Tengo cuarenta y tantos años y hasta hace poco de tiempo no me había planteado más formas de movilidad urbana que ir andando, en coche o en transporte público… pero desde hace un tiempo trabajo en el centro de la ciudad y he incorporado nuevas maneras de trasladarme a mi vida. Ahora soy usuaria de patinetes y bicis y, la verdad, estoy encantada. Pensaba que era algo mucho más minoritario (y posiblemente al inicio de construir el carril bici lo fue) pero todos los días me cruzo con muchísimas personas en mi trayecto de apenas 15 minutos. De todas las edades y sexos, por cierto. Los hay que utilizan cualquiera de los servicios de alquiler de bici o patinete y quienes tienen los suyos propios. Yo de momento utilizo los públicos pero la verdad es que por el precio me planteo muy seriamente comprarme uno. En mi blog personal hice una comparativa de patinetes que tienes aquí por si te resulta útil.
Hoy me quiero centrar en hablar de los patinetes, aunque hay muchas cosas que tienen en común con las bicis, porque son los últimos en incorporarse a nuestras ciudades.
Como os decía, jamás me había planteado utilizarlos porque visto desde fuera la verdad es que da un poco de respeto la cosa. Pero no tengo manera cómoda y rápida de llegar a mi trabajo desde mi casa: pierdo mucho tiempo yendo a la parada y luego me deja relativamente lejos. Así que o bien voy andando, lo que es perfectamente factible, o bien me voy utilizando el carril bici que va prácticamente de puerta a puerta y sí que me permite ahorrar algo de tiempo.
Ir en patinete para mí es mejor porque aunque parte de mi camino es preciosa, otra parte se hace larga porque pasa por ningún sitio. Que puede parecer una tontería, pero lo cierto es que hay caminos que coges con más entusiasmo que otros.
Si tu ciudad cuenta con carriles bici por donde puedas ir es una maravilla, especialmente si están bien conservados. En Zaragoza suelen estar separados del tráfico y te sientes bastante segura cuando conduces, sin especial miedo a que te vayan a arrollar.
De todas maneras, para mí es fundamental que todas las partes que nos movemos tengamos buenas dosis de civismo y sentido común. Os cuento mi caso: Yo tengo que recorrer unos pocos metros hasta el carril bici, así que tengo que desplazarme un poquito (muy muy muy poquito) por donde no está permitido. Todos los días tengo que pasar por un callejón en el que están los padres dejando a los niños, así que en esa zona directamente me bajo porque soy un peligro, aunque ande con todo el cuidado del mundo. Me horroriza ver a coches que giran sin mirar si vienen ciclistas o peatones, bicis que cruzan por pasos de cebra sin siquiera pararse (y están funcionando ahí como peatones, deberían ajustar la velocidad al menos), y peatones que se meten por el carril bici sin inmutarse. Todos deberíamos poder convivir poniendo un poquito de nuestra parte y sobre todo siendo conscientes de la vulnerabilidad del otro. Cuanto más grandes y más motor tenemos más peligrosos somos.
Aún así yo creo que cualquier forma de movilidad que ayude al medioambiente es buena como tal, lo que tenemos es que hacer un buen uso de ella. En concreto el uso de patinetes es fantástico, pero por mi experiencia hay que tener mucho cuidado porque no deja de ser un vehículo a motor que se pone a una velocidad interesante (entre 20 y 30 km/h, que ya es). Aunque la normativa no lo obliga, es verdad que si el patinete es nuestro y sabemos que lo vamos a llevar y traer un casco no está de más. Y si que me pensaría dos veces si le dejo llevar por la ciudad un patinete a un menor. Al fin y al cabo, vas en el suelo, a gran velocidad y la puedes armar parda. En la mayoría de sitios no pueden llevarlos menores de 16, pero yo lo elevaría a 18.
Tipos de patinetes
Para lo que aquí nos ocupa existen dos tipos de patinetes, los de tipo A, que son los que como mucho van a 20 km/h y los tipo B, que van a un máximo de 30Km/h. En la práctica los primeros son básicamente para niños e incluyen también hooverboards etc. y el grueso de los de adultos son tipo B.
¿Qué dicen las distintas normativas?
En todas las ciudades el uso del patinete no está regulado de la misma manera.
MADRID.
En Madrid pueden usarse patinetes eléctricos a partir de los 15 años. Todos los menores de 16 años tienen que llevar obligatoriamente casco, los mayores no están obligados.
Pueden circular por ciclocalles, carriles bici, pistas bici, por la calzada de calles integradas dentro de zonas 30, -respetando la prioridad del peatón- y por las calles en las que en todos sus carriles la velocidad máxima de circulación sea igual o inferior a 30 kilómetros por hora siempre que la anchura del vehículo lo permita en condiciones de seguridad. Para proteger el tránsito peatonal no podrán circular por las aceras salvo ‘aceras-bici’ y a velocidad reducida. (Consulta la ordenanza)
BARCELONA.
Si hay carril bici están obligados a usarlo. Ahí la velocidad máxima es de 30km/h. Pueden usar calles con plataforma única, parques e incluso calzadas en las que la circulación esté restringido a menos de 30 km/h. En las zonas peatonales no se pueden pasar los 10-20 km/h.
Solo se puede estacionar en lugares habilitados para ello o en zonas con las aceras suficientemente anchas para que no molesten.
En Barcelona para los patinetes más rápidos (o sea, los eléctricos para adultos, básicamente) es obligatorio el uso del casco. (Consulta la ordenanza)
VALENCIA.
No está permitido circular por las aceras y hacerlo te puede costar una multa de 200 euros. Si son de los que como mucho llegan a 20km/h (tipo A) pueden hacerlo por las zonas peatonales a un máximo de 10 km/h, pero si superan esta velocidad directamente lo tienen prohibido. O sea, casi todos los eléctricos para adultos.
Es obligatorio llevar casco, luces y timbre y solo se pueden estacionar en las horquillas destinadas a su uso. Prohibidos para menores de 16 años. Prohibido cogerlos habiendo bebido. (Más info aquí)
ZARAGOZA.
Los patinetes sólo pueden ir por el carril bici y por calles con un solo carril por sentido y velocidad inferior a 30km/h. Los adultos no tienen que llevar casco obligatoriamente. Los jóvenes sólo pueden utilizarlo a partir de los 16 años.
Se pueden aparcar anclado a mobiliario urbano o aceras siempre y cuando no molesten, con excepción del centro histórico donde es obligatorio dejarlo en las zonas habilitadas.
No está permitido llevar a más de una persona, ni conducir bajo los efectos del alcohol. Puedes consultar la ordenanza aquí.