¿Cómo son las gafas que más te favorecen?

Hay gente para la que llevar gafas es una auténtica tortura y no ve el momento de operarse para reducir la miopía o el astigmatismo. Luego estamos los que ADORAMOS llevarlas y que nunca tenemos suficientes. Si por mí fuera tendría un par de gafas para cada modelito, pero esto obviamente no puede ser.

En cuestión de gafas ocurre como con la ropa: existen modas. Hay ópticas donde el surtido de gafas hace que siempre puedas encontrar algo que te quede bien pero otras en las que te las ves y te las deseas para dar con algo que te favorezca un poco. Los “gafas” rezamos para que se lleve lo que nos queda perfecto y por que pase pronto la temporada en la que todas las gafas nos quedan como a un santo dos pistolas.

Creo que es importante saber qué nos queda bien a priori y qué no para no entrar en la óptica y volvernos majaretas con la oferta disponible. Y esto tiene que ver sobre todo con el tipo de rostro que tengamos. En función sea de una forma u otra estaremos, a priori, más favorecidos con unas o con otras.

En función de la forma de tu cara

Depende de cómo sea tu rostro hay tipos de gafas que te van a quedar mejor que otros.

Si tienes la cara redonda.

Si eres una persona con cara redonda debes huir como de la peste de las monturas redondas. Esos años en los que se llevan las gafas a lo Harry Potter o John Lennon estás vendido. ¡Y lo peor es que en la mano son muy chulas! Pero claro, te las pones y se te pone una cara de pan tremenda.

Tenemos que jugar con la óptica. Si en nuestro rostro predomina el círculo, nos va a venir bien ponerle unos pocos ángulos. Mejor las gafas cuadradas o de líneas rectas como las que lleva la chica de la foto ¡Le quedan fenomenal! También te pueden quedar bien las gafas tipo cat eye porque alargan el rostro.

Es importante que escojas bien el tamaño de las gafas. Lo ideal es que sean adecuadas al tamaño de tu rostro para que no se vean ni demasiado pequeñas ni excesivamente grandes. Busca siempre la armonía.

Si tienes la cara cuadrada

Aquí estamos en el caso contrario. Si tienes la cara angulosa con las gafas tenemos que buscar justo el extremo y añadirle curvas para suavizar el efecto. Si a la gente con la cara redonda le quedan fatal las gafas redondas, a estos les quedan maravillosamente. Y además da un poco igual cuál sea su tamaño; les quedan fenomenal si son pequeñas pero también si son grandes como veis aquí arriba. Pueden jugar con la moda y comprarse gafas inmensas siempre que no sean cuadradotas porque les quedará peor.

Si tienes la cara ovalada

Si tu cara es ovalada tienes MUCHA SUERTE. Todos tenemos un amigo o una amiga a la que todas las gafas les quedan bien (en nuestro caso nuestra amiga y ex colaboradora Let B. Díaz). Esto es porque tienen generalmente la cara ovalada y esto hace que elegir gafas sea un gusto.

¿Se llevan grandes? Les queda bien ¿Cuadradas? Estupendo ¿Extra pequeñas y alargadas? Está divina. Nos caen mal, definitivamente.

¿Y si es ovalado pero más bien alargado?

Los únicos con cara ovalada que tienen algún problema son aquellos cuyo yo rostro tiende más bien a ser alargado porque en este caso tenemos que tener cuidado de no favorecer que su cara se vea más larga aún.

Para ellos es imprescindible tener cuidado elegir monturas que no sobresalgan demasiado pero sobre todo huir de escogerlas demasiado pequeñas. A veces las gafas que les encajan por anchura se quedan diminutas en el rostro. Para esto es mejor escoger algo un poco más grande y que les proporcionará armonía. Las que no les quedan bien son las tipo cat eye porque te alargarán más el rostro.

¿Veis qué bien le quedan las gafas a la chica de arriba? Son unas gafas potentes y grandes pero le favorecen un montón.

De todas maneras esto sólo son consejos: si a ti te gustan, están bien. Nada como divertirse comprando gafas.

Sara Palacios

Soy Sara Palacios, aunque en la red muchos me conocen como Walewska, mi nombre de guerra. Soy curiosa, inquieta, seriéfila, gafapastas y a ratos pedante. Los que me conocen dicen que tengo mucho sentido del humor y yo no sé si soy graciosa o no, pero que me gusta reírme continuamente es un hecho. ¡Soy una optimista incorregible!

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