Pues ¡oye! yo no sé si es algo que viene de serie junto con el instinto maternal o un don adquirido y entrenado, pero lo cierto es que, no sé a vosotras, pero la maternidad ha hecho decrecer en mí el umbral de los escrúpulos hasta cuotas que directamente rozan la guarrería perpetua, pura y dura.
Desde que soy madre no hay dolor. Afronto tareas y adopto conductas impensables para mí hace unos años desde el punto de vista higiénico con una ligereza que casi me sitúa a la altura de Mama Pig -en su vertiente más pig que mama-.
(ATENCIÓN: Este post puede contener imágenes y conceptos altamente “desagradables”. Si tu estómago es sensible, abstente de leerlo después de una comida)
Cacas y pises
Creo que ese es el origen de todo, donde el cerebro de una madre se reprograma. De hecho, quizás sean los efluvios que desprenden los que operen el milagro. Quién me iba a decir a mí, que era de las que torcía el gesto con el pestilente olor que emitían los pañales de mis primos pequeños, que acabaría manejando “material radioactivo” sin inmutarme; que podría acercarme a centímetros de esas plastas gigantes para examinar su olor, textura y color -porque sí, las cacas de los bebés, además del evidente “color caca” pueden ser verdes y amarillas- con un interés inusitado y sin sufrir arcadas; que sabría cómo gestionar un cuerpo embadurnado en caca hasta las orejas; que recogería “troncos de la bañera y peluches de dentro del vater; que no necesitaría de guantes de látex para lavar bodies, pantalones, sábanas y lo que se me ponga por delante tras esas fugas infames…
Y lo peor es que, ocho años después, ¡sigo haciéndolo! y limpio culos por doquier en medio de una comida -¡que vaya horitas!- y vuelvo a mi plato como si nada, inmunizada por la rutina de quien ha asumido la tarea como una más de sus misiones en la vida.
“Mamá, te he meado en la mano”, me dijo mi hija pequeña la pasada semana cuando intentaba tomarle una muestra de orina en el médico… “Tranquila, cariño, es agua bendita”… Y me quedé tan ancha.
Pero si limpiar la caca de tu hijo es durillo, ¿qué me decís de ese momento en el que te llega con una mierda -perdón, pero esto hay que decirlo así, con todas las letras, no hay otra forma posible- de perro plantada en la pierna después de jugar al fútbol en el parque? Y tu la ves venir y dices “que sea chocolate, que sea chocolate”; pero no, ese olor no puede ser de chocolate, no…
Regurgitaciones varias
Con cuatro años, subidas en una de esas atracciones de feria que dan vueltas sin parar, mi prima y yo ofrecimos un espectáculo lamentable. Ella se mareó y vomitó en el suelo y yo, asqueada por el olor de aquello, acabé vomitando también. Y es que no hay nada más asqueroso y contagioso que el olor a vomito y yo era una persona especialmente sensible a él.
Pues hasta mi pituitaria parece atrofiada por culpa de la maternidad. He limpiado vómitos de todo tipo, tamaño y consistencia de un amplio repertorio de superficies y de lugares que no podríais ni imaginar. ¿Alguien me puede explicar cómo de un cuerpo tan chiquitito puede salir semejante cantidad de líquido? ¡Si parece que lo ha estado acumulando ahí durante semanas para ejectártelo a la cara cuando menos te lo esperas! Porque esa es otra, si no sale a presión, no es un vómito en toda regla. A mí me ha vomitado una niña de dos años, de pie, desde lo alto de un cambiador. Una vez que superas eso estás inmunizada. Es como un aspersor.
De hecho, y porque sabes lo que es cambiar las sábanas, manta y edredón de una cama a las tres de la mañana, algo tan asqueroso como que te vomiten encima hasta te parece maravilloso con tal de minimizar daños colaterales. Y que no se despierte la hermana con el olor y se provoque una reacción en cadena… ahí la has “cagao”.
Solo una madre puede ser tan asquerosa -desde el cariño- de indagar qué restos orgánicos aparece en el vómito de su prole con el fin de determinar qué alimento y cuándo le pudo sentar mal y aventurarse a “diagnosticar” si aquello es un mero corte de digestión o una gastroenteritis en toda regla.
Porquiño (Cerdito) de San Antón, también conocida como ave de rapiña
Sobran las explicaciones ¿verdad? Porque todas nos hemos visto cenando o comiendo a base de las sobras que van quedando en los platos de nuestros hijos… Pero ¿quién te iba a decir a tí que podrías alimentarte a base de lo que queda en el cuenco de Mickye y el plato de Dora la Exploradora? ¡Porque aquí no se tira nada! Que ¡oye! dí tu que es comida, sí. Pero comida “magreada” durante 45 minutos por un niño inapetente que la ha descuartizado y machacado hasta hacerle perder cualquier rastro de su aspecto original.
Mención aparte merece el momento en el que masticas lo que parece un pedacito de deliciosa croqueta fría y piensas “¡Ost**! ¿Este no será el trozo que le vi regurgitar hace media hora?. ¡Anda pa’dentro que con el hambre que paso con la dieta esto es un manjar!”.
También es cierto, todo hay que decirlo, que muchas veces eres tú la que regurgitas comida para él/ella -espero que esto no lo haga yo sola, porque si no voy a quedar aquí de guarreta total-. ¿Quién no ha masticado un par de veces ese corrosquito de pan que te parece tan duro para sus tierna boquita o ha partido cachitos de caramelo para que no se atragante?
El tema de utilizar sus cubiertos mejor ni lo tratamos ya.
Golosinas
¿Antes de ser madre – y en tu etapa como adulta- tú compartías chicles y chupa-chups con alguien? ¿Y ahora? ¿Nunca te has comido los restos de un helado de tus hijos o has lamido restos de chocolate de sus manitas? No hay más preguntas señoría.
Residuos no identificados ni identificables
Solo una madre puede superar con un mínimo de dignidad el mal trago que supone meter la mano en un bolsillo/bolso y sacar los dedos pringados de alguna sustancia que quieres creer, en el mejor de los casos, que es chocolate derretido. No sabes ni cómo ni cuándo ha llegado ahí, pero sólo ansías que las toallitas humedas hagan su magia y poder “salvar” la prenda.
Todos los animalitos son del señor
¿Te gustan los animales? Podrás decir que “sí”, “no” o “depende”… pero mientras que no eres madre tu concepto de animal será -créeme-, muy convencional. Pero ¡ay cuando tu prole comienza a ser autónoma e ir de safari por el parque! Ahí el mundo animal versa en torno a hormigas, gusanos, caracoles o babosas -sí, tengo una fan de las “bebosas” en casa- que en el mejor de los casos te enseñarán destripados en la punta de una rama y en el peor tratarán de colarte -vivos o muertos- en el bolso sin que te des cuenta.
¡Eh! que si eres madre, términos como animal y parásito pueden hasta confundirse. Lidiar con pulgas, piojos, garrapatas y hasta lombriceste te convierten en el Ángel Cristo de los parásitos domésticos. A-S-Q-U-E-R-O-S-O. La primera vez que vi un piojo a las carreras por la inmaculada cabellera riza de La Pequeña he de confesar que la dejé disimuladamente en el baño con un cuento y no volví a entrar hasta que me serené y miré en internet cómo atacar aquello -¡Dios! empieza a picarme la cabeza… mejor no sigo-.
Criptonita
A estas alturas, para vosotras ya me habré ganado el apelativo de la madre más guarra del mundo mundial, pero hasta yo tengo mi criptonita. Esa “guarrería” que me supera, con la que -nunca mejor dicho- no trago; Los restos orgánicos que dejan flotando en el agua. Yo no sé si será que son tan impetuosa que no esperan a tragar para beber o que son asquerosilas por naturaleza, pero lo cierto es que el vaso de mis hijas acaba lleno siempre de “minas” y yo con eso ¡¡¡¡no puedo!!!!! Así me muera de sed, ni se me ocurre beber su vaso ni, mucho menos, permitirles que enguarren el mío…
¡Qué asquete! Como primeriza sí he descubierto que soy inmune a muchas de estas guarradas que la maternidad trae consigo, aunque ya era poco delicada antes. Eso sí, el tema de los bichos y el agua (digamos turbia), no sé yo si lo superaré algún día.
Yo, por experiencia, he de decirte que lo del agua turbia nunca dejará de turbarme. Pero bueno, yo soy de las que colaba la leche y no podía mojar nada en el cola-cao porque dejaba migas. Así que a lo mejor, respecto a eso, yo ya tenía el listón de la tolerancia muy alto…
Jajaja la madre mas guarra lo dudo que todas en algún momento pasaremos por ahí, el mio aun es pequeño asi q solo he visto los episodios caca y vómitos, pero si he visto a mis sobrinos en acción y a mi cuñada dejar de comer asqueada dejes de tener q interrumpir su comida cena o lo q ses para ir al baño a limpiar alguno de sus tres culitos pestilentes, o los tres pq se antojan siempre que la pobre decide sentarse a comer. A quien sueñe con la maternidad de película le parecerá asqueroso pero a quienes lo vamos viviendo, es el pan nuestro de cada día.
Si, toda la razón, lo mejor es que llega un momento que ni te plannteas lo asqueroso que es eso de estar comiendo, parar, limpiar un culo, lavarte las manos y seguir a ello. Ni te cuento cuando el que te interrumpe la comida es el amiguito que ha venido a casa. Ostris! los niños debería venir “cagados” de sus casas!
AY lo que me he reído compañera!!
Es tal cual lo cuentas.
Yo era una asquerosilla de manual. Tooooodo me daba asco!!! y ahora no me inmuto con nada…hasta limpio mocos con los dedos (así a pelo) mientras busco un pañuelo en el bolso XD XD
Que síiiiii, que es como si nos reprogramaran! como decía antes, el tema de los mocos da para un post aparte. Si hablamos de mocos Chhicote nos cierra el chiringuito
Lo que me he podido reír, pero ¡es que es tal cual! En mi caso mis hijas tienden poco al vómito así que cuando lo hacen me muero del asco igual. Pero limpiar narices ensangrentadas oye, con una facilidad pasmosa. Mi hija mayor sangra día sí y día también así que es verle caer el chorretón de sangre y ni me inmuto. Pero el vómito me supera ¡ese oloracho que no se va en siglos! Es lo peor
Y lo de las minas en el agua… yo tampoco puedo.¡¡¡ Me da un asco que te cagas!!!
Ese olor que no se va en siglos porque como suelen vomitar de noche no es plan ponerte a airear a las tres de la mañana, verdad? (Confesión: Lo de las minas en el agua creo que es genético. Mi marido también las deja y yo le tengo terminantemente prohibido que beba de mi vaso. Podemos intercambiar cuanto fluido quiera, pero mi vaso que no lo toque ni de coña!!)
Madre mía, yo con lo asquerosita que soy para algunas cosas… Con decirte que lo de tirar algo al wc (tipo sopa que ya nadie mas quiere) me supera y se lo dejo a mi marido, que muy amablemente tira él.
Estas son las típicas cosas que me ponen nerviosa de la maternidad, que no se si sabré hacer o si podré básicamente. Los bichos?? Dios si me despierto con pesadillas como piense mucho en ellos durante el día!!
Espero que se apiade de mi y mi nena nazca con ese horror hacia los bichos en general como el que tengo yo de adulta, que de pequeña por lo visto me molaba ir detrás de las cucarachas para oír el ‘crack’ al pisarlas :S ¡¡que ascoooo!!
Besos!
Enhorabuena! solo leyendo lo que cuentas de tu niñez, ya te digo yo que podrás ser una Mamma Pig de primera en toda regla! Que no te preocupe eso. Y, respecto a los bichos, he de decirte que el problema no son los bichos que ellos pueden perseguir, sino los que los persiguen a ellos. Dame todas las babosas del mundo y que se lleven a los asquerosos piojos!
Y lo de la sopa… ¡ME PASA LO MISMO! nunca se lo había confesado a nadie, pensé que era rara, pero me da muchísimo asco echar residuos de comida semi-solidos en el vater. Ese sonido al caer es lo peor. A mis brazos, amiga!
Ni te preocupes… yo veía a mi madre comerse los restos de nuestros platos y pensaba..¡que asco!, me llevo diez años con mi hermana, y claro, yo ya era adolescente y más mayor cuando mi madre aún terminaba de comer lo que dejaba ella… pensaba que era una marranada horrorosa.
Pues no, de repente, me vi un dia, terminandome los restos del puré de mi hija y teniendo un flash “ostras… mamá hacía esto y pensaba que era asqueroso”, quien dice de pure, dice de verdura, de carne, de un yogur… o de la papilla (que soy fan incondicional de 5 cereales (u 5) de nestlé desde hace 3o años (y tengo ya 40).
Lo harás.. como de repente nos hemos visto haciendolo todas.
Reconozco que pensé que no podría con muchas cosas de las que han pasado desde que soy madre. Pero sinceramente, podemos con todo.
Después de ver como se caga encima de mi marido a presión. Me vomita repetidas veces y luego sigue mamando,… Podemos.
Saludos
Cuando mi hija pequeña era un bebé nos fuimos a hacer unas fotos de estudio, esas tan monas, con los bebés desnuditos, que estaban de moda. La “jodida” nos meó encima y tuvimos que ir a casa a cambiarnos de arriba a abajo. Lo dicho: sus pises son como agua bendita.. Ahora bien, sus cacas…
Leer esto hasta me relaja….sí, sí…(juro que no miento). ..y sobre todo me da argumentos para seguir sintiéndome la ma de coma en este estado permanente de “guarrimadre” en el que ando instalada…Q
Leer esto hasta me relaja….sí, sí…(juro que no miento). ..y sobre todo me da argumentos para seguir sintiéndome la mar de cómoda en este estado permanente de “guarrimadre” en el que ando instalada…Y además, tranquilidad máxima….todo lo que cuentas es #puratendencia. …Saludos.
Guarrimadres al poder! Dominaremos el mundo.Nos vamos a hacer inmunes a todo este tipo de ataques químicos, así que que se preparen…
Que post tan asqueroso, te habrás quedado a gusto 😉
Pues yo te diré que con algunas mierdas y potas apestosas sigo sin poder! Soy de arcada fácil y la maternidad no me ha curado, así hay veces en las que me escapo y dejo que papá pato se encargue de la guarrada, porque como quede la guarrada va a ser mayor!
Lo de comer lo que echan de la boca es inevitable, aunque yo ahora me lo pienso dos veces antes de hacerlo, más que nada porque así me contagié de un herpes maravilloso que me mantuvo a dieta estricta durante casi una semana de lo que dolía aquello!
Toda la razón en la de comer lo que regurgitan, más de unos virus hemos compartido por eso. Y, como siempre, lo que en ellos es un proceso vírico menor, a tí te tumba en la cama una semana!
Yo no tengo la misma suerte que tú en lo de permitir que el papá gestione algunas crisis… Si el mío se mete a ello tendríamos el mismo desastres pero repartido por todo el baño, la cocina, la habitación. Vamos¡ que al final compensa hacer de tripas corazón. Muchos besos
Jajaja mira, tema asquerosillo pero me he reído varias veces mientras leía. Me siento tannn identificada! Mi kriptonita son los vómitos, porque me dan unas arcadas que me dejan incapacitada, y le toca a mi marido encargarse de ESO. Pises, cacas, y posos en el vaso, me siguen pareciendo repugnantes pero con eso me apaño 🙂
Yo con los vómitos me siento idiota, gestionando la situación mientas que boqueo aire para no respirar por la nariz y no oler nada. Como decía antes, tenemos el cielo ganado!!!!
La vida misma jjjjj. Lo mio son los mocos. Si no encuentro pañuelos en el momento no tengo ningún escrúpulo en limpiarlos con la camiseta…la de mis hijos claro.
… O el pijama, cuando os pilla en cama y sin pañuelos en la mesilla. Valoras entre saltar de la cama por enésima vez o limpiarlos al pijama y no hay color. No lo conté porque tenía miedo que alguien llamase a sanidad y me cerrasen “el chiringuito” por medidas higiénica deficientes 😉
Jajajajaja….
¡Menos mal que estoy sola en el despacho porque me has sacado un par de carcajadas sonoras a pleno pulmón!
Además según iba leyendo pensaba.. “ya pero no dice..” y ¡Zas en toda la boca! lo decías, con pelos y señales… jajajajaja
Todo todito todo lo he hecho.. indagar en sus kks a ver si son babas de los dientes, corte de indigestión, empacho de chuches, gastroenteritis o cualquier cosa terrible que me llevara al hospital “no-vaya-a ser-que”
Lo de remorderle el coscurro pues mira no, pero da igual.. habré hecho cosas tan asquerosas o más que las que describes.. ¡¡seguuuuuurooooo!!
Chapeau!!
Bss Sra Pig (con mayúsculas)
¡Chócala colega!
En mi tierra ese “chócala colega” podría ser un “opa ahí” (opa’hi) Jajaja
Si es que llegado cierto punto destilamos sabiduría maternal en temas de lo más insospechados… y ¡la cantidad de trucos que hemos aprendido en este tiempo! Me estoy reconciliando en mi papel de madre gracias a vosotros, que a veces pienso hay cosas que tengo tan asumidas que no les doy importancia y cuanndo pienso en ellas me digo: “¿pero esto lo harán todas las madres o seré yo la rara?”. Ya veo que no y me reconforta.
Me alegro muchísimo que te haya gustado y que te hayas reido (a mi costa) ,-)
Besos
con los vómitos no puedo, cierro todos mis sentidos, incluidos los ojos, y huyo en cuanto puedo, por eso no les he dejado dormir en mi cama, aprendieron muy pronto a limpiarse solos o a no ensuciarse, seguro que les mandaba mensajes subliminales a la cuna.
los bichos… que no me los toque nadie, que son míos!
parece mentira la cantidad de cosas que cambian cuando eres madre.
Un besazo, linda
Es muy buena idea eso de enseñar a que se gestionen ellos solos esas asquerosidades. Yo, al menos, tengo la suerte de que, desde que son un poco más mayores, incluso cuando duermen son capaces de “aguantar” hasta llegar al baño. Lo cual ya es un logro en sí mismo. Besos!!
Pero cómo me gusta este blog, se nota que juntas sumáis decenios de experiencia.
Yo también les he masticado un poco la comida a mis hijos, no sufras. Pero, vamos, comparado con todo lo demás, me parece de lo más normal, no sé por qué te preocupaba contarlo 🙂
Mis hijos son de vómito fácil y también prefiero que me vomiten encima a tener que limpiar los restos de dentro, detrás, encima, debajo de muebles y enseres. Oye, y casi siempre de noche, que lo hace doblemente penoso.
AVISO, PUEDE HERIR SENSIBILIDADES: Lo más asqueroso que he vivido hasta ahora con mis hijos fue con el mayor. Era pequeñito y al ir levantarlo una mañana tenía los ojos llenos de legañas verdes: estaba resfriado y le habían salido los mocos por los lacrimales. Un montón de mocos. Cuando me di cuenta de lo que era, casi me muero del asco. Estuve lavándole la cara en el baño media hora con agua tibia hasta que no quedó ni rastro.
Lo de las legañas “mocosas” merece un capítulo aparte. Es asqueroso!!! Porque mientras que cada guarrería salga del sitio esperado aún estás preparada, pero ya cuando te atacan por sorpresa… Y tienes razón, por qué se ponen de acuerdo para vomitar siempre por las noches. Es como en las películas de terror, que todo lo malo pasa por la noche y con la luz apagada. Y esas manchas, que o las pones a ablandar en el momento o no hay quien las limpie. Tenemos el cielo ganado…
Digno de un monólogo, lo que me he podido reir. Pero por que me veo tan reflejada… voy por el tercero y creo que estoy totalmente curada de espanto el lo referente a residuos infantiles. Lo que no ha hecho uno lo ha hecho el otro.
Lo tuyo es para nota. A medida que aumenta el número de niños aumenta la media de guarradas que hacemos al día. Como tu bien dices, lo que no hace uno lo hace el otro y, además, se especializan en una u otra cochinada. Gracias por leernos y estoy encantada de que, al menos, te haya robado una sonrisa recordándolo
Jajajaj! Brillante. Me siento totalmente identificada y me pasa lo mismo con el agua con bancos de peces. El resto me da igual. Bueno, me queda aún mucho camino y lo de los bichos creo que lo voy a llevar francamente mal.
Ay cariño!!! lo de los bichos te aseguro que lo superarás, como lo demás. Ya lo verás. El drama es la primera vez, porque el tema piojos o lombrices es como una leyenda urbana, de la que la gente habla pero tu no te acabas de creer que a niños aseaditos como los tuyos les pase… ¡¡¡¡Pues sí!!!! Y entre eso y verlos correr sin impunidad por su cabeza quieres morir… Pero después te metes en Google, haces un master en el ciclo vital de las liendres y ¡oye! ¡una experta!
Dios lo que me he reído pero la cruda realidad y yo tengo un niño Dios lo que me espera. Aunque te faltó la esterilización de chupete en plena calle. Siempre se cae donde más muerda hay así que se limpia un poco con la mano o si está muy sucio contra tu ropa, después te lo metes en la boca y la saliva de mamá es milagrosa chupete esterilizado eso sí vale más no pensar cuanto hace que esa calle no vio una escoba o un cubo de agua
Jajajaja, que bueno Merak! Es buenísimo y real como la vida misma! A mi lo que más grimita me da es el tema de la comida manoseada, por lo demás estoy también inmunizada. Me ha encantado el post!! Un beso!
Merak me he sentido totalmente identificada, con todas, incluso con eso de que no te gustan nada las migas en el baso … jajajaja.
Yo tengo un dicho que ya utlizaré en otra entrada de mi blog sobre madres pero que ahora me has recordado y debería ser incluida aquí : “serás madre cuando en lugar de escapar del vómito de tu hijo vayas directa hacia él” jajajajjaa.
Un abrazo!
Me meo, es que lo has clavao, jajaja, yo reconozco que con los sumurmujos del agua tampoco puedo, pero lo demás igual que tu…ser madre te muta
…pues no estaba yo enferma, no. La verdad es que me quedan aún algunos ‘niveles’ para alcanzar el status de ‘mamá guarra’ de las de verdad, jeje. Me he reído mucho leyendo el post, y además no me ha dado nada de asco, oye. Con lo miradilla que era yo para estas cosas. Ver para creer…
Ayyyy que bueno! A mí el otro día me tocó lidiar con el primer tronco de la bañera que encima se iba desintegrando poco a poco. Qué asco!! Primero me entró la risa nerviosa pero después unos sudores fríos. .. ayyy las que nos quedan! !!
Me he reído muchísimo. Gracias!!!!!!