Buenas acciones que puedes hacer en tu día a día

Hace unos meses vi un vídeo de un padre y una hija que para celebrar su cumpleaños hicieron 39 buenas acciones me encanto. Me pareció una idea brillante y un gran ejemplo para la pequeña y muy necesario en esta vida que llevamos ahora gobernada por las prisas y en la que apenas levantamos la vista de “nosotros mismos y nuestras circunstancias”. ¿Es este el mundo que queremos para nuestros hijos?, ¿es este el ejemplo que queremos darles? Somos el espejo en el que se miran y por eso, por ellos, pero también por nosotros, debemos mirar un poco a nuestro alrededor.

buenas acciones

Desde que vi esa noticia he reflexionado mucho sobre el tema y he empezado a cambiar cosas en mi día a día, pequeños detalles que no me cuestan nada pero que creo y espero que sirvan para que mis hijos tengan otra perspectiva del mundo y, por supuesto, me hacen sentirme mejor conmigo misma.

Al principio me lo tomaba como “voy a intentar hacer una buena acción al día” y, en cuanto la hacía me “relajaba”. Ahora, lo he interiorizado y me he acostumbrado a mirar más a mi alrededor, es tan fácil como eso. Dejar de pensar en la prisa que tienes para llegar a un sitio y enfocarlo como, “vale, igual llego dos minutos más tarde pero, he dejado que esa madre cruzara tranquila el paso de cebra con su carrito y su hijo pequeño sin azuzarla”. Es un ejemplo ridículo, pero ¿cuantas veces apuramos el paso de cebra porque no llegamos al cole a coger a los niños?.

Buenas acciones que podemos practicar

Estas son algunas buenas acciones que podemos hacer en nuestro día a día, que no suponen un gran esfuerzo pero que nos “obligan” a ponernos un poco en la piel de los demás algo que nunca viene mal.

1. Dejar incorporarse a un coche al carril: si detrás tuyo viene una buena fila y ves que un coche lleva tiempo esperando para incorporarse… ¡déjale pasar! A ti te gustaría que lo hicieran. Lo normal es que cuando hay mucho tráfico se vayan intercalando los coches de la incorporación con los que van por el carril principal pero, seamos realistas, ¿cuantas personas hay que parece que se van a montar encima del coche de delante para que no se meta uno? Piénsalo un segundo, ¿cuánto tiempo te vas a ahorrar?

2. Ceder tu asiento: esto no debería ni estar en esta lista porque es algo que cae de cajón y que se debería de hacer. Si estás sentado en el autobús o en el metro y llega una persona mayor, una embarazada, una madre con un niño pequeño… No metas la cabeza en tu libro, levántate y cédele tu sitio. ¿De verdad lo vas a pasar tan mal por ir un ratito de pie? Igual en la próxima parada se baja alguien y puedes volver a sentarte…

3. Dejar pasar a alguien delante en la cola cuando sólo lleva una cosa: ¿Cuantas veces estas en la cola del supermercado con una barra de pan y no paras de pensar “por favor, que solo llevo una barra y el dinero justo en la mano…”? Ahora míralo desde el otro lado, ¿cuántas veces estas en la cola con tu carro y miras detrás de ti a ver lo que lleva el que te sigue? Quizás a alguien le “alegras” el día por no tener que esperar diez minutos de cola.

4. Cubre a alguien con un paraguas: si está lloviendo mucho, tienes un paraguas y a alguien al lado que no lo tiene, invítale a cubrirse contigo. Igual mientras esperáis en el paso de cebra, o vais en la misma dirección. Es probable que te diga que no importa, pero ofrecerlo no está de más.

5. Si ves a alguien con unas bolsas pesadas, ayúdale: si te encuentras a tu vecina o a alguien con unas bolsas pesadas, ofrécete a ayudarle. No te costará mucho y su espalda lo agradecerá.

6. No le cierras la puerta en las narices a nadie… con esto quiero decir, que cuando pasamos a algún sitio y viene alguien detrás, le aguantemos la puerta. Incluso, si vas a subir en un ascensor y ves a alguien venir, mantén la puerta para que le dé tiempo a subir. Tú puedes perder unos segundos pero, si te vas, a él le harás perder varios minutos…

7. Si ves un basura en el suelo, tírala: a ver, no me refiero a que vayas recogiendo toda la basura que te encuentres por la calle, pero, si tienes al lado un papel, una lata de refresco, una bolsa de plástico… no cuesta nada cogerlo y tirarlo a la papelera más cercana. Imagínate el mensaje que le envías a tu hijo con esta acción, más visual no puede ser.

8. Ayuda al que lo necesita: si ves a alguien pidiendo, no te digo que le des una moneda, a no ser que le conozcas y sepas en qué la va a invertir. Sin embargo, puedes comprarle un pincho o preguntarle si le apetece un café caliente…

9. Reciclar: esto es importante, no sólo por el ejemplo que le damos a nuestros hijos, sino también por el medio ambiente. Preparar tu casa para que sea fácil reciclar y tener unos buenos hábitos no te llevará mucho tiempo.

10. Por favor y gracias: las dejo para el último lugar pero no por ello son menos importantes. Hay cosas básicas que siempre debemos tener presentes como pedir las cosas por favor y dar las gracias. Son cosas que aprendemos desde pequeños y que no debemos dejar de practicarlas nunca. A ti te gusta que te pidan las cosas por favor ¿no? pues a los demás también, no lo olvides.

Pongamos un poquito de nuestra parte, sonríe, sé amable… si no te gusta como están las cosas y quieres que el mundo cambie, empieza por ti. Prueba a poner en práctica estas sencillas buenas acciones y verás que tu perspectiva del mundo que te rodea cambiará rápidamente. ¿Se te ocurren más buenas acciones que podamos hacer en nuestro día a día?

Imágenes: Pixabay.

Maria Jardón

Soy periodista, Comunnity Manager y madre de dos pequeños terremotos. Me encantan las redes, escribir y compartir todo lo que se me pasa por la cabeza. No me dan miedo los retos, así que estoy deseando dejar salir mi parte más femenina para hablar sobre temas que nos interesan a las mujeres de hoy en día y, como no, deseando pasar un buen rato con vosotras.

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1 comentario

  1. Yo he notado un cambio grande en este tipo de costumbres al pasar de vivir de Andalucía a Cataluña. Aquí la gente va más a lo suyo, es más individualista. No quiero decir que tengan peor educación pero vamos, que no te aguantan la puerta ni te esperaba para nada, mientras en mi pueblo hasta el chófer del autobús esperaba si te veía llegar a lo lejos y tampoco ese señor me conocía de nada. Creo que son buenas acciones de gente de pueblo, pero en las grandes ciudades nadie se fija así en los demás. Yo llevo 14 años fijándome y aún no me he acostumbrado a esta falta de tacto. También lo noto en que no saludan cuando llegan a un sitio con otras personas, ni devuelven el saludo si lo haces tú. Y se dan tortas por subir solos en un ascensor en el que evidentemente cabemos muchos más. En fin…

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