Hace algunas semanas leí este post de Alicia de Orden y Limpieza en casa en el que daba 7 tips para salir a tiempo por las mañanas. Fue una completa casualidad que lo leyera, porque últimamente no tengo tiempo para nada, pero hacerlo me dejó pensando. Y es que estoy muy cansada de ir corriendo a todas partes. Llevaba semanas sintiendo que la falta de planificación tenía la culpa. Así que me puse a ello. Estas son mis rutinas para tener menos prisas y más organización.
Todo, la noche anterior
Y cuando digo todo es todo. Alicia lo deja bien claro en su post: se trata de emplear un tiempo por la noche que ganaremos por la mañana. Algunas cosas son auténticas perogrulladas, pero en otras no habría caído nunca. Y es que hasta el más pequeño gesto puede redundar en un gran beneficio. Esto es lo que yo hago.
Desayuno
Como no puedo hacer el desayuno anterior, adelanto todo lo que es posible. Hace meses que abandoné las cápsulas y volví a la cafetera italiana, así que dejo el agua y el café puestos en ella y hasta la dejo colocada en su fuego de la vitro para solo tener que darle al botón. Coloco el exprimidor y el tostador, ya enchufados, sobre la encimera. También la tabla de cortar, con el pan y su cuchillo, las naranjas y el suyo y la taza y el plato. ¡No dejo la leche fuera de milagro!
Haber hecho #pereza a muerte y que se te junte lo de preparar la comida con lo de dejar listo el desayuno. Definición gráfica. Muy loco todo. #orden #organización #comesano #comelimpio
Comida
Si me toca prepararla, porque mi marido no haya podido antes, pues lo primero es hacerla. Una vez en su tupper dejo colocado junto a él lo que me vaya a llevar al día siguiente (fruta o lácteos, por ejemplo). Si son alimentos que no necesitan frío, como frutos secos, lo dejo dentro del portaalimentos. Así minimizo riesgos de olvidar algo y optimizo el tiempo de tener que prepararlo.
Ropa
¡Cuánto tiempo de mis mañanas he malgastado eligiendo ropa! Ya no más. La noche anterior elijo qué me voy a poner y dejo todas las prendas colgadas en una percha en la puerta del armario. A la vista, así no hay tentaciones de cambiar nada. Ese genérico “prendas” incluye el sujetador y los calcetines o medias. Que como aún no he organizado el cajón de los calcetines el tiempo que tardo en encontrar la pareja es una eternidad.
Ducha
Este es el que más me ha costado interiorizar, pero es cierto que gano una barbaridad de tiempo duchándome por la noche. Además, la sensación de meterse en la cama embardurnada en cremita es muy agradable.
Resultados de la organización
Lo de ir con prisas por la mañana me mata porque me cuesta mucho despertarme. Muchísimo. Desde que sufrí mi crisis de estrés los madrugones y yo no somos muy buenos amigos. Así que poner en práctica todas estas medidas me ha venido muy bien. ¿En qué lo he notado? Básicamente en el agobio. No existe. Yo me he tomado esto como poder llevar la mañana en modo avión, sin margen a la improvisación. Se trata de dejar todo atado y bien atado para que no haya que pensar.
Cuando me levanto y pulso la tecla de la vitrocerámica yo también me activo. Corto el pan, lo pongo en el tostador, corto las naranjas, caliento la leche… Son gestos que ya he automatizado. Además, he ido perfeccionando el método. Al principio sólo dejaba cafetera y pequeños electrodomésticos preparados, hasta derivar en todo lo que te he contado que dejo ahora.
Lo que no aplico y lo que me cuesta
Cuando salgo de casa mi marido aún sigue en la cama, así que lo de hacerla no aplica en mi caso. Tampoco lo de poner el robot aspirador, que ha llegado a mi vida hace escasos días, por el mismo motivo. Que es silencioso pero no tanto.
Me cuesta mucho, muchísimo, repasar antes de acostarme. Colocar lo que he traído desde fuera de casa. Lavar el tupper del día. ¡Hasta meter la ropa que acabo de quitarme en el cesto para lavar! Me puede la pereza, así que tengo que obligarme. Sí que procuro dejar la cocina recogida. Encontrármela manga por hombro cuando me pongo con el desayuno es algo que me saca de quicio.
Otra cosa que me cuesta mucho es no mirar el móvil por la mañana. Sí, también consideraba que el ratito del desayuno era el de repasar redes sociales, pero me he dado cuenta de que tardo infinitamente más en hacerlo si tengo el teléfono en la mano. Es un robatiempos brutal.
Por último, siempre se me olvida lo de dejar preparado el bolso. Al final, cada día encuentro algo que he olvidado meter. O, como me pasó la otra mañana, ¡no encuentro las llaves! Que están perfectamente dentro del bolso en el bolsillo en que suelo guardarlas…
Además, con este método he sido consciente de que la organización es fundamental en todos los aspectos de la vida. Seguiré perfeccionándolo, que haciendo este repaso me he dado cuenta de que quedan cosas por pulir.
¿Cómo organizas tus mañanas?, ¿también tienes rutinas establecidas? Compartamos trucos ;).
Imágenes: Pexels.
¡Me gusta mucho tu método!
Yo es que las duchas nocturnas ya las uso desde hace bastantes años…desde que empecé a bañarme con mi hija mayor cuando era un bebé para ahorrar tiempo y agua vamos jaja
Pero lo de dejar el desayuno a medio preparar me parece un acierto total, porque por la mañana no es momento de ir corriendo
Exacto. ¡No más prisas! Además, si surgen inconvenientes del tipo que sean tendrás más margen de error ;).
pues yo lo del desayuno lo voy a empezar a hacer, que no se me había ocurrido, y el resto, voy a intentar convertirlo en rutina, porque lo hago sólo algunos días, y necesito automatizarlo. lo único que no haré es la ducha el día anterior, lo siento pero si no me remojo por las mañanas, no soy persona 🙂 … y lo del móvil… debo no hacerlo, porque como dices es robatiempos… pero es que apetece tanto!… bss!
Es un robatiempos auténtico. Ya contarás si te sirve, yo soy mucho más feliz desde que lo hago. Un beso.
Yo hago todo eso desde que tengo hijos y mi hija mayor igual: mochila del cole lista, ropa preparada, tupper hecho… es súper práctico! Es hacer lo mismo pero tranquilas y con tiempo, sin estrés.
Completamente. Y si tu mayor te ayuda, mejor que mejor ;).