Hablemos de vinos blancos sin prejuicios

Durante mucho tiempo se ha ninguneado en las grandes mesas a los vinos blancos. Se decían tonterías como que es un vino para mujeres o que da dolor de cabeza o que el mejor vino blanco siempre es un tinto. Tonterías. Hablemos de vinos blancos y bridemos con cualquiera de estos, estos días o cuando sea, la ocasión la elegimos nosotras y la celebración, también.

Los vinos blancos no son vinos de segunda por el simple hecho de no ser tintos, no podemos dejarnos llevar por esa tendencia añeja ya superada por miles de personas en todo el mundo.

El vino blanco es el único vino que se puede elaborar con cualquier tipo de uva porque no es blanco en sí ni las uvas con las que se elabora tienen que ser necesariamente “blancas”. Es verdad que los vinos blancos suelen ser más ligeros que los tintos pero también pueden tener tanta presencia como un vino tinto si la variedad de uva es lo bastante potente. Además, ya podemos encontrar buenos vinos blancos con crianza e incluso con reserva en algunas de las bodegas más interesantes de nuestro país.

Es verdad que los vinos blancos presentan una enorme variedad dependiendo de la uva escogida para su elaboración y no es igual hablar de un verdejo que un garnacha blanca. Son ambos vinos blancos pero bien distintos en boca.

Los vinos blancos maridan estupendamente con el pescado, eso es innegable, pero también pueden ir acompañando perfectamente guisos de ave, sopas, arroces e incluso platos que contengan carne o platos en los que predomine el sabor picante y por supuesto con quesos como los tipo brie, los quesos tiernos, los semitiernos.

Qué vino blanco elegir

Las posibilidades son casi infinitas, las bodegas han trabajado por normalizar la producción y el consumo de blancos y parece que poco a poco va calando ese esfuerzo entre la población que lo mira con unos ojos con menos prejuicios que hace sólo unos años.

Hay uvas blancas autóctonas de diferentes regiones vitícolas no sólo de nuestro país sino de todo el planeta y esto es una de esas características que los hace incluso más interesantes, más atractivos.

La Denominación de Origen Gran Canaria por ejemplo produce unos vinos blancos muy especiales, muchos de ellos desarrollados en suelos volcánicos lo que les hace desarrollar una personalidad muy marcada, les aporta un carácter que les hace diferentes a los demás.

Los vinos blancos portugueses que se elaboran con uva Bical algunos de ellos en viñedos de más de 40 años o los blancos de Hungría que destacan por igual tanto los dulces como los secos, son solo dos de las variedades que más destacan los expertos en vinos blancos alrededor del mundo.

Como se bebe bien un vino blanco

Para consumir vino blanco es recomendable mantenerlo siempre a una temperatura entre los 12 y los 8 grados, dependiendo del tipo de vino blanco que vayamos a consumir, eso también está bien que lo tengamos en cuenta.

La tradición habla de que siempre deben servirse fríos pero no es del todo acertada porque se ha comprobado que por debajo de los ocho grados muchas de las cualidades aromáticas de un buen vino blanco apenas sí se aprecian y es una verdadera lástima.

Por todos estos motivos y muchos otros más que se nos quedan en el tintero, el consumo de vino blanco se ha generalizado en muchos hogares, en reuniones de amigos, en ocasiones especiales, en cenas espontáneas e incluso en encuentros gastronómicos y no es para menos.

Lo de acudir a una comida a la que nos han invitado llevando el vino es una buena costumbre, un signo de educación y consideración por nuestra parte así que ahora a la botella de vino tinto podemos añadir sin miedo otra de vino blanco porque seguro que la ocasión de abrirla y compartirla entre amigos aparecerá más pronto que tarde.

Por dar algunos consejos sencillos para disfrutar de un buen vino blanco, diremos que por norma general no se llena la copa hasta arriba. La medida exacta es un tercio de la copa, más o menos, tampoco nos vamos a poner especialmente molestos si se es un poco generoso pero sólo un poco.

Las copas, siempre de tallo alto para evitar que la mano esté cerca del vino porque el vino blanco es mejor siempre tomarlo fresco, como decíamos antes y sí, claro, la copa se coge por el tallo, siempre.

Sí se puede (y se debe) hacer girar el vino en la copa no se trata sólo de verlo girar o de apreciar su color, se trata de oxigenar el vino. Al girar las moléculas de liquido se rompen y liberan todos los aromas, los primarios, los secundarios y por último, los terciarios.

Es importante conseguir descorchar el vino sin romper el corcho, es verdad que a veces es imposible por las condiciones en las que se ha almacenado la botella o por el tiempo que lleva envasado el vino pero hablamos de vinos blancos que suelen consumirse pronto así que es más fácil conseguirlo.

El vino se bebe a sorbos pequeños para poder apreciar todo su sabor con los matices más sutiles también incluidos, además es interesante dejarlo reposar después de cada sorbo para que le dé más tiempo de oxigenarse y porque no olvidemos que estamos hablando de una bebida alcohólica de la que no conviene abusar en ningún caso.

Lo más importante con todos estos consejos es que disfrutes del vino, del maridaje y a poder ser de una buena compañía.

Pilar Fonseca

Primero fui mujer, después periodista, luego esposa y ahora además de todo eso madre. Esto último me obligó a reorganizar todo lo anterior.
Me gusta escribir y comunicar.
Disfruto con un buen libro, una buena película, una buena serie, un buen viaje y una buena charla con amigos.
Podría alimentarme sólo de queso y chocolate acompañados de un buen vino, una que es mujer de gustos sencillos.

Artículos recomendados