Cuando era niña y me preguntaban que qué quería ser de mayor lo tenía claro: azafata. Me parecía una profesión de lo más glamourosa. Pero treinta y cinco años después, ser azafata es un trabajo normal como cualquier otro, y por el contrario con la llegada de las nuevas tecnologías, se abre el mercado laboral a muchas más opciones. Profesiones que nunca pensamos que podrían llegar a existir.
Youtuber (Sara)
¡Ni en cien mil sueños lo imaginé! Cuando era adolescente ni siquiera existía internet ¡es que ni podía imaginar lo maravillosa que es la red y la de alegrías que me iba a dar! Ser youtuber es una profesión que me hubiera parecido de otro planeta en su día, pero es que mucha gente sigue implosionando a día de hoy pensando en que lo es. Hace un tiempo escribí sobre ello en Madresfera y es que ¡no es nada fácil!
Personal Shopper (Sonia)
Nunca hubiera creído que hacer las compras de otros se convertiría en una profesión con glamour. Y ahí está, con todos ustedes: el Personal Shopper, una persona que hace las compras para ti cuando tú no tienes tiempo, ideas o, sencillamente, no te fías de tu gusto. Puedes hacer las compras de moda, de decoración, regalos… Y aún puedes ir más allá y aconsejar a otro cómo debe vestir, peinar o maquillar. Esto antes lo hacía tu amiga Maruchi o la vecina del 5º.
Community Manager (María Jardón)
Desde pequeña me gustó el mundo del periodismo y la comunicación pero jamás pensé que habría gente que se dedicaría a construir la imagen de una marca a través de las redes sociales. Vamos, ni idea de que podría existir algo llamado redes sociales que permitieran que pudiéramos interactuar con personas de cualquier parte del planeta pero, que ¿fomentar esta comunicación fuera un trabajo? jamás se me hubiera pasado por la cabeza…
Wedding planner (Nat)
¿Organizar bodas y vivir de ello? Nunca me lo imaginé pero, sin duda, hoy es una profesión muy de moda y es que ¡anda que no han proliferado la cantidad de empresas que te organizan el evento de tu vida en un abrir y cerrar de ojos! Si hasta a mí me dan ganas de volverme a casar con las bodas tan bonitas que organizan.
Sexador de pollos (Pilar)
No, yo de pequeña no había oído hablar de esta profesión hasta que un día, ya entrada en la preadolescencia, lo vi en la tele y pensé “¿pero esto es de verdad? ¿hay personas que trabajan ocho horas al día haciendo eso y le pagan por hacer eso?”.
Creo que estuve un buen rato dándole vueltas al tema no porque quisiera dedicarme a ello en mi edad adulta, sino porque no terminaba de verle la necesidad de una profesión como esta. Ya, ahora ya lo he pillado, la industria es que es una caja de sorpresas a determinadas edades.
Influencer (Majo)
Y es que aunque mis compañeras han ido incluyendo profesiones relacionadas con el mundo digital, el mundo de los influencers o cómo ser famosa por no sé qué, en estos últimos años ha ido creciendo exponencialmente. Primero empezaron los youtubers, como nos contaba Sara, pero ahora hemos llegado al mínimo de las expresiones, y es que con subir una foto y un texto en Instagram, les pagan.
Me da la sensación que estamos olvidando la cultura del esfuerzo. En esta vida no todo es tan fácil y tenemos que empezar a darnos cuenta.
Desarrollador de APPs (María L. Fernández)
Ya no cuando era pequeña, sino hace apenas quince años, nunca me imaginé que los teléfonos móviles encerrarían toda nuestra vida, que tendríamos el mundo entre las manos. Un conocido, informático de profesión, me contó que estaba desarrollando una especie de programa para el móvil, una aplicación. No recuerdo muy bien sobre qué era porque para mí, entonces, lo más innovador que se podía hacer con un móvil era “componer” un tono para el Nokia a base de notas musicales cifradas. ¡Ya veis! No sé que habrá sido de aquel visionario, pero cada ve que me descargo una app nueva pienso en él.
Imágenes: Personal Shopper vía Shutterstock, Patatas fritas vía Shutterstocks, Ceremonia de boda vía Shutterstock, Influencer víaInfluencer Db