Siempre que tengo que enfrentarme a algún cambio o reto que tenga que ver con mis hijos, me apoyo en los cuentos para que nos ayude a conseguirlo. Hoy en día es fácil encontrar cuentos de casi todos los temas y, el que os traigo hoy es una auténtica MARAVILLA en cuanto al tema de la alimentación se refiere.
Su título ya es una clara manifestación de intenciones “Dani disfruta de la comida”, no se titula “Dani come bien” o “Dani come sano”, sino “Disfruta” y es, porque va mucho más allá de lo que es simplemente una buena alimentación.
Cuando somos padres, nos preocupa mucho la alimentación de nuestros hijos y, en ocasiones, dejamos de lado otros aspectos que también son muy importantes y van más allá de lo estrictamente nutricional. Como adultos, “jugamos un papel muy importante a la hora de crear un ambiente adecuado, de confianza, afectivo y facilitador en torno a la alimentación”.
Precisamente en esto basa Patricia Beltrán este fantástico cuento. Patricia es Maestra de Educación Primaria y Psicóloga General Sanitaria y, entre otras cosas, psicoterapeuta especializada en infancia, adolescencia y parentalidad desde hace más de 15 años. Con ella charlamos sobre “Dani disfruta de la comida” y alimentación en general.
P. ¿Cuál es el objetivo de este cuento?
PB: Acercar los principios de la alimentación consciente (mindful eating) a los niños y sus familias. Ayudar a que la alimentación pueda ser vista desde un plano más relacional, más allá de lo nutricional, y como un aspecto que va evolucionando en los niños.
Trata sobre cómo podemos acompañar, como padres, de una manera más sana y respetuosa todo el proceso, incluso cuando surgen determinadas dificultades, entendiendolas como procesos evolutivos.
Poder contemplar la alimentación como una oportunidad maravillosa para estar en familia, fomentar la comunicación y reforzar los vínculos.
P: A lo largo de sus páginas invitas a los pequeños a dibujar muchas veces sus sentimientos ¿Les ayuda esto a interiorizarlos?
PB: El poder ponerle forma a lo que sentimos nos ayuda a ser más conscientes de ello y nos posibilita poder ponerle nombre después, así podemos ir elaborando y gestionando de una manera más eficiente todo lo que sentimos.
A los niños les resulta más fácil que a los adultos expresar a través de lo pictórico y esto les ayuda a acceder a su mundo interno. En el cuento se invita a los peques a que dibujen sensaciones que están ligadas a la conciencia interoceptiva, la cual se relaciona con una alimentación sana y consciente.
La interocepción, es decir la habilidad para ser consciente de lo que siento internamente, juega un papel fundamental en la autorregulación de la ingesta, así como en la esfera emocional.
Patricia Beltrán: Como adultos, "jugamos un papel muy importante a la hora de crear un ambiente adecuado, de confianza, afectivo y facilitador en torno a la alimentación" Share on XP: Qué consideras más importante, que los niños coman de todo o que lo hagan conscientemente y con calma
PB: Abogo por una alimentación sana y equilibrada, donde haya diversidad de alimentos saludables, pero si ponemos el foco en lo que comemos, es ahí donde pondría el énfasis, en hacerlo de manera adecuada, es decir en calma y con calma.
Los niños van ampliando la variedad de alimentos de su dieta conforme van creciendo y no hay que obsesionarse porque coman de todo a cualquier precio.
Evolutivamente es normal que haya periodos en los que los niños rechacen alimentos (incluso si previamente los comían sin dificultad) y esto no es algo preocupante, para mí lo preocupante es que ingieran los alimentos con prisas e incluso forzadamente, porque esto puede tener unas consecuencias nefastas para ellos, tanto a corto como a largo plazo (molestias gastrointestinales, pérdida de la sensibilidad interoceptiva, ansiedad, sobrepeso…)
P: Le das mucha importancia al momento de la comida, ¿Qué pautas recomendarías seguir?
PB: Es importante porque puede ser un momento conflictivo o maravilloso, todo depende de cómo lo gestionemos.
Es un espacio de tiempo para poder disfrutar en compañía, en el que podemos aprovechar para hablar con nuestros hijos, teniendo conversaciones agradables que van a reforzar el vínculo que tenemos con ellos, pero para ello es importante que las pantallas y dispositivos móviles no estén presentes o serán ellos los protagonistas y harán que nos desconectemos tanto a nivel relacional como de nosotros mismos.
Hay varias acciones que favorecerán un clima agradable y afectivo en la mesa:
- Comer en el mismo sitio, a la misma hora, escoger alimentos saludables que estén dentro de las preferencias alimenticias de nuestros hijos, o ir introduciendo los nuevos alimentos con otros que sí son de su preferencia.
- Contar con la ayuda de nuestros peques a la hora de preparar la comida, y poner la mesa.
- Atender a la presentación de los platos, emplatados bonitos, divertidos.
- Permitir que ellos elijan la cantidad que quieren/necesitan comer y no forzarlos.
- y como antes mencionaba, alejar las nuevas tecnologías de la mesa.
P: ¿Hacen mucho daño las pantallas a la hora de comer?
PB: Sí, más de lo que creemos. Las pantallas son estímulos que nos activan, son estresores y captan toda nuestra atención, esto es un problema porque hace que no podamos comer conscientemente, comemos en automático mientras estamos viendo algo en las pantallas.
Al desconectarnos, la conciencia corporal interoceptiva se pierde, porque todo nuestro foco atencional está en la pantalla y nos desconectamos de nosotros mismos, de lo que estamos sintiendo. Las sensaciones de hambre y saciedad no las percibimos, por lo que podríamos comer más de lo que necesitamos, o en escasez y no cubrir nuestras necesidades, y no nos daríamos cuenta, aparte de no poder disfrutar los alimentos de manera plena, consciente y en calma.
Esto prolongado en el tiempo daría un resultado nefasto puesto que perderíamos sensibilidad interoceptiva y podríamos acabar incluso con sobrepeso.
A nivel relacional me parece devastador, las consecuencias son la desconexión de los integrantes de la familia, cada miembro está centrado en la pantalla, la capacidad de dialogar se pierde, la oportunidad de unión y de comunicación que posibilita el espacio de la comida la desperdiciamos.
P: ¿Cómo les ayuda involucrarse en las tareas relacionadas con la comida? Cocinar, poner la mesa…
PB: A los niños les encanta ayudar, y esto es fantástico porque se sienten reconocidos y valiosos si se lo permitimos. Además, en torno a la alimentación les posibilita el estar involucrados en todo el proceso, comprar los alimentos con ellos, prepararlos, colocarlos…
Todo esto hace que la mirada cambie, ya no es una cosa redonda amarilla llamada tortilla, que está en mi plato y que me tengo que comer, es todo un proceso vivido hasta que llega la tortilla. La manipulación de los alimentos, la experiencia de vivir todo el proceso, desde que eligen esos huevos, que se colocan en el frigo, batirlos… hasta que se convierten en el producto final que se comerán.
Es formar parte activa de todo un proceso y eso nos hace ver el producto final como algo más cercano, del que forman parte, y eso les ayuda y les motiva a tener una relación más sana con la comida.
Ayudar en la preparación de la comida y a que pongan la mesa, y a quitarla también, les proporciona estructura, se afianzan los hábitos y esto les da seguridad y confianza aparte de sentirse integrados en la familia, les aporta identidad y pertenencia, se sienten útiles, valorados y van construyendo un autoconcepto positivo y una buena autoestima.
P: También haces hincapié en que conozcan de dónde provienen los alimentos…
PB: Sí, relacionado a lo que comentaba antes, es importante que conozcan la procedencia de los alimentos porque así tienen una visión más amplia de todo el proceso y pueden contextualizar, el conocer el origen de los alimentos les aporta conocer el mundo en el que vivimos y su funcionamiento.
Siguiendo el ejemplo anterior, en el supermercado no vemos las gallinas, nos encontramos los huevos, por lo que quizás el ir, por ejemplo, a una granja les aporte una realidad más amplia, así como ver plantas y árboles que dan frutos o plantar unas semillas y ver cómo crecen y dan sus frutos. Todo esto despertará un mayor interés en la alimentación, así como una amplificación y corrección de la realidad.
P: Dices que hasta los tres años los menores se alimentan intuitivamente y saben lo que necesita su cuerpo ¿qué hace que esto cambie? ¿los adultos los “forzamos” a comer por encima de sus necesidades?
PB: Sí, efectivamente los niños pequeños están muy conectados consigo mismos y de manera intuitiva saben lo que necesita su cuerpo, y responden conforme a sus necesidades.
Creo que se dan varias situaciones que propician esa desconexión, como antes mencionaba, el uso de las pantallas a la hora de comer es absolutamente desaconsejable por todo lo que explicaba previamente, y la falta de confianza en nuestros peques creo que también impacta negativamente, nos da miedo que no coman lo suficiente o que no se alimenten de manera equilibrada, y eso nos genera cierta angustia que muy probablemente canalicemos incorrectamente, obligándoles a comer lo que quizás no necesiten o no puedan en ese momento.
P: Y la pregunta del millón, desde tu punto de vista ¿se debe obligar a los pequeños a comer alimentos que no les gustan?
PB: No, no se debe. Ofrecer y motivar sí, pero obligar no. Cuando obligamos a ingerir alimentos, lo que estamos haciendo es que el niño se vea obligado a suprimir las sensaciones internas que está teniendo, quizás saciedad, o rechazo, o que pese a tenerlas tenga que dar una respuesta contraria, es decir que sienta saciedad y que siga comiendo, esto es nefasto, alteramos nuestro sistema interoceptivo perdiendo la conciencia interoceptiva, esto podría generar dificultades en el procesamiento sensorial, en su capacidad de autorregulación, tanto en la ingesta como a nivel emocional: sobrepeso, obesidad, trastornos de la conducta alimentaria, ansiedad, dificultades en la identificación de las emociones, dificultades en la gestión emocional…
Nuestro papel como padres, adultos y referentes es acompañar con respeto y amor a los niños en su experimentación e identificación de sus sensaciones internas, validándolas, para que tengan un correcto desarrollo evolutivo y sean niños autónomos y felices, que sepan identificar y gestionar sus necesidades, tanto en la esfera física como en la emocional.
Muchas gracias Patricia por concedernos este ratito charlando de este cuento de la editorial Sentir y que forma parte de la colección Crecicuentos. Sin duda, muy recomendable.