Y tú, ¿ya estás haciendo lo que te hace feliz?

Perseguir tu meta

Cuando tenía 18 años una de mis mejores amigas nos dijo que se metía a monja de clausura. Así, sin anestesia. El año que empezábamos la universidad, que se abría una nueva vida y va y nos dice que ella quiere encerrarse en un convento porque cree que es su lugar (esto da para un post más largo pero la versión corta es que era la más marchosa, la más juerguista y la más extrovertida, o sea que no nos lo esperábamos para nada). El día que entraba en el convento no podíamos parar de llorar, de decirle que se esperara a acabar la carrera, que no hacía falta tomar una decisión tan drástica tan pronto y desde el otro lado de la reja me preguntó otra monja:

-¿Tú qué es lo que más deseas hacer en el mundo?

-Escribir. Lo que más me gusta en el mundo es escribir.

-Y si ya sabes que lo que quieres hacer es escribir, que eso te hará feliz, ¿esperarías cinco años a empezar? ¿O preferirías no perder el tiempo y ponerte a ello cuanto antes?

Esas preguntas me removieron por dentro (repito, no quiero ponerme valorar si entrar en un convento con 18 años es buena, mala o regular idea) porque ahí está la clave de disfrutar de la vida: hacer lo que deseas hacer cuanto antes, exprimiendo a fondo lo que la vida te da. Es posible que para hacer lo que deseas hacer tengas que dar algunos pasos primero: formarte, aprender un idioma, viajar, conocer gente pero una vez tienes claro qué es lo que te hará feliz el tiempo que pases no dirigiéndote hacia tu meta es tiempo perdido.

No hace falta tener un objetivo grande como conquistar el mundo

Perseguir tu meta

Puede que no todo el mundo sea consciente de tener un objetivo en la vida o que sea un objetivo irrealizable (yo con mi metro y medio sé que no voy a ser nunca policía por mucho que me empeñe) pero eso no significa que no puedas tener un objetivo pequeño, cercano, algo como “quiero conocer la Riviera francesa” o algo en plan “quiero que los geranios de mi hermano sobrevivan a sus vacaciones” (desde aquí pido perdón preventivo a mi hermano porque las plantas se me dan fatal). Esos pequeños objetivos y los movimientos que hacemos para conseguirlos son el motor de la vida.

Hay quien dice que lo ideal es elegir una meta difícil y dividirla en pequeños pasos, pequeños objetivos que te vayan acercando a tu objetivo final pero de los que obtener recompensas transitorias. Y creo que siempre es bueno celebrar las metas logradas porque nos ayuda a motivarnos más y tener más ganas de conseguir nuestro objetivo.

Con la llegada de la maternidad mis metas se han trastocado porque sí, me sigue gustando escribir y procuro hacerlo a diario pero esta obsesión ahora comparte espacio y tiempo con mis dos peques. Aunque ahora tarde más en escribir lo que quiero (por falta de tiempo y por el estado mental que tengo tras dormir una media de seis horas por noche) sigo siendo feliz haciendo ambas cosas y mi vida es más rica. ¡Y además ahora invento cuentos para mis niños!

¿Y si el universo no conspira?

El universo no conspira

Acabo con una reivindicación, y es que estoy en contra de la filosofía paulocoelhiana de “si deseas algo con todas tus fuerzas el universo conspirará para que lo logres” porque no es justo y nos da falsas esperanzas. Porque por mucho que desee algo hay veces que no puede ser (por ejemplo lo de ser policía en mi caso) y porque es una filosofía cómoda, como si el resto de la humanidad te “debiese” un favor solo por existir.

Creo que las metas se alcanzan después de trabajo y a veces de suerte. Otras veces la vida nos hace que tengamos que coger un desvío que nos alargará el viaje hacia nuestros objetivos. Y otras veces no se alcanzan en absoluto pero ¿y lo que nos vamos a divertir durante el trayecto? ¿Vosotras ya habéis empezado a hacer lo que os hace felices?

PD Mi amiga sigue en el convento, el mes que viene cumple 15 años dentro y la voy a ver un par de veces al año. Aparentemente es bastante feliz.

Imágenes vía Splitshire

Patch

Periodista, bloguera, amansadora de fieras, @communitymadre y tratando de conquistar el mundo desde los 80. Puedes encontrarme en No es un desfile donde voy contando mis tonterías desde 2003. ¡Ah! Y ahora he escrito un libro Responde primero a la segunda pregunta.

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13 comentarios

  1. Ostras no visualizo a ninguna amiga en un convento. Yo si que creo q si algo lo deseas, el universo conspira, pero no hay q estar en el sofá, hay que moverse para q el universo se mueva contigo!!

    1. Jajaja yo no lo visualizaba. De hecho si me hubieran preguntado con 18 años habría dicho que apenas quedaban conventos de clausura. El mundo es muy raro.

      Estoy de acuerdo en que hay que poner actitud, siempre 🙂

  2. Patch, me ha gustado mucho leerte.
    A mí si que me parece que a veces suceden cosas que, de forma casi mágica, parecen empujarte hacia donde quieres ir. Pero siempre que me ha sucedido ha sido, como dice Lydia, una vez iniciado el movimiento en esa dirección.
    Así que luego siempre me queda la duda de si era una conspiración del universo o algo que yo veo, simplemente, porque estaba superpredispuesta a ello y deseando verlo… 🙂

    1. Jajaja es fundamental estar súper dispuesto a ello. Pero antes hay que adivinar dónde demoños queremos ir.

      Un beso, compi

  3. Ostras, lo de tu amiga es la leche. Que decisión más importante y radical, pero si es lo que le hace feliz, perfecto.
    Ahora mismo disfruto de la vida e quería, mi casa, mi marido y mi bebe… Si tuviese que pedir algo más para ser feliz plenamente sería trabajar pero de momento me quedo en casa disfrutando de mi niña de mes y medio
    Saludos!

    1. Fue un trauma bastante grande, ya te digo 🙂

      Si tu niña tiene mes y medio, ¿qué más le pides a la vida? Ya trabajarás cuando pase la baja de maternidad, mujer, no te agobies y disfruta del momento.

  4. Me ha encantado tu post @communitymadre, especialmente ahora que me pillas en pleno “cambio voluntario de cuadrante” en mi vida profesional. No entiendo a la gente que se queja de no ser feliz pero no hace nada para cambiar. Pensar “Virgencita virgencita, que me quede como estoy” es menos arriesgado, seguro, pero la recompensa de hacer lo que de verdad te hace feliz puede ser tan gratificante… o eso espero 😉 un beso!

    1. ¡Es que es eso! Se nos va la vida en lamentarnos cuando podemos estar trabajando activamente para estar donde queremos estar 🙂

      Te deseo mucha suerte en tu cambio 🙂

      1. Gracias! 2016 promete! Mi futuro proyecto tiene mucho que ver con el tuyo, aunque yo en Barcelona 🙂 Ya te contaré…

        1. Si necesitas ayuda silba 🙂

          (y ya te digo que con mi proyecto de pobre no salgo pero, ¿y lo que me estoy divirtiendo?)

  5. Grande Patch!
    yo no creo que el universo te ayude para conseguir las cosas, sin embargo sí creo que sin darnos cuenta, si tenemos claro lo que queremos, nosotras mismas nos vamos colocando en el lugar correcto.
    Yo SI hago lo que me hace feliz. Soy afortunada lo reconozco, pero también te digo que la suerte me ha encontrado siempre trabajando 😉

    1. Gracias, compi 🙂 Sí, suele coincidir con que la suerte se arrima más a los que más se lo curran, ¡qué casualidad!

  6. Muy buenas palabras Patch.
    Creo que es así, que si tienes un sueño, hay que luchar por conseguirlo, porque el camino hacia él es la sal de la vida y si encima lo consigues, mejor me lo pones.
    Yo soy un espíritu del arte. Me gusta escribir, me siento y escribo, escribo y escribo más y más. Hasta que mi musa se duerme de cansancio y la despierto a deshoras. Me encantaría ser escritora y vivir de ello. Pero también me gustaría vivir de leer libros. Esos que nadie ha leído todavía, saber si van a ser buenos, si van a triunfar o gustar, hacia qué grupo va dirigido.
    Me gusta la danza. Soy muy danzarina, y si soy sincera, me hubiera gustado estudiar algo de danza, pero me daba vergüenza y rabia volver a oír un no de mis padres, con el del piano tuve suficiente.
    Yo siempre he querido tocar el piano, mi marido siempre me dice que en cuanto tenga dinero me comprará uno y me pagará clases, porque sabe que es un sueño que acabó antes de empezar. Cuando se lo dije a mis padres, a la tierna edad de 13 o 14 años, mi padre y mi madre me miraron y dijeron que esa era una solemne tontería y que dejaría el piano como dejaba todo lo demás. No sé a qué se referían en aquel momento, y ahora tampoco, porque nunca abandoné nada (ni rítmica, que mi madre me sacó de un día para otro, ni basket, que se disolvió el equipo del cole y no me apuntaron a otro cercano), simplemente fue el no y después me apuntaron a clases de informática. ¿¿¿¡¡¡ Informática!!!!??? nunca me ha gustado y ahí estuve yo durante dos años en clases extraescolares haciendo informática.

    Esto me enseñó a luchar por mis sueños a mi manera y a pensar que el día que tuviera un hijo, no le cortaría las alas antes de tiempo. Que penita más grande pensar en lo del piano. Y si fuera una pianista famosa.???? Claro que no les dije que quería estudiar danza e interpretación. Para qué?? mi madre solo pensaba en: Carrera universitaria, para lo que me ha servido??!!!??!?!?!

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