Inocentadas de bombero

australian-firefighters

Esto que os voy a contar… podría parecer una inocentada pero NO. Es una historia basada en hechos reales, ¡realísimos! Como que me llamo Nuria.

Viernes por la noche. O tal vez fuese un sábado. Tortilla de patata lista, pan con tomate untadito, y más delicatessen que no voy a mencionar para no herir sensibilidades. Esto es lo que sucede cuando tus padres te visitan en tu exilio y vienen cargaditos con manjares de tu tierra. Todo está a punto. Suena el timbre. Será papá. El tuyo no, que está descorchando el vino. El de tus hijos, se entiende. Corres hacia la puerta, la abres y te encuentras más o menos con… ESTO DE AQUÍ ARRIBA.

¡Tacháaan! No sabes a cuál mirar. Cualquiera de ellos está más apetecible que el estofadito que tu madre acaba de poner sobre la mesa. Tiene que ser un error. Te frotas los ojos, pestañeas y vuelves a mirar. Y sí. Están ahí, tal cual. Bueno, sin hachas y un poco mas tapadicos pero igual de cachas. Te apresuras a gritar que “¡No es papáááá!” para que no venga todo el mundo a la puerta y te saquen de tu ensoñación, que estos muchachos han venido a rescatarte a ti… ¿o a qué narices han venido?

Mi charla con la unidad de agentes buenorros

Yo, abriendo la puerta a siete bomberos cachas´.

– ¿Sí? Hola, ¿en qué puedo ayudaros?

– Buenas tardes, señora.

– Joder, ya empezamos. Que no soy señooooora. Que soy una chiiiiica. ¿Qué queréis polluelos, peaso GEOS o lo que quiera que seáis?

– ¿Está usted sola?

– ¿Que si estoy sola? (ruborizándome). Mierda. No. Pa una vez que me pasa esto y tengo a toda la familia aquí. Maldita mi suerte. Pues no. Están mis padres, mis hijos… y (en voz bajita y casi ininteligible) y mi marido está a punto de llegar.

– Bueno, no se alarme.

– Que no me alarme dice… ¡que no me alarme! No, claro. ¿Por qué iba a alarmarme? Si esto me pasa todos los días. ¿Qué sucede? ¿A qué deben mis ojos semejante alegría?

– Van a tener que desalojar la vivienda.

– ¿Perdóoon? Aaahh… ¡Jaaajaja! Qué bueno. Que hoy es 28 de diciembre… ¡qué inocentada más buena!

¡Inocente!

es-broma
Muy bueno, chaval.

– No. No es una broma. Han de desalojar ustedes la vivienda.

– Pero, pero… Tenemos la mesa puesta… Íbamos a cenar. Todo calentito y rico, rico como vosotros. ¿Cuánto tiempo tenemos?

– (Se miran, se sonríen…) ¿Unos tres minutos?

– ¿¿Tres minutos??

– ¿Qué le parece? ¿Puede comunicarle al resto de su familia, sin crear alarma, que lleven lo imprescindible para pasar la noche fuera?

– Eeer… sí, sí. Creo que podré hacerlo pero ¿me podéis decir qué sucede? -ya tuteándolos claro, para una vez que se te personifica una fantasía múltiple en la puerta… no vas a abrir distancias hablándoles de “usted”.

– Hemos detectado -ojo al dato– UNA BOMBA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL en las inmediaciones y este edificio está en la zona de influencia. Tenemos que desalojar los inmuebles en nosecuántos metros a la redonda. Se ha habilitado el polideportivo de nosedonde. Allí podrán pasar la noche.

sorpresa
Qué me estás contandooo… que tengo la mesa puestaaaa.

– O sea, que va enserio.

– Sí, señora.

– Y dale con el señora. De acuerdo, voy a informar al resto.

– Nenaaaaa… ¿¡Quién eeees…!? ¡¡Que esto se enfríaaaaa…!! -dice mi madre desde dentro.

– Ejem. Mi madre. Voy. Sí. Salimos inmediatamente.

– Se lo agradecemos.

Que no cunda el pánico

Cierro la puerta todavía sin dar mucho crédito y voy al salón.

que-rabia
Para una vez que ibamos a cenar bien…

– Mama, papa, neeens… ¿podéis preparar los pijames en una bolsita que… vamos a dar una vuelta?

– ¿¿Que quéee?? Nenaaaa – exclamó mi madre ¿estás de guasa? ¡Que está la cena a punto!

– Mama, please. – le respondo con mirada penetrante-. No es guasa. Ayúdame con el resto. Hemos de salir ya.

– ¡Pero qué pasa!

– Nada grave. Vamos. Os lo cuento fuera. Coged los pasaportes por si acaso.

– ¿Nada grave y me dices que coja los pasaportes? Hija, me estás a sustandoooo.

– Ay, mamá, yo que sé. Pues no los cojas.

– Mamááááá -grita mi hija- ¿el cepillo de dientes tambiéééén?

– ¡No! Hoy no hace falta. ¡Vamos!

Ya en la calle nos topamos con papá que llega en ese momento.

– Venga, vamos a pasear y os cuento lo que pasa ¡pero alejémonos ya, leñe! Naaaaada. Que han encontrado una booooomba. Pues porque tienen que desactivaaaaarla. Pues porque desalojan todos los inmuebles que quedarían afectados en caso de explosióóóóón. Que noooo. Que no va a explotaaaaaar. Pues yo que sé, por si acaaaaaaso. Pero que nooo. Que no va a explotaaaaar…

Y así todo el rato, hasta que a media noche comunicaron por la radio que los trabajos de desactivación habían terminado sin mayores incidentes. Creo que lo único incierto de esta historia es que sucediese un 28 de diciembre… ¡pero la batallita me iba al pelo! 😉

¡FELIZ DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES!

¿Ya tienes pensada tu travesura?

Imágenes: Joba Pro photo para el calendario de bomberos de Australia, que recauda fondos para la unidad de quemados del hospital infantil de Westmead. Calendario del 2017 a la venta aquí.

Imágenes animadas: Giphy.com

Nuria Puig

Mi nombre es Nuria pero, donde vivo, tienden a llamarme Julia. He tirado la toalla y, si me llamas Julia, también me giraré. He trabajado en construcción y en educación pero lo que hace que me olvide de comer y de beber es: escribir. Voy por la vida con Gorro y a lo Loco

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6 comentarios

  1. Me acuerdo de tu historia,a mi no me gustan las inoncentadas

    1. A mí tampoco, Anya. Ni las inocentadas… ni las fiestas sorpresa 🙂

  2. aaayyyssss qué susto!!

    al lado de mi casa encontraron una de la guerra civil, pero ni desalojaron ni avisaron ni nada, la vimos porque estaba en mi camino al colegio, pero hasta hubo clase

    1. pues si que confían poco en la técnica de entonces… aquí hacen detonaciones controladas… aunque una de esas detonaciones “controladas” (que fui a echarle un vistazo) dejó la medianera del edificio contiguo un poco negra…

  3. Jope, menudo susto. Luego, a toro pasado, queda como buena anécdota de familia.

    1. Pues sí, de entrada un susto y un fastidio, que nos quedamos sin cenar! pero es cierto que luego nos hemos echado unas risas en familia. Siempre es bueno tener una batallita en la recámara 😉

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