adaptarte, a ser mas tolerante y comprender que todos somos de nuestro padre y nuestra madre. Yo hice amigos de verdad que son para siempre. Es algo que recomiendo a todo el mundo (dentro de las posibilidades económicas de cada uno, claro) y si puedo el día de mañana mis hijos irán de cabeza de Erasmus!

    1. Bien dicho! Ojalá los míos también puedan hacerlo 🙂

  3. Amén. Hay otras cosillas que no has comentado clásicas de los orgasmus XD yo reviviría todo mil veces más sólo que en Alemania del norte no son los locales los que saben más de fiestas sino los españoles e italianos. Verídico. Besos!!!

    1. Jajaja me temo que fui una erasmus un poco atípica 😀

  4. Nunca me fui de Erasmus…y creo que me lo habría pasado teta, pero mira…no se dio el caso 🙁
    Eso si, me encanta leer las historias de los que sí se fueron jeje

    1. Bueno, es un deporte de riesgo como otro cualquiera. ¿Sabes lo que me habría molado? Hacer un interraíl, el caso es no estar contentos jeje

  5. No me fui de Erasmus. Yo directamente me fui de Barcelona a estudiar fuera. Jajajaja. Pero no fuera de España. En la misma comunidad Autónoma. Pero oye!! Que para mí, como un erasmus, porque aprendí muchas cosas de las que cuentas.

    Al cabo de los años, me fui a Italia, pero no de Erasmus. Si no con una beca de movilidad para hacer las prácticas de un ciclo formativo que estuve haciendo. Eso sí que fue casi todo pagado y digo casi todo, porque nos tangaron un poco, pero bueno. Los mejores 4 meses de mi vida!!!!!!!

    Saludos

    1. Yo me lo pasé pipa, pero ya te digo que en Madrid la beca era exigua. Un año magnífico, eso sí 🙂 Al final lo de salir de casa te curte

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