LIBROS: La magia de ser Sofía

La magia de ser Sofía, de Elísabet Benavent llegó a mis manos por pura casualidad. Me encontraba en la estación de Atocha y me había quedado sin nada que leer así que tenía que buscar algo para entretenerme en el tren. Me pasé por el kiosco de la estación y este libro me llamó a gritos. Es lo primero que leo de esta autora porque hasta ahora no se había dado el caso, sin mas, pero estoy segura de que no va a ser lo último porque me ha encantado, ya os lo adelanto.

Sinceramente asociaba a Elísabet Benavent con novelas erótico festivas pero no sabía lo bien que escribía esa autora. Lo cierto es que este género, un poco más allá de la chick-lit incluye mucho más sexo entre sus páginas. A mí no es que me moleste, pero creo que muchas veces cuando hay tanto mete-saca se acaba perdiendo un poco la calidad literaria: al final el sexo acaba apoderándose de las novelas y acallando el hilo conductor que es a mí lo que me interesa. Pero no es el caso de este libro.

Me ha gustado muchísimo. La magia de ser Sofía es una novela protagonizada por la camarera de un bar muy especial, Sofía, una chica con muchísimo encanto. Sofía es muy tierna y muy bruta al mismo tiempo y se enamora hasta las trancas de Héctor, uno de los parroquianos de su bar. Hasta aquí nada distinto de tantas y tantas novelas. Pero me gusta mucho cómo llegan a enamorarse, que no es algo que pase de ya para ya sino que se va fraguando a fuego lento. Me encantan los pequeños detalles que hacen que los dos acaben negando la mayor: están locos el uno por el otro… lo que ocurre es que mientras Sofía está libre como el viento él tiene novia desde los 16 años, una novia que de momento está en otro país.

Me gusta mucho la novela y sinceramente sabes desde el minuto cero que van a acabar liados (no es ninguna sorpresa, la verdad) … pero a mí me interesa más la parte de antes que la de después. La parte de las sutilezas, de las señales, del no-pero-sí etc. Quienes hemos vivido en alguna ocasión algún amor de estos raros, de estos en los que todo el mundo está convencido de que algo pasa pero no acaba de pasar nos sentimos profundamente identificados.

Me quedo con los matices, con lo tierno que puede ser algo plagado de tacos. Con los personajes, con la sensibilidad que desprende. Con el Madrid que dibuja. Con las cosas que me ha hecho sentir.