Cómo volver a la rutina sin perder los nervios

Ya estamos metidos de nuevo en la rutina. Los días en casa, con todavía largas tardes y un poco de calor, la vuelta al trabajo, el inicio de la jornada escolar… Solo pensarlo me genera estrés. Con lo bien que estaba yo tirada en la hamaca viendo la vida pasar.

Sin embargo ya hemos empezamos a pensar en estuches, forrar libros, organizar mochilas, la lista de táper para la semana, el nuevo vestuario de toda la familia. ¡Qué te voy a contar que no sepas!

Pero, ¿habrá alguna solución para que la vuelta sea más llevadera? Aunque la mejor alternativa es sencillamente no volver, tenemos que ir pensando en gestionarlo del mejor modo. Por eso, he echado mano de agenda y he pedido la opinión de tres expertas para que nos den unos tips que nos ayuden a retomar el ritmo. Con sus consejos la vuelta a la “normalidad” seguro que es más fácil y satisfactoria. 

Mejor poco a poco

volver a la rutina

Aunque muchos pensemos en apurar hasta el último momento, Mamen Jiménez Lapsicomami, nos recomienda incorporarnos a mitad de semana, no en lunes, “de manera que trabajes un par de días y luego tengas el fin de semana por delante para reajustarte mejor”. ¿Qué mejor que pensar que en solo en 48 horas tendrás un par de días de descanso? 

Además de volver a la rutina poco a poco, Mamen nos da un tip vital: dormir. “Sé que es arriesgado decirle esto a una madre (no se me enfaden) pero así es. Cuando estamos cansados todo se nos hace más cuesta arriba, nos cuesta más gestionar nuestras emociones y es más fácil sentirnos mal. Así que, si en vacaciones te has estado acostando a las dos (y tus hijos contigo), unos días antes de la vuelta puedes ir adaptando esos horarios a los que vas a tener en casa”. Un consejo con el que evitas que la noche antes de incorporarte sean las tres y estés dando vueltas en la cama con los ojos como platos. ¿A qué te sientes reflejada?

No te olvides de ti

volver a la rutina

Cuando la lista de tareas se acumula, la primera en sufrir las consecuencias eres tú. En verano, al disponer de más tiempo libre y estar en un entorno relajado, las mujeres aprovechamos para cuidarnos más. Paz Gómez, psicóloga, Executive Coach y Co Founder de Transformation Human Lab; reconoce que en esta época “nos priorizamos e implantamos en nuestra vida rutinas saludables: cuidamos más nuestras alimentación, caminamos, leemos, estamos de forma agradable con los niños…” Un periodo en el que también solemos ser más creativas, ya que el relax fomenta la creatividad, nos cuenta. 

Si en verano hemos conseguido estar mejor, ¿por qué perder esa sensación? Justo esa es la recomendación de Paz “tenemos que quitar el `debería´ del mes de septiembre (debería ir a comprar los uniforme, debería ahorrar, debería pensar en la extraescolares, debería hacer una limpieza de la casa…) y posponer algunas de estas cosas para hacerlas en octubre o noviembre”. 

Se trata de aprovechar la inercia del verano y que los días siguen siendo largos para continuar algunas de las rutinas que hemos adoptado en vacaciones: la lectura, la comida saludable, los paseos. Dejar estos hábitos de repente hace que entremos en un “estado de duelo”, es decir, que nos duela la pérdida de lo que ha sido agradable para nosotras. 

No abandones lo bueno del verano

volver a la rutina sin perder la lectura

En este caso lo mejor volver a la rutina mediante una adaptación progresiva sin abandonar nuestros cuidados o las cosas beneficiosas que hemos hecho en julio y agosto. El objetivo es no generar más daño añadido a la vuelta y poner foco en lo positivo para generar nuevos retos y tiempo para nosotras mismas.  Si este verano has conseguido leer, apúntate a un grupo de lectura en la biblioteca. Si te gusta la cocina, inscríbete en un taller. Piensa en ti. 

En definitiva, cambia las prioridades, alarga las actividades positivas y agradables que has hecho en verano hasta que tus biorritmos se acostumbren a la vuelta al trabajo y al estrés. No empieces todo de golpe.

Un punto en el que coincide con Mamen LaPsicomami que nos receta tener planes agradables para los primeros días tras la vuelta. “No hace falta que sean grandes cosas, pero tenemos que conseguir que la vuelta no sea solo “tareas y obligaciones” porque entonces el contraste con las vacaciones será tan heavy que nos costará más adaptarse”. 

¿Qué hacemos con los niños?

Por mucho que intentemos tener el control, el verano es la época de los desmadres. Cambiamos los horarios de sueño, el hábito de las comidas y cenas, hacemos constantes salidas y pasamos muchas horas al aire libre. Y ahora queremos meter a los niños en casa y que cumplan con sus quehaceres diarios. Lo vamos a tener difícil. 

Lo primero que tenemos que plantearnos es que los cambios cuestan, por eso es mejor introducirlos poco a poco. Para ayudarnos, Lee Lima autora de BabyTribu y especialista en disciplina positiva, nos da un recurso para utilizar durante la primera (0-3) y segunda infancia (3-6): la tabla de las rutinas. 

“Es tan fácil como reuniros en torno a un gran trozo de papel, con lápices, pinturas y rotuladores y hacer una tabla que nos servirá como recordatorio de las tareas de los niños”. No es fácil, nos dice Lee, que los niños acepten los cambios de la noche a la mañana. Repasando la tabla será más fácil que los peques se vayan adaptando a recoger su habitación por la mañana, ser corresponsables a la hora de quitar la mesa a medio día o volver a leer sus cuentos favoritos antes de acostarse. 

Negociar y escuchar

Negocia con los niños qué rutinas poner y cuál es el mejor horario para ello. No olvides mezclar cosas sencillas con algunas de esas tareas que más se les resistan”.  Y todo ello con calma y desde una perspectiva positiva porque es posible que los peques, además de por la vuelta a las rutinas, están nerviosos por lo que puede suponer ir al cole, tener nuevos compañeros o, simplemente, por el cambio de curso. Hay que saber que, para ellos, son temas muy importantes. Deja el móvil a un lado y escucha los temores de tus hijos y, como indica la disciplina positiva, mejor aún si te pones a su altura para hablar con ellos de tú a tú. 

Ahora que tienes las recomendaciones de las expertas para volver a la rutina solo queda ponerte en marcha y aplicarlas a tu vida diaria. ¿Serás capaz? Venga, nosotras te animaos. 

Imágenes: Unsplash

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