En esta redacción estamos ocupadas más que preocupadas con el cuidado de nuestras melenas, no hace falta que esto venga yo ahora a contároslo teniendo en cuenta el historial de estupendos posts sobre este asunto que nos pone “los pelos de punta”, alguien tenía que hacer el chiste, disculpad.
Hemos hablado hace bien poquito del famosísimo “Método Curly”, de cómo funciona, de cómo se pone en marcha, de qué es lo que pretenden las usuarias de este método y de dónde conseguir información para ponerlo en marcha en tus rizos y/u ondas si tu cabello tiene esas características.
Le hemos dado un repaso a la moda o no de los champús sólidos porque los hemos probado y como era de esperar, os lo hemos contado con todo lujo de detalles. Somos de compartir experiencias, contenidos e información, de natural generosas, ya nos conocéis.
Nos hemos hecho varios tutoriales y os lo hemos contado, con los que aprender a hacer peinados con trenzas de esos que tienen un qué sé yo entre delicado y decaído que nos encanta. Peinados más o menos sencillos que pueden realizar con éxitos manos no especialmente virtuosas.
Y como hay que seguir en nuestra línea de investigación capilar porque nos interesa y porque las firmas de cosmética no dejan de trabajar en ello, hoy seguimos con la melena al viento y vengo a contaros novedades que tienen pinta de ser muy interesantes y de formar parte de nuestras rutinas capilares más pronto que tarde.
Es indiscutible que nuestro pelo está constantemente expuesto a las condiciones climáticas, a la contaminación ambiental, a las herramientas con las que lo peinamos habitualmente y todo ello puede dañarle incluso más de lo que nos puede parecer.
La rotura y encrespamiento son las dos consecuencias más habituales que producen las agresiones que hemos enumerado.
Quizás la rotura se da más en verano porque la exposición al sol, a la sal del mar y al cloro de las piscinas debilitan nuestro cabello sin ninguna piedad.
El encrespamiento producido por la humedad, por el frío, por los cambios bruscos de temperatura, por la electricidad estática de algunas prendas como gorros o bufandas, nos acompaña sobre todo en los “bad hair days” tan frecuentes en los días más fríos.
Si tenéis una melena rizada, ondulada o teñida lo sufrís aún más que el resto así que lo primero que hay que evitar es lavar el pelo con agua demasiado caliente y abusar de las herramientas de peinado que trabajan con calor, eso para empezar.
Aunque no lo parezca en nuestras agendas, la primavera está ahí a la vuelta de la esquina y es muy recomendable empezar a cuidar nuestra melena para ir solucionando los daños estructurales que el invierno ha provocado en nuestro cabello que aunque no nos lo parezca a primera vista, si no nos hemos cuidado lo suficiente, seguro que no son pocos.
Vamos a empezar por una obviedad: repasar el corte que llevamos, porque tras el invierno las puntas tienen la mala costumbre de estropearse y abrirse así que este es un momento perfecto para pedir cita con nuestra peluquería habitual y retocar el corte, al mismo tiempo que saneamos la fibra capilar.
Para reparar la melena de los daños que haya podido sufrir durante el invierno y ya puestas, para preparar nuestro pelo a la creciente exposición al sol vamos a ponernos con una hidratación profunda a base de un champú específico, un acondicionador adecuado para nuestro pelo y una vez a la semana la aplicación de una mascarilla.
Siempre que tengamos tiempo el lavado debe ser suave y acompañado de un ligero masaje del cuero cabelludo porque así estimulamos la circulación sanguínea y favorecemos la salud de nuestro cabello.
Si de lo que menos dispones es de tiempo la opción de utilizar esos días un acondicionador sin aclarado es la perfecta para proporcionar la hidratación necesaria y una vez a la semana es imprescindible incorporar a la rutina de cuidado capilar una mascarilla adecuada a la necesidad específica para el cuidado de nuestras melenas.
No se nos puede olvidar la importancia de la hidratación también por dentro, con una alimentación adecuada, variada y equilibrada y una ingesta de líquidos también óptima.
Además, pasado el invierno puede que tengamos que enfrentarnos a la llamada “caída estacional” de nuestro pelo por lo que es importante aportarle los nutrientes necesarios de forma también externa y constante para mantener la fase de crecimiento durante el mayor tiempo posible.
Teniendo en cuenta todos estos puntos seguro que podemos cuidar nuestra melena de cara al verano de una forma eficaz y con resultados notables, sólo hay que organizarse y ponerse manos a la obra.