Hablamos con la escritora Ana Lena sobre las mujeres de sus libros, sus historias, sus vidas

Ana Lena tenía claro que quería ser escritora, no tenía claro cuando pero eso tampoco era lo más importante. Esta primavera ha llegado a las librerías su cuarta novela y ha sacado tiempo para charlar con nosotras sobre ella, sobre “Las herederas de la Singer” una historia de empoderamiento femenino, de terapias de grupo y de sororidad cuando no sabíamos que eso se llamaba de ese modo.

Con Las herederas de la Singer, Ana Lena abre una nueva etapa literaria después de tres obras dedicadas a la novela negra a través de los ojos de una investigadora, Gracia San Sebastián. En lo que coinciden todas sus novelas, es que en esta nueva historia el protagonismo sigue recayendo en las mujeres, aunque como es lógico, comparten muchas más cosas no sólo el estilo o el protagonismo femenino.

Comparte el estilo y comparte que yo escribo una novela negra muy peculiar. Había una parte de la vida personal de las protagonistas que era muy importante en la novela y que a los lectores siempre les ha resultado muy atractivo. En los clubes de lectura siempre hacían preguntas y a veces era como decirles “oye que la trama iba sobre los mafiosos, el blanqueo de dinero” pero lo que querían comentar era la vida de las protagonistas, los personajes que había, mucho componente femenino. Pero independientemente de eso, no tiene nada que ver, es un cambio de género y otra historia que comunicar.”

Se trata de una saga familiar de mujeres fuerte y la máquina de coser que marcó sus vidas, las de todas ellas, en una sociedad en la que las mujeres tenían pocas opciones para salir adelante.

“Se trataba de recorrer un poco la evolución de la vida de las mujeres normales, las que no salen en los libros de historia ni ocupan puestos en las revistas. Cuatro mujeres, cuatro generaciones, todas ellas anónimas.

Contar la vida, como ha ido cambiando la sociedad y en especial para las mujeres y también todo aquello que aún no hemos avanzado, que se sigue repitiendo y que queda por hacer. Tiene historias de un montón de gente en ubicaciones diferentes, en momentos temporales diferentes y es verdad que hay una base real en todas ellas, luego tienes que hacer la ficción de construir los personajes que son totalmente inventados y de hilar las historias de forma que todo tenga sentido.

Hay historias que las escuchaba en el taller de mi tía que era modista, de las amigas, de las vecinas, de las aprendizas de costura que tenía mi tía.

Mi madre y yo íbamos cada vez que tenía dudas y las vecinas, las amigas, cuando tenían labor de costura, en lugar de hacerlo solas en casa pues iban para allá porque allí siempre había gente cosiendo y así hablaban ¡imagínate todo lo que se escuchaba ahí!

Muchas de ellas habían nacido en época de la posguerra o antes, cada una hablaba de lo que había pasado en su familia, a sus vecinas.”

Es innegable que aún queda mucho por hacer para conseguir la deseada igualdad de género, pero también es innegable que hemos avanzado mucho y que ese avance se ve en las propias vidas de las cuatro mujeres protagonistas principales de la historia: Aurora, Águeda, Ana y Alba.

“Sí, yo por lo menos me quedo con el punto optimista de lo mucho que ha cambiado la vida. De la primera que nace en 1922 a la última que nace en 1995 pero sí que es verdad que queda mucho por conseguir y se siguen repitiendo los mismos comportamientos, las mismas agresiones, el mismo ninguneo a la mujer en ciertos aspectos. Pero me quedo con lo positivo de todo lo conseguido y que este es el camino como sociedad, no sólo como mujeres, que tenemos que recorrer.

Esta evolución ha sido positiva para todos, para las mujeres y por supuesto para los hombres”.

Ana Lena quería ser escritora profesional pero antes de conseguirlo trabajó en distintas empresas como directiva después de terminar sus estudios de Derecho y Administración de Empresas. El embarazo de su hijo fue el empujón definitivo para que su primer libro viera la luz en el año 2019.

“Es verdad que yo quería escribir y me fui formando en la Escuela de Escritores y es verdad que de repente te encierran con un embarazo de alto riesgo, te meten cinco meses en casa sin poder atender teléfono, ni mails, ni nada que te cause el más mínimo estrés y lo único que puede hacer es ir al hospital cuando te tocan los chequeos. Fue el momento de decir “ahora escribo la novela” y eso hice.

Suena muy peliculero, pero realmente fue un proceso que llevaba mucho tiempo preparando para cuando surgiera la oportunidad porque esto no es que un día dices “hale, quiero hacer esto” y ya está, todo se te pone de cara. No, las facturas al final hay que pagarlas y hay que continuar una vida.

La terminé tres días antes de dar a luz y el proceso vino después, durante la baja de maternidad vino la reflexión de bueno “y qué pasa si no vuelvo”.

Me hice un plan de negocios, lo estuve calculando, investigué el mercado editorial, todo esto durante la baja, entre pecho y pecho y pañal y pañal.”

Está claro que para que las cosas salgan bien hay que hacerlas bien y Ana Lena lo que tenía claro era que si ese era el momento para convertirse en escritora profesional, para vivir de las historias que bullían en su cabeza, tenía que dar el paso precisamente con cabeza, con mucha cabeza y teniendo en cuenta cualquier posible imponderable que pudiera surgir.

“Investigué muchísimo el mercado editorial, investigué tanto que ahora doy clase de mercado editorial en la Escuela de Escritores, que es la más grande en todo el mundo en lengua castellana.

Me planteé dos años para conseguir lo que quería, el objetivo era poner el primer libro en todas las librerías a nivel nacional porque sino es así olvídate, es imposible considerar que eres escritora profesional que vives de esto. Empecé, dejé la empresa y me puse a jornadas maratonianas con esto, luego influyó la suerte y las cosas salieron bien.”

Las herederas de la Singer ve la luz el 24 de febrero de 2022 y desde entonces se ha convertido en uno de esos libros que se comparten, se comentan, se prestan entre las amigas y se llevan a los clubs de lectura más cercanos y sin embargo, estamos hablando de una novela que por momentos es dura, triste, dulce a veces y otras incluso divertida que recorre la historia de un país de la mano de cuatro mujeres y sus propias historias, muchas de ellas escuchadas por la propia autora en el taller de costura de su tía.

“Aquello era terapia de grupo totalmente innata entre gente que compartía recuerdos o cuando no llegaba una con un problema y sacaban las cartas y echaban las cartas, mi abuela tenía fama de que acertaba mucho y entonces paraban y buscaban solucionar el problema de alguna de ellas.

Esto que llamamos ahora de la sororidad, esto no lo hemos inventado nosotras, le hemos puesto nombre, pero es algo que cuando los tiempos son duros las mujeres se unen más porque, aunque no se traguen, que es lo que pasa en algún momento en la novela, se ayudan porque son madres y saben lo que eso significa para la otra.”

Y además de escribir, Ana Lena saca tiempo para leer por temas de trabajo, para leer por placer, para ver algún capítulo de alguna serie… prácticamente saca tiempo para todo y seguro que no le importaría incluso ver alguna de sus historias, alguno de sus libros, también en la pantalla en forma de serie o de película ¿quién sabe?

“La tele hace siglos que no la veo, pero las series son el ruido de fondo cuando hago tareas que son mecánicas, que no son intelectuales o cuando estamos cenando también. Maximizo y evito que tareas más aburridas lo sean.

Me encantaría ver las novelas en la pantalla, salen cosas, pero es un proceso muy largo. Muchas veces reservan los derechos a ver si pueden rodar y consiguen financiación, pero es un porcentaje muy pequeño los que lo consiguen.

Yo leo en papel porque paso el día mirando la pantalla, cuando me relajo quiero cambiar, distinguir entre lo que es placer y trabajo. Leo mucho por trabajo que no son lecturas elegidas, por lo que cuando leo en papel es porque se ha acabado la jornada y tengo un ratito para meterme en una historia que sí que me apetece y me evado un rato.”

Seguro que después de conocer un poco más a su autora, Ana Lena, os apetece aún más conocer las historias que giran y se cosen en Las herederas de la Singer, os dejamos el enlace por si os animáis a comprarlo para regalarlo o para regalároslo que tampoco es mala idea.

Pilar Fonseca

Primero fui mujer, después periodista, luego esposa y ahora además de todo eso madre. Esto último me obligó a reorganizar todo lo anterior.
Me gusta escribir y comunicar.
Disfruto con un buen libro, una buena película, una buena serie, un buen viaje y una buena charla con amigos.
Podría alimentarme sólo de queso y chocolate acompañados de un buen vino, una que es mujer de gustos sencillos.

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