Cuenta atrás para la noche de las brujas, esa noche en la que no es complicado ver fantasmas o esqueletos por la calle y que, para muchos niños, es una de sus fiestas favoritas. Las chicas MMM, aunque somos muy valientes (no os vayáis a pensar) también hemos pasado miedo en alguna ocasión y hoy, os contamos cuál es el sitio más terrorífico en el que hemos estado. ¿Nos cuentas el tuyo?
El hospital (Pilar)
Después de media hora de reloj pensando en sitios horribles me he dado cuenta de dos cosas: soy fácilmente asustable y soy aburridamente sensata.
Si sé que me va a dar miedo no voy. A mi eso de “pá qué te metes” no creo que me lo puedan decir mucho, al menos en este tema.
Y de lo que también me he dado cuenta es que miedo de verdad, del de verdad no el de las pelis, sólo he pasado en un sitio: en el hospital. Bien porque había alguien a quien quería o bien porque yo me sentía “más p’allá que p’acá” pero el caso es que ese miedo en el que te planteas que vas a dejar de ver a alguien es el “lugar” que más me ha asustado en la vida y al que deseo con todas mis fuerzas no tener que volver nunca, aunque no dependa de mí.
Un avión de la época soviética (Urban&Mom)
Sí, soy vieja mayor. Eso de la época soviética parece del pasado más remoto pero os aseguro que yo subí en uno de esos aviones hace unos años en Cuba.
Para empezar diré que tengo miedo a volar. Pero nada comparable con subir en ese “cacharro”. Era un avioncito tamaño autobús con asientos desmontables (en uno el respaldo se caía, otro no estaba bien fijado y se movía…) y cortinillas de visillo de la abuela en las ventanillas. Vamos, decoración Motel Bates. Si a eso le unes insectos revoloteando, una embarazada con las hormonas descontroladas y humo saliendo por el pasillo; el susto es de muerte.
Fue la hora más terrorífica que he pasado en mi vida. Tanto que al bajar besé el suelo en plan Santo Papa.
Una casa rural (María Jardón)
Como ya os he contado alguna vez el plan de casa rural es uno de los que más solemos hacer mis amigos y yo así que nos ha dado tiempo a vivir experiencias de todo tipo y, aunque la mayoría de las veces ha sido de risas sin parar, también hemos estado en una casa concretamente en la que llegué a pasar miedo de verdad. Estaba perdida en medio de la nada y era la típica que en las paredes tenía cuadros de personas del año de Maricastaña. Además, cada vez que tirábamos de una cisterna, a la media hora (al llenarse) hacía un ruido que parecía que había un ser extraño en la casa. No os podéis imaginar el miedo que pasamos hasta que lo descubrimos, hacíamos auténticas rondas buscando el origen de aquel sonido. En fin, que seguro que he estado en sitios más terroríficos pero esa casa, está en el top five seguro.
Chez Gaelle Creperie (María L. Fernández)
Hace algunos años, recorrimos los castillos del Loira con una pareja de amigos y su hijo. Nunca pasé tanto miedo como en una de las casas de huéspedes en la que nos alojamos, una crepería ubicada en una casa de campo, en el medio de la nada. La pinta era espeluznante, con un gato negro y todo paseándose entre las mesas vacías. La casa estaba anclada en el tiempo, en los años cincuenta, con su moqueta, sus cuadros con personajes misteriosos, sus habitaciones cerradas con llave en las que se oía la respiración de los inquilinos de la casa, sus libros llenos de polvo, la ropa de los propietarios metida todavía en el armario y ¡la dentadura postiza en un cajón! Pensamos morir descuartizados.
Un pueblo abandonado (Sara)
Todos tenemos un pasado y aunque yo no he sido nunca la más atlética y excursionista del mundo, durante una época de mi vida estuve en un grupo de tiempo libre. El año y medio más largo de mi vida. Una vez fuimos de excursión a Yeste, un pueblo abandonado en la provincia de Huesca y dormimos en una casa en ruinas con el cementerio (éste que veis aquí arriba) justo al lado. Yo no soy especialmente asustadiza, pero caramba, un poco de respeto sí que daba. Imaginaos a un grupo de treinta niñas de 10 años tirando a cobardes tratando de dormir ahí. ¡Un show!.
Fotos: Flickr (Sara) Alguien voló sobre el nido del cuco (Pilar), Pixabay