¿Qué hacer ante una situación de acoso laboral?

Desde que somos niños vivimos situaciones de estrés: sólo hay que ver las noticias para descubrir que el mundo perfecto e ideal que cantaba Yasmin en Aladdin no existe. Ya desde la más tierna infancia, aparecen situaciones como el Bullying que si no son detectadas a tiempo, pueden tener finales horribles. Pero las situaciones de acoso, no se quedan ni en la niñez, ni adolescencia, sino que con la madurez evolucionan con nuevos matices, y nuevas figuras, aunque con un nexo común: “apremiar de forma insistente a alguien con molestias o requerimientos“, o eso dice la RAE.

acoso laboral

Hoy me voy a centrar en el ámbito laboral: qué es el acoso laboral, cómo afrontarlo de manera jurídica y qué consecuencias legales puede tener.

¿Qué es el acoso laboral?

acoso laboral 2

En primer lugar necesitamos poder identificar las conductas que se consideran legalmente acoso laboral, y que como tal, llevan aparejada una pena:

  1. Es un proceso de hostigamiento, reiterado de violencia física, psíquica, o ambas, de por sí idóneo para humillar o reducir a la condición de objeto a la víctima.
  2. No basta un sólo acto, tiene que haber habitualidad o reiteración.
  3. La concreta finalidad no es intrínseca al acoso.
  4. Tiene lugar en el espacio laboral, en el que, normalmente el acosador ostenta una posición de superior respecto al acosado, por lo que se producen situaciones simétricas, en las que el acosado, ya por su situación laboral, adquiere una situación de sumiso.

Es en este último punto, donde se dan las notas que van a caracterizar el acoso laboral, porque es en esa sitación de dominancia donde se ampara el superior, para seguir con las conductas vejatorias hacia el acosado.

¿Te imaginas que tu jefe empieza a hacer comentarios ofensivos sobre tu persona? Cuando se inician estas situaciones, y tú eres la víctima, no sabes en qué momento pararlas. La primera vez que oyes un comentario fuera de lugar normalmente te encuentras en shock y no eres capaz de reaccionar. Posteriormente, entra otro de los factores clave: el miedo. El temor a ser despedido, a que tomen represalias, que hacen que sigas aguantando, hasta que ya no puedes más.

El código Penal en su artículo 173.1 establece:

“El que infligiera a otra persona un trato degradante, menoscabando gravemente su integridad moral, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años.

Con la misma pena serán castigados los que, en el ámbito de cualquier relación laboral o funcionarial y prevaliéndose de su relación de superioridad, realicen contra otro de forma reiterada actos hostiles o humillantes que, sin llegar a constituir trato degradante, supongan grave acoso contra la víctima.”

Como podéis ver la pena, comparada con el daño que te pueden causar, es irrisoria.

Otra opción que nos da la legislación, en este caso la laboral, es la posibilidad de solicitar la rescisión del contrato, por parte del trabajador, solicitando la indemnización de despido improcedente.

¿Cómo afrontamos el acoso?

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Lo más importante e imprescindible es recabar pruebas. Hoy en día lo tenemos mucho más fácil, porque en la cotidianeidad de nuestras relaciones laborales prima el correo electrónico, dejando por escrito órdenes y comentarios que pueden ser utilizados para demostrar que existe acoso. Dentro del ámbito de la empresa privada, en la empresa pública también puede suceder, pero siempre menos; tus compañeros no van a ir a declarar a tu favor (hablando siempre en términos generales) y poner en riesgo su posición laboral.

Como hemos dicho en la definición de acoso laboral, para que se dé tiene que ser habitual o reiterado, por lo que tienes tiempo para ir recabando pruebas que serán esenciales para poder ganar el juicio, sea el laboral o el penal. Cuando empiezan estas situaciones, no te das cuenta, hasta que de repente, duermes mal, no quieres ir a trabajar, la ansiedad y la angustia se apoderan de ti, y te conviertes en una sombra de ti mismo. Tienes miedo, estás aterrorizado por cometer un error y no sabes por qué te está sucediendo esto.

En ese momento, TIENES que ir a un psicólogo. No te hagas el fuerte, en serio. Lo necesitas, y además con su informe, en el que consta cómo has llegado hasta allí, qué situación anímica presentas, y lo que la Legislación de Protección de Datos le deje hacerte constar, se convertirá en clave para poder demostrar qué menoscabo has sufrido psicológicamente hablando. Y además, te hará ver QUE NO, que no eres un ser inferior, que no te mereces lo que estás viviendo. Y que hablemos con claridad: tu jefe/a es un/a cabrón/a.

Y en segundo lugar, tienes que ir a un abogado, especializado en estos temas, para que te vaya dando instrucciones de cómo conseguir y recabar las pruebas que necesitas.

Una vez en manos del abogado, él y tú decidiréis por dónde queréis ir, si por la jurisdicción laboral o la penal, y qué pretendes con el juicio.

¿Qué consecuencias legales tiene la condena por acoso?

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Como hemos visto en párrafos precedentes, la condena penal por acoso laboral es ridícula, de 6 meses a 2 años, por lo que si no tiene antecedentes penales no entrará en la cárcel y como mucho conseguirás una indemnización económica por daños y perjuicios, que nunca será como en las películas americanas.

En cambio, si vas por el ámbito laboral y solicitas la extinción del contrato por incumplimiento por parte del empresario, podrás optar a rescindir el contrato y a obtener la indemnización de despido improcedente, así como una indemnización por daños morales, y el “acosador” saldrá indemne.

Como vemos, nuestra legislación, sigue sin proteger de manera efectiva al trabajador que sufre una situación de acoso, como cuando os contaba qué pasa en realidad con la conciliación.

Pero aún así, y aunque la Ley no nos proteja, ni nos ampare, hay que ser fuertes y dar un paso al frente. Porque te lo agradecerás a tí mismo, y lo agradecerás por los tuyos.

Imagen: Alexas Fotos,  Geralt; Gabriele Leinardy; Funnytools

Mª José Sarrión

María José Sarrion, profesional de los RRHH y blogger de La Alcoba de Blanca desde hace más de 4 años. Necesito como respirar contar lo que me pasa por la cabeza. Soy mujer y madre de 2 niñas, que han sacado facetas nuevas en mí. Multiapasionada, creativa e inquieta. Y con ganas de hablar de otros temas distintos a la maternidad. Porque como decía una buena amiga “hay vida más allá de la maternidad”.

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1 comentario

  1. Un espejo, Majo. Eso es lo que he visto. Y seguro que eso es lo que muchas y muchos están viendo. Imprescindibles las recomendaciones

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