Mauricio fue el destino elegido para mi luna de miel en el año 2011, una isla-nación frente a la costa Sureste de África que se caracteriza por sus playas de arena blanca y agua turquesa, pero también por su vegetación agreste, cascadas, rutas de senderismo, arrecifes, lagunas… y por su exótica fauna, tan exótica como que Mauricio fue el hogar del Dodo.
Nosotros nos alojamos en Grand Baie, en la zona norte de la isla, en un fantástico hotel a orillas del océano índico. La verdad es que fue un viaje que disfrutamos muchísimo y que siempre estamos pensando en repetir, porque, como destino, nos fascinó no solo por sus maravillosas playas, también por su gente, cálida y agradable, que en todo momento nos hizo sentir bien acogidos. La diferencia entre 2011 y 2016 es que ahora tenemos un niño. Y los niños no siempre son fáciles de encajar en un destino de lujo.
Mauricio con niños
Estoy segura de que no soy la única a la que le ocurre esto de querer volver a un sitio en el que ha estado y plantearse si con peques sería igual. No puedo hablar por todos los casos, obviamente, pero sí puedo asegurar que Mauricio es un buen lugar para viajar con niños. ¿Por qué? Pues porque tiene un montón de actividades que podréis disfrutar en familia y que los peques gozarán especialmente.
Reptiles y animales
¡Cuánto les gusta a los niños ver animales! En La Vanille Reserve des Mascareignes podrán ver cocodrilos, caimanes, iguanas, geckos, mangostas, monos, murciélagos… sin olvidarnos de las tortugas gigantes, símbolo de la isla, que llevan siendo repobladas desde Seychelles desde 1880 siguiendo las indicaciones de Charles Darwin, y que corren libres por el parque.
Delfines y ballenas
Pero aún hay más especies animales que los niños podrán ver en su visita a Mauricio: las ballenas y los delfines. Por un lado, podréis disfrutar de una sesión de avistamiento de ballenas, en la que veréis a estos magníficos animales en su hábitat natural, escuchando sus canciones y casi sintiendo su respiración. En cuanto a los delfines, hay dos posibilidades: hacer un avistamiento o incluso nadar con ellos. Una experiencia inolvidable para los peques.
Mauricio y el turismo de interior
En Mauricio también es posible hacer senderismo y excursiones por el interior.
Si tus peques son un poco más mayores podéis ir a la Tierra de los Siete Colores o Las Siete Cascadas y contemplar sus magníficos paisajes. También podéis realizar la Ruta del Té o la de la meseta o aprovechar para disfrutar de la gastronomía local en los restaurantes de la zona, así como visitar la Fábrica de Ron de Chamarel y conocer el proceso que convierte la caña de azúcar en bebida destilada.
Mauricio y las playas
Mauricio, con sus 330 kilómetros de costa protegidos por una barrera de coral, puede presumir de tener unos maravillosos arenales. Como no solo de playa vive el hombre, hay muchas más actividades que se pueden realizar en torno al Índico. Cruceros, buceo, windsurf y una amplia oferta de deportes acuáticos harán las delicias de grandes y pequeños.
Sin duda, Mauricio es un destino perfecto para viajar con niños, con una amplísima oferta de actividades, tanto culturales como de ocio. Un lugar para volver a repetir aunque ahora seamos tres.
Suena maravilloso. Nunca me había planteado ir tan lejos con niños pero la verdad es que es una buena alternativa a destinos lejanos más trillados.
Eso pensamos nosotros cuando lo elegimos. En vez de ir a República Dominicana, como todo el mundo, nos fuimos a un lugar un poco más apartado y menos conocido. Muy recomendable, de verdad.
Ese también fue nuestro destino de viaje de novios previo paso por París. Y nos trajimos las mismas impresiones que tú. Volvería mil veces y también me pareció apto para peques solo que el vuelo es largoooooo. Lo bueno es que no hay mucho cambio horario.
El vuelo es largo sobre todo si te calzan una escala de 4 horas en París como a nosotros a la ida. A la vuelta fue más llevadero, que no llegaron a dos.
Si te planteas destino exótico todos tienen vuelos largos, este no lo es mucho más. Ojalá pueda volver con el enano en breve. Un besote.