La política es eso que nos afecta a todos aunque algunos digan que no entienden de ella. Por eso, desde que entró en el Congreso de los Estados Unidos Alexandria Ocasio-Cortez se convirtió en mi nueva heroína, la capa y el antifaz ni falta que le hacen y os cuento por qué.
Nos quejamos de los políticos españoles y tenemos muchas razones para hacerlo, pero ojito con los políticos norteamericanos, empezando por su indefinible e indenfendible presidente.
Hasta que, vestida de blanco como las otras 61 mujeres del partido demócrata, entró Alexandria al Congreso para jurar su cargo protestando de este modo por los comentarios machistas del presidente de los Estados Unidos y el panorama cambió radicalmente porque entre otras cosas: eso es hacer una entrada con estilo.
Pero, además, Alexandria no sólo iba vestida de blanco como respuesta a los comentarios machistas de Donald. Ella llevaba varios pines reivindicativos, llevaba los labios pintados por algo y unos aros en las orejas también para dejar claro que los pequeños detalles cuentan y mucho.
Demostrando con todos esos pequeños detalles que si se quiere se puede tener en mente a mucha gente y muchos colectivos que necesitan de apoyo por parte de la administración, que se puede trabajar en lo concreto para mejorar a nivel global y por eso ella es mi nueva heroína.
Alexandria Ocasio-Cortez nació en 1989, en el Bronx (NY). Es activista y política, es congresista por Nueva York por el partido demócrata, es miembro de la organización Socialistas Democráticos de América y está vinculada a numerosas plataformas políticas progresistas de su país.
Alexandria es la mujer más joven que entra como congresista en la historia de los Estados Unidos. Se graduó en 2007, ganó el premio en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería con un proyecto sobre el efecto de los antioxidantes en el ciclo de la vida y, por ello, la Unión Astronómica Internacional le dio su nombre a un pequeño asteroide en su honor.
Ver esta publicación en InstagramA year ago I was waitressing in a restaurant while organizing my community. In a time and place where we had been burned by so many politicians, and had grown deservedly cynical of the sad, familiar cycle of campaign promises and governance excuses, I was asking them, just once, to believe. . It was really hard, because how do you make that case? How to ask someone whose trust has been violated over and over to believe you? To believe in the movement for justice and economic dignity? . You show up. You give unconditionally. You show up when no one is looking and the cameras are off. You offer support when it’s risky, but necessary. You do it over and over again, without a need for recognition or expectation that you are “owed” something for doing the right thing. You just… engage in the act of loving your community. . Never in my wildest dreams did I think that those late nights on the 6 & 7 trains would lead to this. All this attention gives me a lot of anxiety (my staff fought to get me to agree to this cover, as I was arguing against it), and still doesn’t feel quite real, which maybe is why I remain comfortable taking risks, which maybe is a good thing. . I believe in an America where all things are possible. Where a basic, dignified life isn’t a dream, but a norm. . That’s why I got up then, and it’s why I get up now. Because my story shouldn’t be a rare one. Because our collective potential as a nation can be unlocked when we’re not so consumed with worry about how we’re going to secure our most basic needs, like a doctor’s visit or an affordable place to live.
Tiene un cerebro envidiable como el de otras muchas mujeres a las que se las ha ninguneado a lo largo de la historia y ella lo ha dejado ya claro en algunos de sus discursos y sus intervenciones, que se han hecho virales, y las han visto miles de personas en su país y en el resto del mundo, por eso ella es mi nueva heroína.
Se graduó cum laude en la Universidad de Boston en 2011 en relaciones internacionales y economía y, a pesar de ello, o quizás por todo esto, ha sido el foco de las críticas de los más conservadores desde que entró por la puerta del Congreso a ocupar legítimamente su escaño como congresista.
Tiene muy claro que sus orígenes son de clase obrera y lo ha mencionado en distintas entrevistas reconociendo que esto está directamente relacionado con muchas de sus posiciones políticas, como es lógico.
Defiende la sanidad universal, aboga por acabar con la privatización de las cárceles norteamericanas y reivindica que el acceso a la educación universitaria sea gratuito, es favorable a las políticas de control de armas y critica la política exterior de su país con Israel ¡palabras mayores todo ello!
Además, ha tenido tiempo para impulsar un Green New Deal medioambiental que poco a poco va teniendo más repercusión y más fuerza en su país y fuera de él.
Es única para tener a todos los ultras, los radicales de derechas y los más conservadores de los republicanos odiándola mucho y muy fuerte y, por supuesto, que por eso también es mi nueva heroína.
Tras terminar la universidad estuvo trabajando en un bar en Manhattan y en una taquería de la zona de camarera. Su padre había fallecido y su madre limpiaba casas y conducía un autobús para sacar entre todos a su familia adelante.
Alexandria creó una pequeña empresa editorial (Brook Avenue Press) y se especializó en literatura infantil.
En las elecciones primarias del partido demócrata de 2016 Alexandria fue la organizadora de la campaña presidencial de Berni Sanders y en esa campaña decidió que quizás sí podría hacer más cosas por los demás si era ella la que se presentaba. Así lo hizo y arrasó en Nueva York.
A todo esto, hay que sumarle el hecho de que es muy diestra para gestionar ella misma sus redes sociales y tiene un enorme poder de convocatoria entre sus miles de seguidores y por eso también a los republicanos les pone muy de los nervios ¡qué curioso cuando ellos tienen al presidente con mayor incontinencia tuitera del planeta!
Alexandria tiene muy claro de dónde y por qué vienen los incesantes ataques que le dedican y lo ha dejado bien clarito en más de una entrevista.
“han visto a una mujer de color, latina nada menos, de clase trabajadora y origen humilde conseguir un despacho en el congreso”
Sabe de dónde viene, sabe dónde quiere ir y sabe que el camino no va a ser fácil, pero no está dispuesta a desistir y lo que es más peligroso para todos sus detractores, está posibilitando un movimiento social de más mujeres, de mujeres latinas o no, personas de clase trabajadora y origen humilde que están hartos, cansados y enfadados y quieren un cambio de verdad.
¿He dicho quieren? Perdón, quería decir queremos y sí, por todo eso, Alexandria Ocasio-Cortez es mi nueva heroína por delante de Capitana Marvel, Elastic Woman o Madonna y por méritos propios ¿no os parece?