¿Y si este otoño pruebas con un entrenador personal?

De buenas intenciones andamos todos bastante servidos, eso es así pero ¿y si este otoño probamos con un entrenador personal?. Y os cuento por qué.

Sí, de buenas intenciones andamos todas bien servidas pero de sobra sabemos que lo complicado es llevarlas a la práctica, hacerlas realidad. El trecho que hay del dicho al hecho a veces se nos hace bola y empezamos con muchas ganas, pero nos desinflamos en seguida. Sí, estamos hablando de hacer ejercicio habitualmente después de las vacaciones de verano por eso mismo ¿y si este otoño probamos con un entrenador personal? ¿por qué no?

Que no se trata de tener detrás al sargento de hierro insultándonos porque no hacemos las flexiones perfectas, no me malinterpretéis. Se trata de tener a alguien que nos enseñe cómo hay que hacer los ejercicios para evitar dolor o lesiones, que seleccione cuáles son esos ejercicios que más se ajustan a nuestras necesidades y a nuestro estado físico para ir evolucionando progresivamente.

Se trata de contar con alguien que nos motive para conseguir nuestras metas y que nos plantee unos tiempos lógicos para conseguirlas, alguien que además nos ofrezca consejos sobre nuestra nutrición y nos eche una mano para conseguir llevar un estilo de vida más saludable no solo los primeros días de septiembre como muchas hacemos habitualmente, ya sabéis a lo que me refiero.

Cada vez hay más personas que se plantean lo mismo cuando llegan estas fechas, este otoño probamos con un entrenador personal y a ver qué pasa. Se juntan dos o tres amigas en casa de una de ellas y se ponen en contacto con un entrenador personal ¿Por qué se animan a hacerlo? Pues por varias y poderosas razones.

Este otoño probamos con un entrenador personal

Si eres principiante siempre va a ser positivo dejarte guiar por alguien que sepa de lo que habla y con quien habla y los entrenadores personales tienen distintos métodos y estrategias para cada cliente, diseñan los ejercicios para la capacidad y las necesidades físicas de cada uno y se ajustan de una forma sensata a los objetivos deseados por el cliente y a las posibilidades de este.

Al estar siempre bajo su supervisión eliminas el riesgo de provocarte una lesión por no haber realizado el ejercicio como deberías, aprendes a trabajar tu cuerpo de una forma segura.

Cuando trabajas unos ejercicios específicos para tu condición física y al mismo tiempo los ejecutas de forma correcta, el resultado se consigue antes y “sufriendo” menos, ya me entiendes. Un entrenador personal se va a fijar la meta que tú le plantees por lo que vas a optimizar tiempo y esfuerzo con cada entrenamiento, además como vas a aprender a ejecutar los ejercicios de la forma correcta más pronto que tarde vas a poder seguir haciéndolos tu sola, de forma individual, cuando mejor te venga.

La motivación es algo vital para todo y para el ejercicio también, un entrenador personal debe conocer los intereses, los objetivos y también la personalidad del cliente con el que va a trabajar por lo que te va a impulsar a seguir un programa de entrenamiento de una forma constante y sensata, bajo su supervisión y acompañamiento va a ir creándose esa afinidad que gana a la pereza, además y lo que es igual de importante, consigue darte confianza y seguridad en ti misma.

Si a todo esto le sumamos los consejos nutricionales que puede aportarte un entrenador personal a tu día a día, más los beneficios psicológicos y no solo los físicos de la práctica deportiva regular, todo son ventajas a sumar a la experiencia para animarte, para animarnos y este otoño probamos con un entrenador personal y nos tomamos esto de la práctica del ejercicio un poco más en serio que hasta ahora porque nos vamos a sentir mejor, va a mejorar nuestro estado de ánimo, va a reducir el estrés y vamos a notar los avances antes de que nos demos cuenta ¡seguro!

Pilar Fonseca

Primero fui mujer, después periodista, luego esposa y ahora además de todo eso madre. Esto último me obligó a reorganizar todo lo anterior.
Me gusta escribir y comunicar.
Disfruto con un buen libro, una buena película, una buena serie, un buen viaje y una buena charla con amigos.
Podría alimentarme sólo de queso y chocolate acompañados de un buen vino, una que es mujer de gustos sencillos.

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1 comentario

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