La música forma parte de mi vida desde que tengo uso de razón. Crecí entre un padre que todo el día nos hacía la escala de Sol. Las notas musicales impregnaron nuestra más tierna infancia, yendo a clases de solfeo, recuerdos de pianos, violines y fliscornos.
Desde luego, Regaliz y Parchís eran mis grupos de cabecera en mi más tierna infancia, sin olvidarme de Enrique y Ana y su Disco Chino. Pero si hay una canción que me encantaba y que iba a marcar mi infancia musical, “Mi muñeca se llama Rebeca” de Teresa Rabal.
Recuerdo mis nueve o diez años siguiendo la estela de una tía, once años mayor, que me enseñó el camino de Miguel Bosé (que me ha acompañado hasta ahora), Iván, Pedro Marín, y el incombustible Leif Garreth, y sus Paredes.
Viví una preadolescencia, marcada por unas amigas más mayores, que me descubrieron a los Hombres G. ¡¡¡Cómo me gustaba Rafa!! Y que poco me gustaba David Summers, porque vamos a ver señoras… ¿Me pueden decir que le ven? Aún recuerdo a mi amiga Laura y a mí, cantando y llorando: Huellas en la Bajamar.
Fueron pasando los años, como Sara, empezamos a vivir la fiebre de Madonna, en mi caso, mi favorita La Isla Bonita, que estaba en el primer disco de adulta que me compraron: True Blue.
Por no hablar de los entrañables recopilatorios que asolaron mi adolescencia… Desde el Boom 5 que yo recuerde hasta… Creo que les perdí la cuenta.
Durante mis 14 agostos, tarareaba The Beatles y John Lennon como si no hubiera mañana. Pero sin duda, fue Joan Manuel Serrat y en especial, Mediterráneo, el que pone voz a mis sentimientos:
Soy de música española, no lo puedo negar, o más bien, de música en español. Mientras mis amigas enloquecían por los NKOTB, yo cantaba las canciones de Eros Ramazotti, mientras soñaba con esos ojirritines. Y me grababa en mis cintas de casette, los temazos de música italiana.
Tampoco es que avanzara mucho más en mi cultura musical, a la que con los años fui incrementando en mi nómina a Alejandro Sanz, culminando su carrera musical con “Corazón partío”.
Fui fan total de la primera edición de Operación Triunfo, y especialmente, de David Bustamante. No hace falta que os esforcéis en entenderlo. Es así la cosa.
Con los años, y la llegada de mi marido a mi vida, empecé a escuchar música como Los Planetas, o Los cansados que les llamo yo; Keane y grupos americanos de rock independiente, que yo pensaba que le gustan a mi marido y a cuatro más, pero que parece ser que no… Que hay vida más allá de la música española.
Muchos grupos y artistas han ido acrecentando la nómina de mi vida musical, y no podría cerrar este post sin mencionar a los últimos que han ido haciendo mella en mí: Pablo Alborán, Pablo López, el gran Ismael Serrano, Sergio Dalma y Ricardo Arjona. Pero tampoco puedo olvidarme de grupos como Mecano, Ella Baila Sola, Amaral, La Guardia, y tantos y tantos grupos españoles de los 80 y 90 que han ido poniendo la Banda Sonora de mi vida.
Anda, el papá de mi bichilla también es fan de Keane. Y yo de U2, aunque ya sé que piensas que están sobrevalorados
Todas somos fans de Madonna jaja
Debe ser cosa de las de la Quinta del 76!!!
Hombres G!!! Sabes que le dije a mi hija esta misma semana: “Pasas para cuarto ya! Me acuerdo perfectamente de mi verano de tercero a cuarto… lo pasé escuchando Hombres G”. Jajaja
Ainssss Majo que coincidimos en muchas jejeje, pero bueno, no me sorprende después de nuestros “Viernes dando la nota” 🙂