La lista de genios de la moda que nos dejan no para de crecer y este mes nos ha dejado uno de los grandes nombres de la moda que nos toca muy de cerca, Paco Rabanne o Francisco Rabaneda como constaba en su DNI español que seguía manteniendo.
Paco Rabanne nació en Guipúzcoa en 1934, pero la guerra civil y sus consecuencias devastadoras le obligaron a salir del país junto a su madre cuando solo tenía cinco años.
“El metalúrgico” como le llamaba Coco Chanel vivió en Francia toda su vida hasta su fallecimiento en Bretaña a principios del mes de febrero, a los 88 años después de una carrera impecable e impresionante en el mundo de la moda y la alta costura, sin perder en ningún momento su propia voz en todo el proceso algo muy complicado siempre, pero aún más en el contexto histórico y social en el que él se desarrolló profesionalmente.
Rabanne y Balenciaga, dos vascos en el mundo de la moda
La llegada a Francia no fue fácil y los primeros años en el país tampoco lo fueron. Paco Rabanne y su madre fueron sobreviviendo hasta que pasados los años, ella empezó a trabajar como jefa de costura en el taller de Cristóbal Balenciaga y de una forma natural parece que le transmitió a su hijo su amor por lo que hacían allí, a lo que Paco Rabanne solo tuvo que unir su talento y su capacidad para innovar en el mundo de la moda.
Paco había comenzado a estudiar Arquitectura en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, pero llegaron los años 60’ y decidió que cambiaba los planos de los edificios por los patrones de los trajes, los vestidos y los complementos que bullían en su cabeza.
En 1963 presenta su primera colección en el hotel George V, titulada “Doce vestidos imposibles de llevar elaborados con materiales contemporáneos”, el título lo decía todo y lo dejaba sorprendentemente claro.
Los materiales eran sobre todo plástico y metal, las modelos desfilaban descalzas y los tejidos eran eslabones y placas. Rabanne era distinto y lo hacía ver en su forma de crear moda y confeccionar las prendas.
“La moda y la arquitectura tienen procesos parecidos. Trabajan con límites muy precisos: en el caso de la moda, el cuerpo de la mujer”, aseguró el diseñador en esa presentación, marcando así la distancia con otros diseñadores de la época y con su forma de entender la moda y la alta costura.
En ese momento no definía sus diseños como futuristas sino como contemporáneos y, sin embargo, su legado en el mundo de la moda está repleto de looks que mostraban el futuro mirándose en él.
Un ejemplo muy claro es lo que pasó con el vestuario de la película Barbarella, protagonizada por Jane Fonda que daba vida a una especie de aventurera espacial.
Todo el vestuario de la película fue diseñado por Jacques Fonteray y creado por Sartoria Farani, en ningún momento Rabanne puso sus manos en ninguna de las creaciones o vestidos que salían en pantalla y sin embargo, en los créditos de la película, los responsables de vestuario reconocen que se inspiraron abiertamente en “las ideas del diseñador de moda Paco Rabanne.”
No se puede copiar lo que no existe y, sin embargo, era tan evidente y tan marcado su estilo que lo copiaron abiertamente y lo reconocieron también. Share on XEn 1967 abrió su propia casa de costura, por supuesto en París, no podría ser en otra ciudad.
Una de sus creaciones, el bolso “The 69”, fue elegido por el Museo del Diseño de Londres como uno de los 50 bolsos que cambiaron el mundo, convirtiéndose en una de las piezas más míticas de toda su producción y vendiéndose como si no hubiera pasado el tiempo o como si fuera una obra de arte, conceptos que no son excluyentes y que en el mundo de la moda muchas veces caminan de la mano.
Además, Paco Rabanne también podía presumir con razón de estar detrás de algunas de las fragancias y perfumes más vendidas en todo el mundo. Para empezar, solo alguien con su forma de entender la moda podía convertir en un icono de la femineidad un perfume al que llamó “Calandre” (“parrilla de automóvil” en francés).
Más allá del creador
Además de tener una forma muy clara de entender la moda y de diseñar piezas únicas, Rabanne fue también entre otros aspectos, un referente contra el racismo, siendo el primer diseñador en subir a una modelo negra a una pasarela de alta costura.
En 1997, acudió junto a otros familiares de fusilados durante la posguerra a un homenaje en honor a los caídos donde no pudo contener la emoción recordando a su padre., Francisco Rabaneda Postigo, coronel republicano que fue fusilado cuando cayó el gobierno democrático tras el golpe de estado de 1936 y la posterior Guerra Civil.
El gobierno francés le distinguió con la medalla de la Legión de Honor y en su discurso de agradecimiento Paco Rabanne recordó sus inicios creando accesorios, collares, corbatas y pañuelos para Pierre Cardin, ganándose la vida en el mundo de la moda mientras aún era estudiante de arquitectura.
Volvemos a decir adiós a uno de los grandes, uno de esos modistos que marcaron la línea a seguir para muchos de los que fueron llegando detrás, aunque algunos no quieran o no sepan reconocerlo.