Atrévete a cuestionar las cosas de tu vida

Que algo se haya hecho siempre no significa que sea lo correcto o que haya que “pasar por el aro”.

Desde que me quedé embarazada me he cuestionado muchísimas cosas. Para ello también me he informado, he preferido vivir un embarazo y una maternidad consciente para así llevar el control en la toma de decisiones.

Pero no solo he cuestionado temas que atañen a mi salud, ahora también me cuestiono muchas cosas sobre normas o costumbres sociales, la educación de mis hijos y el mundo, el sistema donde vivimos… Sí, antes también tenía vena crítica, pero ahora lo miro todo con otros ojos, de madre. Madre que busca y quiere lo mejor para sus hijos. Mi opinión o lo que yo busco no es la mejor, porque cada una busca algo diferente, según sus prioridades, su experiencia, sus objetivos…

Cuestionarse tantas cosas no es malo, no es querer ser diferente, ni querer salirte del camino, es simplemente buscar una alternativa mejor, más acorde con tu vida y tu personalidad.

Esta reflexión sobre que me estoy cuestionando tantas cosas, comenzó cuando hace unos días me atreví a escribir sobre que las visitas a los recién nacidos deberían estar prohibidas. Así de sopetón solté este titular, un titular llamativo, pero el contenido venía a decir que son unas horas cruciales para la recuperación post parto y la conexión madre hijo, y que existen muchos beneficios de estar solamente la familia, o quien los padres decidan. No todo el mundo quiere tener llena la habitación del hospital al salir del paritorio, que quedan más días que longanizas para conocer al chiquitín. Me sorprendió cuantas opiniones compartidas estaban de acuerdo, y muy pocas en desacuerdo. Y siendo así, sigue siendo una costumbre social altamente extendida.

Quiero contaros más ocasiones en las que he salido de la línea marcada, o al menos me he cuestionado porque habría que seguirla.

¿Qué cuestionarte en tu andadura de la maternidad?

Cuestionate las recomendaciones médicas

Un médico que te atiende el embarazo, que no te ha visto en la vida, te recomienda, como fue en mi caso en mi segundo embarazo, una faja preparto. Y yo valiente, además de cuestionarlo pregunté en Twitter si alguien había usado. Nadie por la causa por la que a mi me recomendaba, así que tras informarme, preguntar a mi querida matrona, no la usé y seguí las recomendaciones que me hizo el médico de mi primer embarazo. Recuerdo un tuit en el que me decían que quien era yo para dudar de un médico. Pues sí, dudé, y feliz de la decisión tomada: informarme y encontrar una solución más acorde con mi tipo de vida y mi cuerpo.

Cuestionate los protocolos del parto

Aquí os cuento así por encima la experiencia de la amiga de una amiga. Primer parto, cesárea innecesaria. Segundo parto, quieren provocárselo porque según protocolo, el peso que estima la eco dice que hay que adelantar el parto. Por temor a terminar en cesárea y buscando un parto respetado, dos semanas antes del parto busca otro hospital, otra matrona, otras opiniones, y gracias a eso consigue un parto natural, normal y deseado.

El protocolo médico está bien que exista pero no todos los casos son iguales, y hay que respetar la opinión de la madre cuando su situación física lo permite, y si ves que no es lo que deseas, pide una segunda opinión, mueve el culo y sácate las castañas del fuego para conseguir lo que quieres.

Cuestionate la alimentación de tus hijos

Desde la lactancia o el biberón, hasta los triturados, los trozos y la comida basura. Nunca me había parado a pensar tanto en la comida, nunca pensé que leería sobre alimentación, métodos… Y tras leer y cuestionarme lo que parece ser lo establecido lleno de papillas, salí por la tangente con el BLW. Aún oigo críticas, quejas, desacuerdos. Es mi decisión, decisión informada y mis hijos son felices.

Cuestionate el tipo de crianza

Hay una cosa que oigo mucho, “a nosotros nos criaron así, y hemos salido bien, ¿no?”. Que voy a contestar a eso, sí tú y yo habremos salido bien, pero no todos. “Una torta a tiempo…” está frase cuantas veces la habré dicho, pero ahora ya no lo veo así. Educar con respeto para tener hijos respetuosos. Ser ejemplo de conducta. No imponer, inculcar.

Cuestionate la educación que le darás

Las frases anteriores sirven para este tema. Si tuvimos deberes y exámenes, ¿Por qué nuestros hijos no?. ¿Pero tú te acuerdas de lo que pensabas de los exámenes? ¿De pasar la tarde agobiado por los deberes? ¡y como quieres eso para tus hijos! Habiendo alternativas, búscalas, infórmate, vive de otro modo, actualízate.

Creo que estoy aprendiendo mucho desde que soy madre, antes vivía más cómodamente sin preocuparme ni cuestionarme muchas cosas, seguía la línea habitual de la vida, pero no me preocupaba tanto los pros y contras de cada nuevo paso que daba. Ahora que esos pasos son para la vida de mis hijos prefiero elegir y aprender.

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