Infidelidad, o cómo superar una traición

Un día no sabes cómo ni por qué, presientes algo. Una duda te atenaza, te bloquea y hace que no puedas respirar. Es una sensación de ahogo, de desmoronamiento, de quiebra.

Tu cabeza en ese momento empieza a imaginar situaciones, a buscar culpables, te pones alerta, y dudas de todo lo que te rodea. No sabes cómo encarar la situación, creías que tenías una vida fácil y feliz, y de repente, abres los ojos y ves que todo es una mentira.Esa situación de alerta hace que todos tus sentidos estén dirigidos a un único fin, descubrir la verdad, y a los implicados. Sentimiento de estar al borde del abismo

infidelidad o cómo superar una traición

Tienes 2 opciones, coger el toro por los cuernos y enfrentar la situación, o mirar hacia otro lado para seguir con tu vida como hasta ese mismo momento. Ese momento, que nunca olvidarás.

Pero antes de hacer frente, necesitas pruebas, hechos que te confirmen que no estás paranoica, que realmente está sucediendo algo, y que no es fruto de tu imaginación.

Ahora podría contaros una historia al más puro “Estilo Pronto”: Se podrían titular La vida me dio una segunda oportunidad o Si no hubiera descubierto que me engañaba. Pero no es mi intención. No voy a entrar en los pormenores de la infidelidad, pero sí en los sentimientos que me provocó y cómo decidí apostar por mi relación.

Infidelidad, o cómo superar una traición

Al final, todas las sensaciones e inquietudes derivaron en un asentimiento después de corroborarlo.

Y es en ese momento, en el que todos los presentimientos se convierten en realidad, cuando tienes que tomar una decisión, y no eres capaz. Tu cabeza te dice que la relación ha finalizado, tus sentimientos son un cúmulo de contradicciones. Y no eres capaz de pensar en frío. La sangre te arde, la rabia, la frustración, el buscar culpables, tu propia debilidad te hace sentirte causante de lo sucedido. Piensas en qué te equivocaste en qué fallaste. ¿Quizás te convertiste en una madre florero? Y miles de respuestas llegan. No sabes si compartir con alguien todas las dudas que tienes.

Es difícil, pero en caliente no se adoptan las mejores decisiones. Tu mente y tu corazón están alineados, lo tienes claro, ha llegado el fin…

Lágrimas de ambas partes, reproches, largas conversaciones, promesas, discusiones, gritos, desgarros del alma.

Y después de tomarte un tiempo para pensar, con los sentimientos encontrados templados, decides apostar por tu jugada. Da igual cuál sea la causa, el origen has decidido dejarlo en tu interior, encerrarlo y no dejarlo salir.

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No has sido capaz de abrirte más que a alguna amiga del alma. No quieres oír lo que sabes que te dirán, es tu decisión y no la quieres compartir.

En ese momento tienes claro que ni eres capaz de perdonar ni de olvidar. Procurarás perdonar, lo intentas, pero durante un tiempo, a tu cabeza vienen fotos imaginarias. Olvidar es imposible. Poco a poco, con un gran esfuerzo de ambos, le has perdonado, pero le exiges un plus. Un plus de confianza, de cariño, de respeto y de demostraciones de amor inequívocas.

Nada como poner mar de por medio para alejarse de la causa. Durante mucho tiempo, te agarras como a un clavo ardiendo cada vez que te desmoronas. La autocompasión, los reproches. Pero ese no es el camino.

La apuesta va por apagar ese fuego que te ha consumido en tu interior. Se acaban los reproches, llega el perdón definitivo, y espero con este post poner punto y final a mis pesadillas.

Imágenes: Pixabay

Colaboraciones MMM

Este post ha sido escrito por una colaboradora puntual de Mujeres y Madres Magazine. Aquí os damos voz para que la vuestra llegue lejos.
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8 comentarios

  1. La infidelidad es perdonable eso es lo que yo aprendí. La confianza nunca volverá a ser la misma y añoras esa época en la que creías que él nunca lo haría.

    En mi caso… di oportunidades, pero ya se trató de salvar algo marchito, me até los machos (metafóricamente claro) y tomé la decisión de liberarme de las ataduras de mi relación.

    Ánimo 😉

  2. Hola,
    el año pasado estuve en una situación parecida. En mi caso, su sentimiento de culpa le hizo confesar al poco, aunque yo ya tenía sensaciones extrañas.
    Yo reaccioné de otro modo, lo eché de casa el mismo día que confesó y estuve en estado de shock varios días.
    Cuando mi cabeza al fin reaccionó y pude pensar, decidimos ir a un terapeuta y seguir con nuestra relación.
    Ha sido duro, muy duro, los primeros días por que vas a tientas, no quieres hacer nada mal, después, en mi caso, controlarme para no usar la infidelidad como arma arrojadiza y lo más complicado, volver a confiar.
    Saludos.

  3. Es curioso, cuando te enamoras te sientes una persona única en el mundo, como si nadie más pudiera entender lo que te pasa y hasta dónde te arrebata la pasión. Sin embargo cuando la infidelidad aflora, también te sientes esa persona única, como si a nadie más, y solo a ti, pudiera sucederle. Ambos momentos no son sino una construcción, cuyos estadios, pasos y posibles finales están marcados por nuestro contexto cultural, y como éste sin quererlo nos influye. Por eso, aunque en el amor y el desamor todo esté escrito, solo nosotros elegimos la página que queremos (dejar) pasar. Saludox.

  4. Realmente te admiro, has sido muy valiente y no permitas que nadie te diga lo contrario.

  5. Como si lo hubiera escrito yo… También intento zafarme de fantasmas y demonios. La terapia de pareja nos ha ayudado. Ahora nuestra relación es mucho mejor que antes, aun así algo se ha roto para siempre y las cicatrices quedarán ahí. El tiempo lo pone todo en su sitio. De momento, nos da otra oportunidad para amar mejor.

  6. El camino fue largo, y muy duro. De lo mas duro que he hecho nunca. Fue un esfuerzo titanico decidir seguir adelante, desayunando, comiendo y cenando rencor y desconfianza. Aprendi la diferencia entre perdonar de palabra, y perdonar de obra, que me llevo dos años completos.

    Ahora no me arrepiento del esfuerzo, de ambos. El amor, que alimentaba mas esa decepcion gigante, fue tambien la fuerza para continuar pese al dolor. El tiempo me dio la perspectiva de entender que no fue una afrenta personal, ni la traicion maxima….solo fue un error.

    También se que ese esfuerzo solo lo haria una vez.

    Todo lo que has contado, punto por punto, es lo que senti. Animo a las que lo esteis pasando, parece el fin del mundo, y en verdad en ese momento lo es. Pero de todo se sale. Juntos, o por separado. Creo que todas sabemos, finalmente, la decision a tomar. Y que es la correcta, pese a lo que te diga el entorno.

    Que curiosamente, en mi caso, pense no se entendería que continuara….y la verdad es que todo el mundo respiró aliviado de que lo hiciera.

  7. Gracias a todas. El artículo no puede describir mejor lo que siento. Los comentarios me hacen no sentirme sola en el abismo. Llevo meses luchando con mi interior. Gracias de verdad.

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