“Son depredadores y dan pánico” escribían en tuiter mientras compartían el vídeo en el que decenas de chicos (algunas fuentes aseguran que eran más de cien) gritaban desaforados desde las ventanas de sus habitaciones en el Colegio Mayor masculino Elías Ahúja en Madrid, los gritos demostraron que el Ministerio de Igualdad es imprescindible en este país y lo mismo con uno solo nos quedamos cortos.
Según se ha comentado por parte del director del centro, Manuel García Artiga, tanto él como el vigilante de seguridad nocturno intentaron parar esta patética performance machista y agresiva, pero les fue imposible conseguirlo aunque se ha asegurado a distintos medios que esta acción tan denigrante, va a traer consecuencias a los implicados.
Lo complicado es confirmar quienes han sido los participantes y los instigadores de este vomitivo acto que demuestra lo lejos que estamos aún en los temas de igualdad entre hombres y mujeres. Sobre todo porque hay hombres como ellos, claro.
Los hombres de las cavernas están entre nosotras
“Putas. Salid de vuestras madrigueras como conejas. Sois unas putas ninfómanas. Os prometo que vais a follar todas en la azotea. ¡Vamos Ahúja!” Y tras estas palabras el sonido atronador y la imagen que muestra como se levantan las persianas de las ventanas del edificio y en cada habitación, varios residentes del colegio mayor, más de 100 según algunos medios, jalean, silban y gritan festejando la ocurrencia y apoyando al autor de la idea.
¿Vergüenza escuchar algo así? Mucha, es inevitable sobre todo como madres al pensar en las madres y padres de estos individuos. ¿Miedo al escuchar algo así? Mucho también, sobre todo al pensar como madres y padres de las chicas que se puedan llegar a cruzar en su camino, de las chicas a las que iban dirigidos esos insultos a grito pelado, de cualquier chica que pase por su vida.
El Colegio Mayor Elías Ahúja está gestionado por los padres Agustinos, es un centro de carácter religioso y según su director, su misión “en el colegio es ayudar a los muchachos a ser personas de bien y a que tomen conciencia de la realidad del mundo”.
Es verdad que el curso acaba de comenzar pero a la vista de este acto del pasado domingo (2 de octubre) tienen una enorme tarea por delante en ese centro hasta que consiga que esos muchachos dejen de ser unos cafres para pasar a ser personas de bien y tomen conciencia de la realidad del mundo y de que lo que han hecho es inmoral, es vergonzoso y dice mucho de ellos y nada bueno.
Y si tenemos en cuenta que parece ser que no es la primera vez que ocurre, que el año pasado realizaron el mismo protocolo otros estudiantes o los mismos estudiantes ¿quién puede saberlo? y no pasó nada porque ¡qué curioso! el video que se realizó en su momento no se hizo viral como ha ocurrido en esta ocasión.
El político Pablo Casado vivió durante unos años en este mismo colegio mayor adscrito a la Universidad Complutense. Participó de las actividades del mismo como el resto de estudiantes que pagan 1.065 euros al mes por vivir en una habitación individual durante el curso académico.
De hecho, el político popular, publicaba un artículo en el año 2.000 en la revista del centro en el que se podía llegar a leer perlas como: “Al entrar a formar parte de la manada, comienzan a aflorar en él instintos de voraz carnívoro para con toda clase de hembras en periodo fértil”.
Putas, ninfómanas y manadas
Veintidós años han pasado desde que uno de los estudiantes del Colegio Mayor Elías Ahúja hablara de “formar parte de la manada” para referirse a la actitud de los grupos de hombres cuando se relacionan con grupos de mujeres y hace solo unos días, otro de los residentes del centro hablaba de “putas”, “conejas” y “ninfómanas” para referirse a las mujeres del colegio mayor que se levanta justo delante del suyo y por extensión a todas y a cualquiera de nosotras, por supuesto.
No se ve mucha evolución en algunas cabezas. Y por parte del centro se han planteado lo primero “escuchar a los chavales” antes de decidir porque, según han señalado desde la dirección del Elías Ahúja lo que hay que hacer es “ayudarles a madurar y a que entren en el mundo adulto y esta es una forma de decirles: cuidado, hay normas sociales y hay que cumplirlas.”
No se trata simplemente de normas sociales que hay que cumplir, eso sería quedarse en lo más superficial del problema. El asunto de fondo es que hay personas a las que están dirigiendo gritos e insultos, a las que están amenazando y amedrentando, a las que están haciendo de menos. Ese es el verdadero problema, con eso es con lo que tienen que tener cuidado, con ellos mismos y su forma de entender las relaciones con una mujer.
De momento han expulsado del colegio mayor al individuo que realiza ese grito que después los demás jalean, cuando termino de escribir estas líneas aún no sé si la expulsión es permanente o temporal hasta que se calmen los ánimos. Como tampoco he conseguido descubrir qué medidas al respecto va a tomar la Universidad Complutense a la que esta adscrito este centro porque tomarlas puede tomarlas, igual que las ha tomado para erradicar oficialmente las novatadas en el campus.
El Ministerio de Igualdad es imprescindible
Pero ¿solo uno? porque lo mismo necesitaríamos muchos más para que empiece a calar la idea del respeto a la mitad de la población por parte de la otra mitad que a la vista del video de este año de este colegio mayor, del video del año pasado, de los cánticos habituales de los residentes cada comienzo de curso y de los artículos escritos por alguno de sus más ilustres residentes.
Gracias al trabajo del Ministerio de Igualdad se han puesto en marcha medidas tan importantes como el Plan Camino, mediante las que se pretenden dar alternativas laborales, económicas y por supuesto sociales a las personas víctimas de trata y explotación sexual, hace solo unos días.
Gracias al trabajo de las personas que conforman el Ministerio de Igualdad se ha convertido al nuestro, a España, en el único país de toda Europa que contabiliza todos los feminicidios, todos los asesinatos que se cometen contra una mujer solo por el hecho de serlo. Tanto aquellos que se cometen dentro del ámbito familiar o afectivo como todos los demás que hasta ahora no se contabilizaban como tales.
Gracias a la implicación que existe en el Ministerio de Igualdad se ha presentado la campaña “El hombre blandengue” en la que se destaca la enorme evolución que se ha producido en la sociedad española durante los últimos 40 años. Un mérito de todos que merece la pena contemplar y aplaudir sobre todo cuando nos encontramos con acciones como la que ha ocurrido en el colegio mayor madrileño.
A título personal, confieso que prefiero en mi vida “hombres blandengues” como los que muestra esta campaña antes que cafres machistas como los que se oyen en el video del colegio mayor de Madrid.
¿Quién dice que no son necesarias las políticas de igualdad? ¿Quién no encuentra sentido a financiar políticas y promulgar leyes que protejan a las personas que aún no son tan iguales en la calle como todos queremos creer? ¿Quién puede afirmar que es todo mentira, un invento y una patraña que han montado unas mujeres para sacar un rendimiento económico a través de un ministerio que nadie necesita? ¿En qué realidad, en qué ciudad, en qué mundo viven esas personas?
Supongo que no en el de las víctimas y da miedo pensar que quizás se acercan más al mundo de los verdugos, los que gritan amenazas o los que levantan las persianas y vitorean esos gritos.