En estas fechas son muchos los pueblos que están en fiestas y, todo el que haya acudido a una sabe que las fiestas de los pueblos no tienen nada que ver con la de un barrio o la de una ciudad.
En los pueblos, todo se vive diferente comidas al aire libre, charangas, pasacalles, procesiones y, como no, el plato fuerte de toda fiesta popular: la verbena.
Hay muchas orquestas, las hay mejores, peores, mas rockeras, más pachangueras… pero hay algunas cosas que nunca, nunca, nunca, pueden faltar en una verbena de pueblo.
Funcionamiento de una verbena de pueblo
Los dos pases: toda buena orquesta que se precie debe hacer dos pases y hacer un breve descanso entre ellos, otra cosa no, pero bailar se baila y mucho, así que es normal que los artistas necesiten un breve kit-kat para coger aire.
Varios estilos musicales: lo normal es que una verbena comience con estilos musicales más destinados a personas más mayores como pasodobles, coplas, sevillanas, etc. y, según va avanzando la noche, empezar a meter más “pachanga”, rock y pop.
Focos y más focos: desde luego que hay orquestas que tienen un despliegue mayor que otras, pero ya no es raro ver un buen despilfarro de luces y efectos que hace años ni nos hubiéramos imaginado.
Personajes que están en toda verbena de pueblo
La pareja de baile: al principio de todas las verbenas es el momento relajado de los pasodobles y bailes bien pegados. Ahí siempre hay la típica pareja (o varias) que no se lo piensan y se lanzan a darlo todo por la “pista”. Lo mejor que puedes hacer es dejarles hueco, en cuanto acabe la ronda de música “pegada” desaparecerán.
Los que lo dan todo: ese grupo de amigos que, claramente, ha ido a exprimir la orquesta al máximo. Se colocarán por la parte de adelante y cantarán y bailarán a voz en grito todas las canciones, da igual el estilo o la antigüedad del tema que suene.
Los del botellón: igual que hay quien va a la verbena a bailar, hay quien va a beber. Esos suelen colocarse por la mitad tirando hacia el final y se llevan sus botellas preparadas, en Asturias directamente las cajas de sidra. Disfrutan de la verbena pero como si estuvieran escuchando música en un bar, si suena una canción que les guste la tararearán e incluso puede que se muevan ligeramente, pero sin separarse demasiado de su “campamento base”.
Los borrachos: por desgracia, en toda verbena que se precie, también hay algún borracho… se paseará dando tumbos entre los asistentes y, parecerá que está más pendiente del público que de la música.
Los artistas “coloridos” (o extrambóticos): porque no me negaréis que los primeros minutos de toda verbena de pueblo son para comentar los modelos que llevan los integrantes de la orquesta y para preguntarse donde pueden encontrar semejante vestuario.
Canciones que no pueden faltar en una verbena de pueblo
Cada orquesta tiene su repertorio, pero hay ciertas canciones que nunca pueden faltar en una buena verbena de pueblo, aquí os dejo 10 de ellas que me ha costado bastante seleccionar:
Me gustas mucho de Rocío Durcal