Y tú, ¿eres kawaii?

Seguro que en más de una ocasión te has topado con el término kawaii sin saber muy bien a qué se refería esta expresión y, si no lo has hecho, te sorprenderá saber que el mundo que te rodea está llenito de cosas kawaii sin que tu te hayas dado cuenta. ¿De qué estamos hablando?

Kawaii es un adjetivo japonés sin traducción concreta en español pero que podemos identificar con lo lindo, lo tierno, lo bonito. En una palabra, kawaii es “lo adorable”. Pero, más que un concepto aislado, un atributo, kawaii es, en sí mismo, un estilo de vida y, a estas alturas, una seña de identidad nacional en Japón estrictamente ligada a la cultura visual de este país asiático.

kawai
imagen de la fotógrafa japonesa Julie Watai

El término Kawaii no es nuevo. Nació en la era Taisho, entre los años 1912 y 1926, para referirse a alguien tímido o vergonzoso, pero también a alguien vulnerable, pequeño, adorable, encantador… asociado, sobre todo, a bebés y animales. Es a partir de la década de los 70 cuando el término adquirió el significado actual centrado en estas últimas acepciones y experimentó un auténtico boom.

Lo hizo de la mano de personajes de dibujos animados impresos en todo tipo de artículos de papelería o de la proliferación de los peluches y caricaturas de forma de animales; todo ello alentado por la industria musical, la cultura idol y un consumismo atroz. De moda, lo kawaii se convirtió en tendencia y de ahí en una forma de vida con una manera de vestir, hablar y actuar propios con predominio de los colores pastel y la estética infantil.

hello kitty kawaii

En su fulgurante despegue tuvo mucho que ver Hello Kitty. La archiconocida gatita había nacido algunos años antes, a mediados de los 70, pero fue a comienzos de los 80 cuando sus diseñadores decidieron modernizarla y hacerla más atractiva para el gran público dotándola de rasgos kawaii. El éxito fue rotundo hasta convertirla en un auténtico icono mundial y principal referente de la cultura kawaii.

El movimiento vivió altibajos hasta su globalización definitiva a mediados de los 90. La atracción del público japonés de nuevo hacia los personajes y la ampliación de su público objetivo más allá de las adolescentes resultaron el espaldarazo definitivo para un estilo que lo impregnó todo: moda, entretenimiento, publicidad… pero también servicios públicos e  instituciones. De hecho, muchos organismos oficiales como prefecturas o municipios tienen su propia mascota kawaii como un elemento más de promoción turística.

En una sociedad tradicionalmente tan hermética y unos roles -especialmente en lo que a la mujer se refiere- tan definidos como la japonesa, puede asociarse el boom kawaii de los 80 como un intento de muchas mujeres de romper con esas normas preestablecidas más allá de su papel como amas de casa y esposas. La adopción de comportamientos y vestimentas infantiles parecía un intento de aferrarse a la adolescencia, sino embargo, no deja de ser una pantalla que, al fin y al cabo, no hace más que maquillar esas sumisión respecto al hombre, pero pondera igualmente estereotipos de género como la dependencia, la fragilidad, la vulnerabilidad como cualidades “adorables”. Juzgad vosotros mismos, pero la “liberación” no parece tal.

Pero, más allá de su historia o de hipótesis sociológicas más o menos plausibles que expliquen su expansión, lo kawaii se ha convertido en tendencia más allá de las fronteras del país nipón. Niños y adolescentes han caído rendidos ante tanta ternura, pero también ante una cultura visual que hay que reconocer es atractiva y asequible para el consumidor.

Pasar la realidad a través de un filtro kawaii es divertido para los peques y por experiencia os digo que resulta una práctica artística al alcance incluso de quienes no tenemos demasiado “arte” para eso del dibujo. Como madre de dos niñas preadolescentes locas por todo lo cuqui, en casa lo kawaii está al orden del día. Tenemos todo tipo de artículos de papelería kawaii, todo tipo de accesorios para el pelo kawaii, todo tipo de complementos kawaii… y he de reconocer que no solo a ellas les gustan. Muero por estos bolis de conejito tan monérrimos.

kawaii

Hay muchas tiendas donde comprar productos kawaii pero, como sabéis que yo soy muy apañada en lo que a la economía doméstica se refiere, también os diré que algunos de esos productos los podéis encontrar también en AliExpress -que como ya os conté alguna vez, a mí me saca de más de un apuro- muchísimo más barato. Hay absolutamente de tooooodoooo. Los artículos de papelería son tendencia, pero hay utensilios de cocina, peluches, prendas de ropa, muñecos… ¡hasta cortauñas!

Pero, sin duda, una de nuestras grandes adquisiciones ha sido el libro “Cómo dibujar kawaii”, de José Antonio Pérez “Jupe”. Su canal, 365bocetos, cuenta con más de 90.000 seguidores, con los que desde 2012 comparte periódicamente sus bocetos. Algunos de ellos han sido reunidos en esta obra que en casa ha resultado todo un éxito y nos ha proporcionado horas y horas de diversión, pues ensaña de una forma extremadamente fácil y divertida a hacer todo tipo de diseños kawaii. Si no sabéis qué regalar en el próximo cumple, os aseguro que a poco que le guste dibujar al cumpleañero daréis en el clavo.

Fotos: Shutterstock, Julie Watei, RTVE

María L. Fernández

Soy María Fernández. Mujer, madre, amante, amiga y periodista en permanente propiedad conmutativa. No sé vivir sin contar historias. Las mías, las tuyas, las de los demás. Nunca sabrás si voy o vengo, pero cuando te hablo ten la seguridad de que lo hago de forma honesta, porque no sé hacerlo de otra manera.

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