Los españoles estamos enganchados a las pantallas más de lo que creemos

Amanecemos mirando las noticias, repasando los recordatorios que hemos activado, mirando la agenda que llevamos en el móvil, pero ya puestos empezamos a curiosear por las redes sociales y en definitiva pasamos el rato mirando el móvil o la tablet. Los españoles estamos enganchados a las pantallas.

Más del 60% de los españoles nos levantamos de la cama cada mañana casi con el móvil en la mano, estamos hablando de más de 17 millones de personas que reconocen que lo primero que hacen al levantarse y lo último antes de dormir es mirar su teléfono móvil. Y no es precisamente una sana costumbre.

El 44% de las personas entre 18 y 24 años hace un uso diario del móvil de más de seis horas y media. Según el Instituto Nacional de Estadística, España es el país europeo con más adicción adolescente a la red y eso es peligroso y preocupante. El 21’3% de los adolescentes españoles están enganchados a las pantallas frente a un 12’7% de la media europea, según los datos del INE. Y los primeros resultados, los más evidentes, son la bajada en los resultados académicos, los cambios emocionales, el absentismo escolar, la pérdida de motivación para otras actividades, incluso dormirse durante las horas lectivas.

Cerca de la mitad de ellos reconoce que tiene lo que llaman “un contacto activo” con su smartphone cada quince minutos aunque según los psicólogos sería erróneo circunscribir la nomofobia a esta franja de edad. Sobre todo teniendo en cuenta que un 35% de los adultos de entre 25 y 35 años, preguntados en esa misma encuesta, utiliza su móvil cada seis minutos. Son datos para reflexionar y tomar medidas, pero no es eso lo que estamos haciendo precisamente ni como sociedad ni como individuos.

Estamos enganchados a las pantallas y lo sabemos

Cada vez es más habitual que hablemos de “adicción” cuando nos referimos a nuestra relación con el móvil, la psicología lo trata como una patología y lo define como “nomofobia”.

Porque es cierto que más o menos todos somos conscientes de que tanto uso es una adicción, pero no tenemos nada claro las consecuencias de padecerla y sobre todo de no afrontarla cuanto antes como deberíamos, nos autoconvencemos de que no pasa nada y no es cierto.

Es innegable que la tecnología es algo positivo, pero siempre que el usuario la emplee de forma sensata y sana. Lo que pasa es que en este caso estamos hablando de que el 25% de la población de entre 18 y 65 años se considera a sí mismos adictos al móvil, siendo las mujeres las que más lo utilizan de media, en torno a unos 50 minutos más al día que los hombres. Las mujeres, en general, usan sus móviles en torno a las 5 horas diarias.

Según señalan los psicólogos y expertos en salud mental, cuando pasas más tiempo en las redes sociales o jugando a través de una pantalla que interactuando con personas reales en tiempo real, es el momento de reevaluar tu relación con la tecnología.

El documental de Netflix, “El dilema de las redes sociales” demuestra que tanto Facebook como Instagram o YouTube, por poner solo tres ejemplos, emplean algoritmos para aumentar el enganche sobre sus usuarios.

Podemos decir que somos yonquis de internet y las redes sociales porque su modelo de negocio necesita precisamente que estemos la mayor parte de nuestro tiempo conectados.

De hecho, WhatsApp ha añadido la posibilidad de duplicar la velocidad de reproducción de los audios precisamente para eso, para que pueda aumentarse el número de mensajes que se emiten y se reciben por voz.

Los expertos en salud han comprobado que existen grandes similitudes con otros trastornos que producen las dependencias o las adicciones a otras sustancias, el síndrome de abstinencia, la tolerancia, la falta de control por no usarlo (estamos hablando del móvil) son algunas de las características que comparten con otras adicciones.

Y los problemas que plantean tanto jóvenes como adultos al reconocer su adicción coinciden en la baja autoestima, la falta de habilidades psicosociales, el sentimiento de culpa, las malas relaciones con la familia y el entorno, la ansiedad. Además, la mayoría de ellos refería la sensación de no poder estar ni un solo día sin consultar el móvil.

Técnicas de relajación y mindfulness pueden ser de ayuda tanto con niños, adolescentes e incluso adultos porque ayudan a vivir sin pensamientos recurrentes y a centrarse en el momento.

Quizás el ejercicio de desconectarnos de nuestro móvil durante una semana puede que nos dé una idea de si estamos enganchados a las pantallas más de lo que queremos reconocernos a nosotras mismas.

Pilar Fonseca

Primero fui mujer, después periodista, luego esposa y ahora además de todo eso madre. Esto último me obligó a reorganizar todo lo anterior.
Me gusta escribir y comunicar.
Disfruto con un buen libro, una buena película, una buena serie, un buen viaje y una buena charla con amigos.
Podría alimentarme sólo de queso y chocolate acompañados de un buen vino, una que es mujer de gustos sencillos.

Artículos recomendados