Aprender desde la exigencia

Estoy terminando de ver Flesh and Bone, una de las miniseries que incluye la oferta de Amazon Prime Video y tengo la necesidad imperiosa de escribir sobre un tema que me interesa mucho: aprender desde la exigencia.

Antes que nada creo que os debo explicar de qué va la miniserie. Creada por Moira Walley-Beckett, guionista, directora y ganadora de un Emmy por algún capítulo de Breaking Bad, habla de los entresijos de una compañía de danza y lo hace de manera muy cruda. Claire Robbins es una bailarina provinciana llena de talento que comienza a trabajar en un ballet con sede en Nueva York. Tiene un poco complejo de Bambi, con unos ojos inmensos y un físico frágil pero dentro se esconde una persona con muchas ganas de triunfar, bastante atormentada y que trabaja mejor desde el sufrimiento, incluido el dolor físico.

Flesh and bone. Aprender desde la exigencia
Flesh and Bone

La serie merece la pena y a mí me ha gustado mucho, pero no es fácil de ver en absoluto. El mundo de la danza clásica me sorprende, he de decir. Estoy acostumbrada al mundo de la gimnasia rítmica donde el trabajo en equipo lo es todo. Una no es nada sin la de al lado y por eso, además de fomentar la capacidad de sacrificio y la entrega, se estimula que las personas se ayuden las unas a las otras. No se trata de una, sino del grupo. Es cierto que en equipos del este, especialmente rusos, hemos visto de todo en cuanto a trato pero en España el equipo nacional presume de unión y los resultados acompañan.

La imagen que transmiten las series y películas sobre el ballet incluye una cara A, la que se muestra al público, de gracilidad, belleza, seres etéreos que hacen las cosas casi sin esfuerzo. La B es que la ocurre entre bambalinas: gente que pone zancadillas, un deseo por medrar y triunfar en el que no pasa nada por llevarte al de al lado por delante. Quítate tú para ponerme yo. Muchas sombras en un mundo que debería estar lleno de luz.

Este mundo ha sido retratado en varios documentales (os recomiendo ver First Position, que me dejó fascinada) o en películas como Cisne negro o Center Stage, el ritmo del éxito. Esta última vendría a contar, en versión light, lo que cuenta la miniserie que nos ha traído hasta aquí. Así como Flesh and bone no es para ver con niños en absoluto (mucha teta, culo, sexo explícito, una violación… en fin, que no) El ritmo del éxito podéis verla con niños un poco mayores porque habla de anorexia, de rivalidades y de todas estas cosas de una manera que pueden entenderlas e incluso os puede servir para hablar del tema en casa.

Aprender desde la exigencia: Flesh and bone
Flesh and bone

Creo que hay que ser de una pasta especial para ser bailarín, músico, deportista de élite. Son superhumanos cuya capacidad de sufrimiento está por encima de la media. No basta con tener capacidades físicas, hay que tener la mente preparada para concentrarte en un objetivo y pasar del dolor, pasar de la gente que tienes al lado, centrarte en ti. No todo el mundo vale para un mundo tan competitivo en el que por desgracia sólo hay una prima ballerina, un solista de piano o una medalla de oro. No sólo compites contra ti, no sólo te retas a ti mismo. No se trata de lo bien que lo hagas tú únicamente, sino también de cómo lo haga los de al lado. Esto es muy duro y mucha gente, incluida yo misma, no podríamos con ello. Yo no podría. No quiero poder.

Aprender desde la exigencia. Center Stage.
Center Stage. El ritmo del éxito

Es difícil controlar el no pasarse de frenada. Hay que aprender desde la exigencia, sí, porque a ciertos niveles no se llega trabajando a medias. Sólo unos pocos consiguen su objetivo y la mayoría quedan por el camino. El problema es cuando la exigencia es tal que no se encuentra límite para parar y esto da pie a desórdenes de todo tipo. A veces me pregunto si no es todo demasiado. ¿En qué momento deja de ser divertido para convertirse en una obsesión?.

Aprender desde la exigencia. Whiplash
Whiplash

Mención aparte merecen los maestros, mentores, entrenadores, o llámalo equis. Tanto el retrato de Paul, el profesor de Flesh and bone, como el del personaje de J.K. Simmons en Whiplash, por el que ganó el Oscar en 2015, son los de dos personas atormentadas que sólo son capaces de sacar lo mejor de sus alumnos tensando la cuerda al máximo. Es cierto que hay personas que sólo dan lo mejor de sí en momentos de tensión. Hay gente a la que dejar las cosas para última hora y tenerlas que hacer sí o sí con presión les funciona de maravilla. Yo nunca he sido así. Siempre he sido de planificarlo todo, de hacer las cosas con mucho tiempo y es bajo presión cuando peor rindo. Las cosas más mediocres que he hecho han sido fruto de la prisa. Hay a quien la presión le estimula y a quien le bloquea. Yo soy sin duda de las segundas, así que profesores muy brillantes pero tiránicos, impredecibles y que constantemente se saltan los límites no funcionan conmigo. A mí me indignan. Sé que es un método que algunos usan, y más a esos niveles, pero yo sin duda me quedo con el adorable Rodrigo, Maestro en Mozart in the jungle. Esta serie, disponible también en Amazon Prime Video habla de los entresijos de una orquesta de Nueva York y es sencillamente magnífica. Una visión distinta de cómo se pueden hacer las cosas de otra manera.

Mozart in the jungle
Mozart in the jungle

En todo caso, creo que es interesante asomarse a los entresijos de los mundos artísticos y de alto rendimiento. Estamos acostumbrados a la cara vista pero tras ella se esconde mucho trabajo, mucho sacrificio y la necesidad de aprender desde la exigencia.

Fotos: Fotogramas de Flesh and bone, Mozart in the jungle, Center Stage y Whiplash,

Sara Palacios

Soy Sara Palacios, aunque en la red muchos me conocen como Walewska, mi nombre de guerra. Soy curiosa, inquieta, seriéfila, gafapastas y a ratos pedante. Los que me conocen dicen que tengo mucho sentido del humor y yo no sé si soy graciosa o no, pero que me gusta reírme continuamente es un hecho. ¡Soy una optimista incorregible!

Artículos recomendados

3 comentarios

  1. A mi tampoco me gusta eso de aprender bajo presión, porque una cosa es poner un poco de tensión para que el alumno se esfuerce y otra cosa muy distinta es denigrar a la persona y maltratarla.
    No he visto la serie que comentas de la danza, pero sí vi Whiplash y no dejaba de pensar que NO VALE LA PENA llegar a excelencia de esa manera…
    Y también pensaba que si ese pobre chico hubiera sido mi hijo, ese profesor no iba a tener campo para correr jaja

    1. Jajajajaja el problema es que los profesores son tiránicos pero los alumnos QUIEREN que sean así. Yo no valgo, ya te lo digo.

  2. Yo hace tres años hacia baile y fueron muchas horas de entrenamiento solo para una exhibición bpero merece la pena si te gusta,un beso

Los comentarios están cerrados.