Hablando de mascotas con mis compañeras resulta que Pilar adora los gatos, que Merak ya ha descubierto lo divertido que puede ser un lindo minino. ¿Que llega el verano? María se lleva a su perro puesto en vacaciones. Faltaría más.
Yo, siempre dije que yo NO iba a tener un perro. De hecho, todavía no llego a afirmar lo contrario. También dije que no tendría hijos y ya me ves.
Disclaimer: el post no va de tener o no tener hijos, va de cambiar de idea y, obviamente, funciona en las dos direcciones.
Porque se puede. Se puede cambiar de idea. No pasa nada. ¡A veces incluso pasan cosas buenas si revisas tus pensamientos! En el entorno en el que crecí, el que cambiaba de idea era un “chaquetero”. Bien. Yo soy chaquetera y cambio de idea, Y donde dije digo, digo Diego. A veces. Y digo yo que eso tendrá algo que ver con crecer, aprender y evolucionar. ¿O no?
¿Y yo qué hago? ¿Perro o gato?
A lo que iba: Un buen día, una amiga compañera de trabajo tuvo un hijo. Cuando me puso su bebé en los brazos se abrió una ventana que hasta entonces había estado cerrada. No a cal y canto, pero sí bien ajustada. Cero corriente de aire.
Ese fue el bebé que hizo “click” en mí. Creo. El primero que me hizo visualizarme como madre. La imagen era nítida. No impresionaba, ni daba miedo. Eso sí. Fue soltar el bebe, irme de juerga y se me pasó ipso facto. O eso creí yo… porque al año y medio nacía mi primera hija.
Este fin de semana lo hemos pasado con un perro en casa. En concreto una perra, que creo que ha sido el “click” canino. Es la perra que me ha permitido visualizarme como compañera de un can y esa ventana sí que estaba cerrada a cal y canto (y apuntalada con estacas por mi compañero de cuartel).
¿Es bueno valorar cosas que hasta ahora estaban fuera de nuestro espectro de posibilidades y querencias? ¿Está bien hacerse planteamientos nuevos que alborotarán nuestra vida y mermarán (todavía más) nuestra ya maltrecha “libertad” de movimiento? ¿Es correcto preguntarse si es correcto?
En este vídeo te cuento cómo hemos vivido el experimento y las conclusiones que extraigo por si tú también, como yo, te hallas en “jornadas de deliberación.”
Yo no digo ni que sí, ni que no… todavía. No quiero hacerlo al tuntún pero me doy cuenta de que hace tiempo que le doy vueltas a llevarme una galga a casa.
Sí al perro pero no excluyo al gato. De preferencia adoptarlos de cachorros.
Tuve muchos gatos, que son como perros y tuve un sólo perro que vale por todos esos gatos. Siempre los recogí de la calle, sin ninguna gana ni proyecto de tenerlos pero siempre fueron muy buenas experiencias.
Tus chicos están en una muy buena edad para tener una mascota. No lo pienses tanto. Busca un cachorro de perro y llévalo a tu casa. Hablamos en un par de años! 🙂
Gracias, Paula, por el empujón… ¡es que no puedo no darle vueltas! Si hablamos en un par de años puede que todavía lo esté meditando! 😉
Siempre pensé que si el destino me ponia un bicho en el camino, me haría cargo de él… pero mi destino anda parco en bichos y todavía no se ha dado la ocasión. Mmmm… osea que tú dices que sí ¿no?
Me encantas Nuria!!!
Yo también cambié de idea porque a mi me gustaban los perros y aohra mira cuánto quiero a mis gatos jeje
Si es que se hacen querer!!! Siento una presencia peluda en mi vida. Se que cualquier día hará su aparición 🙂
No lo pienses adopta un perro y si es un galgo mucho mejor, son tranquilos, dóciles, buenos… yo lo tengo hace 4 meses y cada día estoy más contenta, se lleva muy bien con la gata y en casa es buenííiiííísimo. Animo
Los galgos me parecen unos animales super majetes. De verdad que les tengo puesto el ojo… pero qué vértigooo (sí, soy un poco teatral) 😉 Gracias por hacerme saber que está siendo una experiencia tan positiva! Me alegro mucho por ti!