El mundo 2.0 está lleno de madres emprendedoras. Está claro que los niños vienen con un pan debajo del brazo o, en este caso, con una empresa. De hecho, es un tema del que hemos hablado repetidas veces en nuestro magazine porque varias de nosotras lo somos, hemos tenido que reinventarnos y apostar por nosotras mismas, por nuestro trabajo, un camino complicado pero en el que no todo han sido trabas…
La maternidad tiene muchísimas cosas buenas y, entre ellas, nos aporta beneficios y enseñanzas que podemos utilizar perfectamente en nuestra faceta laboral. Aquí os cuento algunas de ellas:
1. Nos traen inspiración
Son muchas las madres que emprenden a raíz de tener hijos y no es solo por la necesidad de reinventarnos porque muchas veces perdemos el trabajo (algo que no debería ocurrir jamás), si no porque a pesar del cansancio, de la carga de trabajo que tenemos, de lo poco que dormimos (o quizá esto ayude) nos inspiramos. Se nos ocurren cosas que jamás habíamos pensado .
Quizá esto también sea porque al ser madres salimos de golpe de nuestra zona de confort y vemos otras cosas que nos aportan ideas y nos traen oportunidades.
2. A aprovechar bien el tiempo
En un libro que leí este verano “Las cenas de los martes” decían “habría que contratar a más madres… Cuando en casa había niños que esperaban una comida caliente, un beso de buenas noches o un hombro en el que apoyarse, no se perdía el tiempo con repeticiones interminables, numerito para quedar bien y decisiones aplazadas.” Y es verdad. Cuando tenemos unos hijos en casa esperando para que les demos la merienda, la cena, les bañemos o el beso de buenas noches no perdemos el tiempo con rodeos.
3. A tomar decisiones
Esto va un poco unido al punto anterior. Antes de ser madre podías estar días dándole vueltas a algo que tenías que decidir, ahora entre que tienes muchas más decisiones que tomar a lo largo del día y que no tienes tiempo para perderlo dando vueltas, te decides mucho más rápido. El ejercicio de tener que estar tomando muchas decisiones a lo largo del día, es muy bueno para nuestra faceta laboral.
4. A asumir riesgos
Si nos fijamos en nuestros hijos no piensan para nada en las consecuencias, se lanzan a hacer algo y o lo consiguen o se la pegan, pero no están días dándole vueltas. Ellos nos enseñan que en muchas ocasiones hay que lanzarse y asumir riesgos si queremos tener éxito. “El que no arriesga, no gana”.
5. Resolución de conflictos
Una crisis por hambre, una rabieta en el supermercado, una pelea por un juguete en el parque o por el mando entre hermanos… Son muchas las crisis que tenemos que resolver a lo largo del día y eso nos “entrena” para nuestro trabajo.
6. El que no llora no mama
Es una frase que llevas escuchando desde siempre pero cuando tienes un hijo la entiendes a la perfección y comienzas a aplicarla en tu vida. Si quieres algo, dilo, los demás no tienen por que saberlo.
7. Imita lo que ves
Esta es una de las mejores cosas que podemos aprender de nuestros hijos y que nunca debemos olvidar, ellos imitan todo lo que ven y por ello, debemos darles ejemplo. Siempre harán más caso a lo que vean que hacemos que a lo que les digamos. Nos imitan y, en muchas ocasiones, nos mejoran.
Nosotros pensamos que para emprender tenemos que tener la idea del siglo ¿por qué?, ¿por qué no hacemos lo mismo que ellos?. Es posible que con coger algo que ya está inventado, adaptarlo y mejorarlo sea suficiente para tener éxito.
8. Aprende algo nuevo cada día
Nunca dejes de aprender, nuestros hijos son como aspiradoras, no dejan de preguntar, de observar, de aprender… esta es otra de las enseñanzas de la maternidad que nos puede venir genial. Haz lo mismo, lleva los ojos bien abiertos y piensa que cualquier cosa que veas en tu día a día todo puede ser útil para tu negocio.
9. Tolerancia a la frustración
Nos pasamos el día intentando enseñar a nuestros hijos a enfrentarse a la frustración pero, ¿nosotros sabemos hacerlo?. Vivimos en un mundo en el que es raro no conseguir lo que se quiere y cada vez nos cuesta más admitir que no podemos conseguir algo. Ver a nuestros hijos enfrentarse a “retos” que no consiguen una y otra vez nos pone los pies en la tierra y nos ayuda a asimilar que las cosas no siempre salen a la primera.
10. A tener paciencia
Y si hay algo que ejercitamos al convertirnos en madres y que nos será de mucha ayuda a la hora de emprender nuestro propio negocio es la paciencia. Nunca me he considerado una persona paciente y desde que tengo hijos me doy cuenta que es algo básico que no debe faltar en una familia, pero tampoco en un negocio y mucho menos, cuando está empezando.
Si estás pensando en emprender tu negocio o ya lo has hecho, abre bien los ojos y aprovecha todo los que tus hijos pueden enseñarte, seguro que el camino será más fácil.
Imágenes: propias y Pixabay.
Muy cierto, las madres tenemos una capacidad de trabajo que ya la quisieran los grandes ejecutivos. Hay que contratar más madres
Y tanto que si!
Ay, no nos valoramos lo suficiente. Pero lo peor es cuando al convertirte en madre dejan de valorarte como profesional. Ya ves, con la de nuevas habilidades que adquirimos gracias a los niños y nadie quiere aprovecharlas para que desempeñemos nuestro trabajo.
Pues si, la verdad es que aprendemos nuevas habilidades que son muy útiles para la vida laboral
¡Me ha encantado, María! 😀
A mí desde luego me ha servido para ser más expeditiva. Es tanto lo que podemos aprender de nuestros hijos… Qué manía con querer enseñarles. Con la cantidad de tesón y valor que traen de serie. Un beso!!