Estamos ya metidos de lleno en el otoño donde las temperaturas han bajado considerablemente, ya hemos cambiado la hora y anochece mucho antes, así que ya no nos quedan excusas para seguir prolongando lo inevitable. Ha llegado el momento de hacer el cambio de armario. Hay quien quien tiene mucho espacio y opta por tener siempre todas las prendas al alcance de la mano pero, para la mayoría de los mortales, esto no es posible así que nos toca dejar a un lado la pereza y ponernos manos a la obra.
Pero no te preocupes, me he propuesto que a partir de ahora, más allá de verlo como algo tedioso, incluso llegues a disfrutar con ello. Antes buscaba cualquier excusa para no hacerlo y ahora, lo único que me falta es encontrar tiempo porque lo enfoco con otras ganas, con ilusión por reencontrarme con prendas que tengo guardadas y con la idea de “dejar ir” a todas esas a las que ya no le doy el uso que me gustaría.
¿Qué momento es el indicado para hacerlo?
Es complicado saber cuál es el mejor momento para realizarlo porque basta que guardemos todas nuestras camisetas de manga corta y chaquetas finas para que venga un día espectacular y no paremos de echarlos de menos.
Hay quien comienza con el cambio de armario a principios de octubre y, los más tardíos que lo realizan ahora, a principios de noviembre. Está claro que para esto también influye mucho dónde vivas porque la temperatura varía bastante.
Personalmente suelo ser de las de principios de otoño pero este año hemos tenido unas semanas muy buenas por aquí y lo he ido dejando pasar. También es verdad que normalmente opto por guardar la ropa ‘extrema’ es decir, saco los jerséis de lana y guardo los de manga francesa o los que son muy finos, sin embargo, siempre dejo alguno fino con el que poder ir un día de calor.
Consejos para realizar el cambio de armario
Una vez que tenemos claro cuándo vamos a cambiar la ropa para que se adapte mejor al clima del momento, vamos a ver algunos consejos para ponernos manos a la obra.
1.Vacía el armario y límpialo
Lo primero que tienes que hacer es sacar todo lo que tienes dentro del armario, incluidas perchas y limpiarlo bien. Puedes aprovechar este momento para estructurar cómo vas a colocar las cosas, replantearte el uso de los cajones si no te era del todo cómodo y porque no, para añadir alguna bolsa con plantas aromáticas o trocitos de jabón cortado para que den buen olor a tu ropa. Yo soy una fan de la lavanda.
2. Clasifica la ropa
Esto ya lo comentamos alguna vez, desatascar tu armario es muy importante para poder hacer sitio para la nueva ropa y para poder ver todo lo que tienes y así poder utilizarlo. Coge por prenda por prenda y decide si la vuelves a meter en el armario, si la vas a donar o vender, si la vas a tirar directamente o si es para guardar para la próxima temporada.
3. Decide la nueva estructura
Piensa detenidamente dónde vas a colocar cada cosa. Lo ideal es que las cajoneras y baldas más accesibles tengan la ropa a la que más uso sueles darle. Por ejemplo, la camisetas que sueles llevar al trabajo. Lo mismo pasa con el centro del armario, lo mejor es situar ahí las prendas que más te pongas. En este punto es importante también cómo guardes las cosas, el doblado vertical por ejemplo para las camisetas es muy visual y, tener unas buenas perchas y que sean todas iguales también es una opción muy buena. Soy muy fan de las perchas finas de terciopelo porque no ocupan mucho y hacen que la ropa no se patine.
4. Saca la ropa de la temporada anterior
Una vez tienes seleccionada toda la ropa que se va y la que se queda, saca la ropa que tenías guardada y repite el proceso. Aunque lo normal es que ya hayas quitado ropa a la hora de hacer el anterior cambio, puede que todavía decidas ‘eliminar’ alguna prenda más y en este caso, cuanto menos mejor, buscar el minimalismo en el armario como nos sugirió la bloguera Carolina Rector al proponer que lo ideal es tener 37 prendas por temporada, nos ayudará a ver perfectamente y utilizar toda nuestra ropa.
5. Guarda bien lo que se queda
Por último pero no menos importante, cuanto mejor guardes las cosas, más te facilitarás el próximo cambio. Todas las prendas deben estar lavadas, bien dobladas, si puedes quitarle las bolas a las prendas de lana, todo emparejado… Además, te puede ayudar mucho si guardas las cosas por categorías, en una funda las camisetas, en otra pantalones y faldas, en otra todo lo de la playa… Imagínate la gozada cuando llegue el verano, empieces a sacar cosas y esté todo ya prácticamente ordenado.
Como ves, hacer el cambio de armario no tiene porque llevarte tanto tiempo ni ser algo tan tedioso si lo enfocas bien y aprovechas para poner al día tu guardarropa. Y tú ¿eres de las que sufres con el cambio de ropa?