Cuando era pequeña, ir al cine de verano se convertía en una aventura, ya que había que ir a un sitio especial, como es un parque, nos podíamos sentar un poco a nuestra bola, incluso en el suelo y podíamos cenar mientras veíamos en la pantalla grande esa peli que se nos escapó en Navidades o volver a verla. Por desgracia, ir al cine de verano es otra de esas cosas mágicas cuya magia ha matado la maternidad.
En primer lugar por la hora. ¿A quién se le ocurre poner una película tan tarde? Si entre la lactancia y las ansias madrugadoras de mis hijos estoy durmiendo una media de cinco horas diarias, ¿cómo quieren que esté despierta más allá de las 11? ¿Están locos? Además, ¿qué infante menor de diez años no es un demonio de Tasmania para cuando llega el final de la tarde? Y no lo digo solo por los míos, que sé de buena tinta que hay otros padres que también sufren lo suyo.
Luego está el tema del outfit, porque en Madrid en verano hace muchísimo calor pero como el cine de verano al que suelo ir está al lado del río viene una rasca que con la típica rebequita me quedo corta. Me dan ganas de sacar todos los forros Quechua que he ido acumulando y ponérselos uno encima del otro para que no se (nos) congelen(mos).
El cine de verano en surround
De los mosquitos mejor no os hablo porque son tan grandes que necesitarían licencia de vuelo en otras ciudades más concienciadas con el tema de la malaria que la mía. Además es que son temerarios los muy malvados y te sobrevuelan tan cerca que no te dejan escuchar la película a no ser que vaya de explosiones.
Por no hablar de los ruidos que hace el prójimo. Porque yo intento ser civilizada y alimentar a la prole antes de llegar a estos sitios pero siempre llega ese momento en el que comienza la peli y el tendido es un mar de papel albal desplegándose o de “mamá, ¿quién tiene el agua?”. A ver, que la hora de comienzo de la película no es misterioso, intentemos comer antes y así hacemos menos jaleo.
¿Y las toses? ¿Por qué la gente tose más en los cines al aire libre que en los cines cerrados? ¿Alguien más lo ha notado?
Incomodidades físicas de los cines de verano
Otro de los problemas que le encuentro (y este soy consciente que es solo mío) es que con la oscuridad lo paso fatal si tengo que ir al baño, no hay manera de encontrarlo porque tienes que sortear un laberinto de neveras de picnic, niños tirados por el suelo y filas de sillas puestas ahí de forma aleatoria. Y encima el excusado es uno de esos contenedores de plástico hediondos de los que lo mejor es salir cuanto antes o aprender a reabsorberte. Y otro día os cuento el trauma de mi adolescencia de cuando unos ex amigos tumbaron un wc de estos conmigo dentro. Qué asco por favor.
Y hablando de asco, ¿qué les pasa con las sillas? Con lo fácil que es poner unas sillas normales en vez de esas de plástico que se te pegan al trasero a poco que sudes (sí, hamigas, soy capaz de que me suden las posaderas aunque esté pasando un frío de mil demoños, creo que lo voy a poner en mi CV). En algunos cines alquilan cojines para evitar el efecto sudado pero hay días en los que recuerdo que soy madre y veo a las colonias de ácaros y gérmenes varios saludándome desde el estampado de flores. Casi que voy busdando un drive in, que mi coche limpio no está (el que esté libre de Aspitos que tire la primera piedra) pero por lo menos sé qué culos se han sentado en él.
En fin, que creo que reduciré al máximo mi presencia en los cines de verano o los dejaré solo para ocasiones especiales como cuando mis hermanos me libren de los herederos. Y si no siempre me puedo hacer una sesión de cine en casa. ¿A alguien más le pasa que los odia o es solo cosa mía?
Fotos: Wikipedia
Jaja lo que me he reído hamiga!! aquí imaginando a los ácaros saludando con la manita XD
Es que cuando somos niños no nos fijamos en esas cosas, sólo nos importa que mola hacer planes en familia y acostarse tarde jaja
Hola!
Muy divertido!!
Yo no he ido nunca a un cine de verano… :-/
En mi pueblo no había y en mi ciudad tampoco…
Pero has hecho que no lo eche en falta!! jajaja
Aquí tenemos autocine, que está guay, y como dices, te sientas en un lugar donde conoces 😉
Mosquitos y horarios es el.motivo por el q aun no hemos ido tras la maternidad. Además mi hija es demonio de tasmania a partir de las 21aprox. Así que de momento pasopalabra.
¿Alquiler de cojines para posaderas delicadas o sudorosas? Joder que idea de negocio!!! Jajaja yo soy de laslas tuyas. Hasta que ni pongan filas ordenadas y, al menos, tumbona con “surraon” yo paso del cine de verano.
He dicho.
Jajajaja, a mi me encantaba ir al cine de verano pero claro, sin niños por supuesto, desde que soy madre ni me lo he planteado vamos!!
Hija de mi vida, pero tu que cines de verano frecuentas??? No acostumbro a tales lujos, pero el último que recuerdo lo vivi en el Parque Bryant, en pleno Manhattan, donde lo de menos fue la película, y valió la pena tanto por el paisaje como por su paisanaje…Por si te interesa, y con la malsana intención de ponerte de los nervios, te diré que el próximo pase es mañana mismo…aquí te dejo el enlace: http://www.brooklynbridgepark.org/events/friday…tal vez cambiés de opinión al respecto….Avisada estás.