Esta madrugada La La Land completamente por sorpresa no se ha convertido en la gran triunfadora de los premios de la Academia, los Oscars. En el último segundo, cuando ya habían salido a agradecer su premio ha salido uno de la organización para decir que no, que no es una broma y que ha habido un error y que la ganadora era Moonlight (podéis ver el momentazo aquí). Sí, ha sido surrealista. Sí, los que estábamos en casa hemos flipado porque no os creáis que lo han hecho inmediatamente, que ya estaban ahí con los agradecimientos. Y sí, allí también estaban tan alucinados como estábamos en nuestras casas.
Corren malos tiempos para los musicales porque no están de moda en el cine. Se les achaca falta de realidad: es cierto que en la vida corriente la gente no se pone a cantar y bailar de repente. Hay a quien esto le horroriza, pero a mí me parece realmente bello y en el fondo no deja de ser una forma de expresión. Tampoco hay naves espaciales, ni monstruos ni un montón de cosas que ocurren en la ciencia ficción y no pasa nada. Tal vez si los musicales se llamaran “musicaficción” algunos lo entenderían mejor. Es una sugerencia.
Pero a mí me encantan. Y me encantan por muchos motivos, así que, aunque La La Land en mi opinión está sobrevalorada, me encanta que un musical haya conseguido tocar la fibra sensible de mucha gente. Es como Cincuenta sombra de Grey; si una mierda de libro mal escrito hizo que mucha gente que no leía ni a tiros se sumergiera en su historia, bienvenido sea. Sin llegar a estos extremos – no me parece una mala película, simplemente no pienso que sea para tanto-, creo que le debemos dar las gracias a La La Land por haber vuelto a poner el musical de moda.
¿Y por qué me gustan a mí los musicales? Os doy diez razones por las que yo los adoro.
1. Porque toman algo aburrido y lo convierten en excitante
La escena inicial de La La Land, cuando organizan un super espectáculo en uno de los frecuentes atascos de Los Ángeles (ríete tú de los de Madrid), es tan icónica como representativa de lo que hacen los musicales: convertir algo anodino, triste y gris en algo que ¡hasta nos apetece! Me gusta esa dignidad que aporta a cualquier momento y que ningún género consigue.
2. Por el vestuario
Llamadme superficial, pero me gusta mucho el vestuario de los musicales. Y es que si lo pensamos es algo realmente importante. A mí me encanta bailar y es importantísimo elegir prendas que no dificulten el baile. El vestuario en los musicales tiene que fluir, acompañar los movimientos y no dificultarlos. En las mujeres predominan los vestidos con mucha caída y vuelo y en los hombres las prendas que se ciñen. Aún me maravillo viendo la elegancia de Fred Astaire bailando con unos fracs perfectos. Me encanta (y admiro) el trabajo de los diseñadores de vestuario en general pero en los musicales en particular.
3. Porque te ayuda a revivir experiencias
Ver musicales ayuda a revivir experiencias. Ese momento puramente eléctrico en el que un chico te tocaba por primera vez, levemente, con la punta de los dedos nada más, había quedado sepultado en mi memoria. Los musicales cogen las emociones y las llevan hacia lo máximo, sean emociones buenas o malas (aunque bueno, esto es muy relativo, las emociones son emociones sin más)
4. Porque habla de sentimientos
Y a través de la música es más sencillo sentir lo mismo que sienten los protagonistas. Esa mirada que tiene aquí Emma Stone de es imposible que me salga una cosa mal más la entendemos todos y la sentimos diferente cuando la música la acompaña.
5. Porque incluso los días de mierda tienen poesía
Hasta una mancha tremenda es menos mancha en los musicales. Si consigues pasar de “no soporto cuando la gente sin venir a cuento se pone a cantar y bailar” nos daremos cuenta de que los musicales conectan con una parte muy animal y poco racional nuestra.
6. Porque consiguen sacar de algo idiota belleza
Sí, hasta los idiotas que hacen balconing en Salou en verano tienen glamour en los musicales. Y esto tiene un gran mérito.
7. Porque nos llevan a sitios magníficos
En los musicales muchas veces las ciudades son un protagonista más. Me acuerdo de Gigi, con París; de My fair lady, con Londres; Cantando bajo lluvia, con Hollywood … Me gusta visitar las ciudades de este modo especial.
8. Porque no hay nada raro en bailar por la calle
Yo canto y bailo por la calle. Bueno, quien dice por la calle dice por cualquier sitio. No le veo nada de especial, pero creo que la gente lo flipa. Si yo soy carne de musical, está claro.
9. Por el glamour
En la ciencia ficción pasan cosas que son virtualmente imposibles (al menos en este momento). En los musicales también, pero siempre desde el lado más bonito y glamuroso. Los musicales son glamour por los cuatro costados. Esos vestidos preciosos, esos escenarios opulentos, esa gracia al moverse. Es glamour y magia de la mano.
10. Porque quieres estar ahí
Porque si me dan a elegir entre estar en un western, un drama o una de ciencia ficción yo me quedo con un musical. Porque la vida es más bella en ellos.
Esperadme en el cine, sumergida en una historia, cantando y bailando. Ojalá La la land abra la veda y vengan otros muchos musicales detrás. Aunque también espero que no les quiten literalmente el premio de las manos.
A mi siempre me han gustado los musicales, pero no sé por qué no me animo a ver Lalaland. Bueno…igual es porque fue a verla mi hija y me dijo que no le había gustado nada jaja
Surrealista lo de los Oscar.