Atrévete con el scrap

Hace seis años, la víspera del cumpleaños de mi hija mayor, se me ocurrió que sería buena idea acompañar sus regalos de una tarjeta de cumpleaños. Rebusqué entre sus kits de manualidades, me agencié unos sellos de aquí, unos rotus de allá y acabé confeccionando un amago de felicitación, estéticamente muy, muy, muy cuestionable pero que, vista desde los ojos de una hija amorosa resultó ser para ella el no-va-más. Desde entonces, la tarjeta se ha convertido en uno de los regalos imprescindibles en su cumpleaños. 

Cuando poco después de aquello el mundo scrapbooking se cruzó en mi vida, he de reconocer que el tema subió considerablemente de nivel. Como ella va colgando sus felicitaciones en la pared de la habitación, no es difícil asistir a la evolución de mi destreza con eso del DIY. Viéndolas con perspectiva, he de reconocer que el resultado es más que aparente para alguien con tan poca destreza manual como la mía. Y como desde hace tiempo quiero hablaros aquí de técnicas de scrapbooking, me parece una buena oportunidad de animaros a confeccionar vuestras propias felicitaciones y ofreceros algunos trucos con los que, incluso los que seáis tan ineptos como yo, podréis salir airosos.

Hace algún tiempo, en esta misma revista, Patch hizo una inmejorable presentación de lo que era el scrapboking y de todo lo imprescindible para iniciarse en esta práctica. Os recomiendo que si estáis interesados en ella no os perdáis su artículo. Como ella contaba, el scrapbooking es una técnica de manualidades que nació con la idea de aunar el gusto por guardar y organizar recuerdos -fotos, documentos, entradas de cine, tickets de viajes o cosillas especiales- y hacerlo en un soporte, preferiblemente un álbum, hecho por uno mismo y totalmente personalizado. 

A partir de ahí, la posibilidades y variables están limitadas tan solo por la propia imaginación. Yo os voy a hablar aquí de uno de los proyectos más “asequibles” para los principiantes, las láminas –layout– o en su versión “mini”: las tarjetas personalizadas.

Cualquiera de los dos es un magnífico regalo para sorprender a alguien a quien apreciemos, independientemente de su edad. Además de dar rienda suelta a nuestra creatividad, estos proyectos siempre son muy apreciados por quién los recibe porque, a poco que sean sensibles, se darán cuenta de todo el trabajo, interés y cariño que hay detrás de ellos.

Como cualquier otra afición, el scrapbooking puede ser muy adictivo. Si estás metida en este mundillo, o en el del crochet, o en el del ganchillo, o en del punto de cruz… sabréis que una vez que empiezas es un no parar. Empiezas a acumular utensilios, materiales, a ver tutoriales, a venirte arriba y muchas veces acabas haciendo acopio de un millón de cosas que probablemente ni necesitas ni nunca utilizarás.

Si has llegado a ese punto, sabrás que hacer un layout no es difícil: seguro que la técnica la dominas, la creatividad -que viene de serie, pero también se educa- no será un problema y los materiales te sobrarán. Pero si nunca se te había pasado por la cabeza tener un idilio con las tijeras y el papel, has llegado al lugar adecuado, porque te voy a contar cómo maximizar tus recursos.

Por mi experiencia sé que hay dos tipos de proyectos de scrap: los que “fusilas” de otra scrapera -con mayor o menor nivel de reinterpretación- y los que son fruto de la inspiración. En la mayoría de estos últimos esa inspiración brota cuando tienes entre tus manos esos papeles, sellos, troqueles… que son la base del scrap

Como os decía antes, una vez que empiezas, es un no parar, pero si no queréis meteros en esa espiral, lo único que es realmente imprescindible a la hora de scrapear es contar con cartulinas, tijeras, cinta de doble cara, pegamento y, sobre todo, papeles. Hay tiendas especializadas y papeles que son una auténtica delicia. Hay colecciones enteras en las que los colores, las tonalidades, las temáticas son tan proporcionadas que es imposible que metas la pata al combinarlos.

Pero no hace falta ser tan sibarita. En la mayor parte de bazares chinos, o en cadenas como Casa, Tiger o Tedi podéis encontrar block de papeles decorados a precios mucho más asequibles y todos los utensilios necesarios- Contar con una buena biblioteca de ellos facilita mucho las cosas. Por eso, echar de vez en cuando una ojeada por la sección de scrap de estos almacenes y aprovechar las ofertas es fundamental.

Una de las máximas del scrap es que todo se aprovecha, así que también los recortes y restos que van quedando sueltos pueden tener una segunda vida. No deseches nada. Por cuatro o cinco euros puedes comprar un cuaderno de pliegos que, en el peor de los casos, si al final no utilizas, siempre puedes acabar pasándoselo a tus hijos, para que hagan de sus manualidades.

Os aseguro que con una cartulina, papeles y poco más podéis hacer un proyecto muy aparente, pero si queréis currároslo, mi recomendación es que os hagáis con una cizalla como la que veis en la foto inferior, sobre todo si no sois muy hábiles con las tijeras.

Esta cizalla es de Fiskars, pero podéis encontrarla en Ali Express. Yo os recomiendo invertir en una cizalla buena, que nunca está mal. Además, esta es también plegadora… Peeeerooo, una más asequible no está mal, sobre todo para dejársela a los niños

Una cizalla y un par de troqueles -el de corazón o las mariposas son un must, pero hay unos para hacer círculos de diversos tamaños que también te pueden sacar de un apuro- comenzarán a dar otro aspecto a vuestros trabajos. Hay a quién le gustan también mucho los sellos… yo, personalmente, soy demasiado torpe para usarlos y siempre acabo cagándola y emborronándolo todo. 

La base ya la tienes, lo demás es darle forma y darles el toque final. Para esto último suelo recurrir a láminas de esas de las que os hablaba, con palabras inspiradoras -son láminas de treinta por treinta centímetros, que por un lado incluyen tarjetitas más pequeñas-, o pliegos de pegatinas -los de Casa siempre me han dado un resultado magnífico- o a tarjetas para project life, pero eso ya son palabras mayores.

Foto de Together we scrap

Con todo lo anterior, un poco de paciencia y la inspiración que emana a raudales de pinterest estoy convencida de que el resultado será excelente. Pero, recordad, no osobsesioneis por imitar lo que allí veis, ni a las magníficas scraperas que pueblan la red, muchas de ellas españolas. Se trata solo de buscar esa chispa para, a partir de ahí, seguir trabajando y dejarle vuestro sello. 

Aunque me da un pudor terrible, En este artículo os he dejado algunas de las tarjetas que he hecho estos años para las peques, para que veáis que con cariño y ganas, hasta la persona más torpe bajo la faz de la tierra puede sacarlo adelante.

María L. Fernández

Soy María Fernández. Mujer, madre, amante, amiga y periodista en permanente propiedad conmutativa. No sé vivir sin contar historias. Las mías, las tuyas, las de los demás. Nunca sabrás si voy o vengo, pero cuando te hablo ten la seguridad de que lo hago de forma honesta, porque no sé hacerlo de otra manera.

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