Entre las aficiones y actividades en común que puede tener una pareja con hijos seguro que dirías alguna tipo ir al cine, el teatro, la lectura, incluso ir al fútbol… u otras como, por supuesto, los hijos, esquiar… o ¡ninguna!
Pues cada vez son más las parejas que tienen como afición el baile. Y no bailar en una discoteca hasta las 6 de la mañana con el GT en la mano, sino practicar bailes de salón o ritmos caribeños.
Si habéis pensado al leer bailes de salón en un grupo de jubilados en Benidorm y al leer ritmos caribeños en un grupo de jóvenes refrotandose en plan perreo es que no habéis bailado nunca ni conocéis todo lo que os puede aportar.
El baile de salón es una disciplina que engloba 10 bailes, 5 bailes standard –vals inglés, tango, quick step, slow fox y vals vienés- y 5 latinos -samba, cha cha cha, bolero, paso-doble y jive-. Cada uno de ellos se baila con ritmos diferentes, técnicas muy concretas, posiciones corporales precisas, y siempre en pareja.
Los bailes caribeños no están tan “cerrados” ni tan academizados. Cada vez aparecen ritmos nuevos, o ritmos que resurgen y se ponen de nuevo de moda. Los más conocidos hoy en día son la salsa, la bachata, el merengue, kizomba… Estos también se bailan en pareja, pero también es habitual bailar coreografías en línea, salsa en rueda o salsa cubana, como en este vídeo:
Cualquier tipo de baile ayuda a desarrollar de manera individual el ritmo, la musicalidad, la coordinación, mejora el estado físico… y si además lo practicas en pareja crea un vínculo diferente en la relación, a veces de amor-odio todo sea dicho. Desarrolla el espíritu de superación en pareja, además todo lo que sea salir de la “rutina” habitual es bueno para el estado anímico de cada uno.
Cuando tienes hijos el único handicap es encontrar “canguro“, aunque por experiencia os diré que no pasa nada por tener niños en las clases, suelen incluso querer bailar con los padres. A mi como profesora no me ha importado nunca, de hecho es divertido ver como quieren formar parte de esa pareja que está aprendiendo a bailar, y que se ríen, pisan y discuten a partes iguales.
Puede convertirse en una actividad en familia ¿por qué no?
Aprender a bailar en pareja también puede ayudar a vuestra relación, que siempre cambia cuando se es madre/padre. Los momentos de bailar son ratos que tenéis para los dos, y estaréis todo el rato en contacto físico. Depende del baile estaréis en bastante contacto físico incluso. Para aprender a bailar hay que formar parte de un grupo de vuestro nivel, por lo que será también un tiempo de relación social diferente al del resto de la semana, y con otros temas de conversación.
Con suerte podéis crear hasta un vínculo de amistad con esos compañeros. No os extrañéis si el primer día de clase pensáis que sois gente muy diferente unos de otros y se os pasa por la cabeza un “qué hacemos aquí“, sobre todo si véis que sois de diferentes edades, porque al final todos perseguís el mismo objetivo, divertirse bailando.
Aprender a bailar no es una actividad cara ni costosa. Podéis encontrar desde clases gratuitas en bares, y todo el mundo aprende a bailar, es un hecho, no hay nadie con dos pies izquierdos. Además no requiere de materiales técnicos especiales ni de lugares determinados, podéis bailar en pantunflas en el salón de casa.
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Si os pica el gusanillo curiosón de algún baile, hay un montón de películas relacionadas con el baile, os dejo mis preferidas:
- Baila conmigo, prota: Chayanne. Bailes: podéis ver samba, pasodoble, salsa…
- Dirty Dancing, prota: Patrick Swayze. Bailes: mambo.
- Déjate llevar, prota: Antonio Banderas. Baile: tango argentino
- Bailamos: prota: Richard Gere. Baile: tango europeo
Nosotros nos apuntamos a clases de salsa, merengue… a finales del año pasado. Estoy de acuerdo en lo del vinculo “amor-odio” que se genera en ese ratito de clases… jejeje
Lo que pasa que nose si era por la forma de dar las clases o que, pero este año no lo hemos retomado porque no nos engancho mucho… supongo que todo sera acertar con el sitio al que ir 🙂
Sí, el.grupo, los.profes…hacen mucho. Pero si os gustó es probar en otro sitio. El amor odio mola, sobre todo cuando algo sale bien es trabajo en pareja!!!
Yo ya tenía el gusanillo de ir a baile con mi marido, pero después de leerte me han entrado más ganas…sólo me falta convencerlo a él 🙂
Tu apuntalo, así van la mitad, sin enterarse bien de a donde van y luego suelen estar más agusto q las mujeres!
Discrepo. Sí hay hombres con dos pies izquierdos. A mí me encanta bailar e hice varios años de clase y ya te digo yo que los hay negados negados. Mi marido es uno de ellos (afortunadamente no fui con él porque hubiese acabado con mi paciencia). Y algunos de los compañeros que venían… también
no fuiste?? es raro que el hombre se apunte solo. Seguro que algo aprendió, aunque a quien le cuesta requiere de mucha paciencia y muchas repeticiones
No. Yo fui, pero con otros. Era cuando ni siquiera salíamos. Mi marido es negado. Le he intentado enseñar y no hay manera ni de que sepa contar ni de que lleve el ritmo. Algo aprendería si fuera, pero nena ESO no es bailar. Ya te lo digo yo .
Las películas las conozco todas, pero al papá de mi bichilla no hay quien lo convenza para esto.